Solo para madres preocupadas por sus hijos

Vivimos tiempos más complicados que aquellos en que nos tocó crecer. Nuestros hijos viven hoy en un mundo donde lo que menos preocupa es el bien o el mal. ¿Cómo hacer que vivan de acuerdo a principios morales?

Oscar Pech

Nuestras decisiones determinan nuestra felicidad

Dijo ese sabio docente, David O. McKay: “Siembra un pensamiento, y cosecharás un hecho. Siembra un hecho, y cosecharás un hábito. Siembra un hábito, y cosecharás un carácter. Siembra un carácter, y cosecharás un destino eterno”. No hay una hora del día en que no tomemos decisiones: algunas son intrascendentes, como escoger el sabor de un helado, o la marca de la leche. Pero otras decisiones incluso parecen intrascendentes y, con todo, por pequeñas que parezcan, determinan nuestra felicidad: escoger una amistad, una canción, una película, entrar o no a tal página, son decisiones que pueden llegar a cambiar nuestra vida.

Todavía estás a tiempo para cambiar

Lo interesante es que cada día estamos, ya sea arraigando más hondo nuestros hábitos hasta que llegan a ser parte inherente de nuestra vida, o estamos luchando por vencerlos. Otro gran educador, Gordon B. Hinckley, dijo: “Nunca has fracasado, hasta que te das por vencido”. Vencer nuestros malos hábitos o aquellos aspectos de nuestra naturaleza que no nos gustan, bien puede ser una lucha de toda la vida. Pero si tú de verdad deseas crecer espiritualmente, debes tomar en cuenta los siguientes puntos:

  1. Nunca eres demasiado joven para aprender, y nunca eres demasiado anciana para cambiar. Claro, es mucho más fácil moldear a nuestros hijos cuando son pequeños, y es mucho más complicado tratar de guiarlos cuando son adolescentes, pero nunca es demasiado tarde para iniciar, si vas a ser constante.

  2. Tú eres una hija de Dios, sin importar cuál es tu edad, en qué etapa de progreso te encuentras o cuáles son tus circunstancias. Eres Su hija, y Él te ama y siempre te amará.

  3. El don supremo que Dios te dio fue el de la vida, el tener un cuerpo físico, morada de tu espíritu. Hay una frase anónima que no por trillada deja de ser verdadera y digna de profunda reflexión: “No somos seres terrenales teniendo una experiencia espiritual. Somos seres espirituales teniendo una experiencia terrenal”.

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  4. Junto con ese don singular de tener un cuerpo que te permite aprender y experimentar las vivencias de este mundo, el Padre Eterno te dio un don singular, del que hablábamos al principio: la voluntad, el albedrío. No importa quién seas o dónde estés, tú puedes crecer a niveles inimaginados. Cuando, por ejemplo, uno ve la vida de Beethoven, uno pensaría que con una familia así, en un ambiente tan poco estimulante y con tantas limitaciones físicas, ese niño no podría llegar a hacer algo con su vida, ¡y mira lo que llegó a crear, gracias a su voluntad indomable!

Como madre, necesitas fortalecer continuamente tu espíritu

Yo estoy convencido de que cuando sientes en tu interior que eres una hija de Dios, puedes alcanzar niveles que por ti sola, sin ninguna otra ayuda, no podrías lograr. Por ello es de suma importancia que aprendas a estar en sintonía con tu identidad espiritual y que permitas que sea ésta quien guíe tus decisiones en la vida. El fortalecer continuamente tu espíritu es la clave para no caer en las trampas que, con frecuencia encontramos a lo largo del camino.

Una vez que hayas fortalecido tu espíritu podrás, como madre, ser la guía espiritual que tus hijos necesitan. Así podrás enseñarles que, más allá de lo que digan sus pares, de los mensajes de cine y TV que reciban, de la letra de las canciones que escuchan en el transporte público o en casa de sus amigos, o incluso de la ideología contenida en los videojuegos que jueguen, son ellos quienes tienen el poder de decidir. Enséñales que pueden ser independientes a lo que hagan sus compañeros y amigos y que, con su fuerza de voluntad y buenas elecciones, al final son ellos mismos quienes están a cargo de su propio destino.

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Oscar Pech

Oscar Pech ha dedicado su vida a la enseñanza, la lectura, la escritura y la capacitación en diferentes partes de la República mexicana. Es una persona profundamente comprometida con la familia y los valores morales.