Solo las mujeres pobres se casan” ¿Qué hay de cierto en eso?

Pobre o rica: jamás te cases por dinero.

Erika Patricia Otero

Una situación que asusta a muchas mujeres, es llegar a una vejez solitaria y en la pobreza. Esto me hace recordar un poco la vida de la famosa escritora de Orgullo y Prejuicio, Jane Austen.

Ella nació en una época y un país donde la mujer prácticamente no tenía derecho a nada, ni a herencias o a un empleo. Todo a lo que podía tener derecho o a aspirar estaba limitado a casarse con un hombre adinerado.

La situación de las mujeres adineradas era muy opuesta; sin embargo, su mayor aspiración era ser bien educadas en muchas artes para “conquistar el corazón” de un hombre millonario.

No se sabe con seguridad si Jane Austen tuvo pretendientes; según se dice así fue, pero rechazó varias propuestas de matrimonio. Ella creía en el amor y no deseaba unir su vida a alguien por necesidad o conveniencia; a razón de esto, terminó sus días al cuidado de su hermana Cassandra, y dependiendo económicamente de uno de sus hermanos. Lo anterior se debió al temor que existía en aquella época al “qué dirán“; por eso y otras razones, le estaba prohibido cobrar más dinero por la publicación de sus exitosos libros.

¿Ha cambiado en algo la situación de las mujeres en la actualidad?

Tristemente no para muchas mujeres, aunque la situación es algo diferente.

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Aun hay culturas (India, por ejemplo) donde las mujeres son casadas a la fuerza por sus padres para conseguir un mejoramiento en la situación económica familiar.

También hay chicas que ven en casarse con alguien adinerado, un escape de su pobreza; está situación es más común en países de occidente.

Cientos de mujeres pobres en el mundo ven en el matrimonio una especie de salvavidas para salir de sus dificultades; sin embargo, si eres una chica con ciertos privilegios económicos tienes la libertad de elegir o no casarte.

¿Por qué las chicas pobres buscan casarse y las más adineradas ven el matrimonio como una opción?

Porque las chicas con dificultades económicas tienen muchas menos posibilidades de estudiar y prepararse para un futuro, y sus oportunidades son menores; mientras que las mujeres adineradas tienen muchas más opciones que las primeras.

Sí, triste pero cierto.

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Pero el asunto no se queda en algo tan simple como “soy pobre y debo casarme” o “soy rica y puedo quedarme soltera si me da la gana”; no señor.

El asunto es que ahora, con el boom de la lucha de las mujeres por la igualdad de derechos y oportunidades, son muchos más los hombres interesados en encontrar una pareja dispuesta, no solo a trabajar para ayudar en el hogar, si no que haga las veces de ama de casa y la crianza de los hijos.

No habría ningún problema en ello, si los hombres también asumieran la parte de responsabilidad hogareña que les corresponde, pero la realidad es otra en una sociedad como la nuestra que se resiste a cambiar “la tradición” machista, donde las mujeres siempre siguen siendo las más afectadas.

Una historia al respecto

Tengo una amiga que desde hace algunos años está batallando por sacar adelante sus estudios universitarios. A la par de eso, lucha contra una situación económica y familiar bastante desesperante.

Si, no me gustaría estar en sus zapatos, pero francamente la admiro. He hablado un sin número de veces con ella y me gusta como piensa: Ella sabe que quiere sacar una carrera adelante cueste lo que le cueste; tiene claro que la única manera de liberarse de los problemas económicos que la acosan es consiguiendo un empleo, mismo que le dará la posibilidad de irse de su casa y vivir tranquila y lejos de tanto conflicto.

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Si, ella también tiene una relación afectiva con un joven; sin embargo, antes de verlo a él como un escape de su pobreza a través del matrimonio (que no seria ningún escape si no una cárcel según sus propias palabras) ella lo ve como una compañía y apoyo.

Ella sabe que la única manera de progresar y liberarse de sus problemas de dinero es luchando por sus metas. Para ella, casarse ahora mismo solo le traería muchos más problemas de los que tiene y necesita.

¿Desea casarse? claro que si, pero no como una vía de escape, sino para formar una familia, y esa si que es una buena motivación para llegar a un altar.

¿Puedes elegir?

¿Justo como mi amiga?, Pues ¡por supuesto que sí!

Independientemente de lo que puedan decir los gobiernos o las estadísticas, las tradiciones culturales o tu familia, el poder lo tienes tú.

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Siempre si buscas, encontrarás la forma de progresar estando o no casada, siendo o no rica. Siempre que tú quieras, el poder lo tendrás.

Y ¿cuales podrían ser los verdaderos motivos para casarse?

Pues el AMOR por tu pareja, el deseo de FORMAR UNA FAMILIA y sacarla adelante, la LUCHA por tener metas en común y hacerlas realidad, CREAR una vida juntos, y todo lo que puedas poner en la lista de “cosas por conseguir con tu pareja”.

Ahora bien, si me preguntas si el dinero es importante para la vida; pues como dice mi mamá: “es un mal necesario”. Pese a eso, no debería ser un motivo para unir su vida a alguien, solo debería ser algo que viene como añadidura.

Con sinceridad te digo: JAMÁS te cases con alguien por dinero, será una unión que les haría muy infelices a ambos. Cásate porque amas a tu pareja y estás dispuesta a salir adelante a su lado.

Dime si por sí mismo un matrimonio por amor es complicado y tiene sus retos, ¿Qué será de uno por interés?

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Y por supuesto, permanece soltera si eso es lo que deseas, seas pobre o rica; lo que importa son tus intereses; y como ya lo expuse más arriba: siempre que lo desees podrás salir adelante, seas o no alguien adinerada, eso ya dependerá al 100% de ti.

Como siempre, te deseo lo mejor.

 

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Erika Patricia Otero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.