¿Soy una buena esposa? 9 claves para descubrirlo

¿Qué es realmente ser “una buena esposa”? Si quieres dar lo mejor a tu matrimonio, lee este artículo.

Fernanda Gonzalez Casafús

Hace algunas décadas, se esperaba que en el matrimonio la mujer estuviera siempre dispuesta, alegre y complaciente para su marido. Actualmente, la mujer ha ganado mucho terreno y también llega cansada a casa y no siempre es la esposa que la sociedad -o ella misma- espera ser.

Pero, ¿qué es ser una buena esposa? Cuando antes se creía que una buena esposa era quien no reclamaba, tenía la casa en orden y los niños bañados al llegar el padre a casa, hoy las cosas se han equiparado bastante y el concepto de “buena esposa” ya no es el mismo que otrora, pues hoy estamos abiertos a comprender que la mujer ya no debe estar al servicio del hombre sino caminar a su lado.

La buena esposa 

Lejos de cualquier debate feminista que pueda suscitarse en torno a esta temática, lo cierto es que cualquier mujer que ama a su esposo siente la necesidad de complacerlo y hacerlo sentir bien. Ellos también sienten lo mismo, y es así como hoy muchos hombres esperan a su mujer cuando llega esta del trabajo, con la comida lista o los quehaceres hechos.

La buena esposa es la que, estando enamorada de su esposo, pone su parte para que el matrimonio funcione y lo hace sin presiones sociales, sino porque así lo desea. Hace un tiempo, en una reunión familiar alguien me comentó que yo “consentía mucho” a mi marido. Para esta persona, consentir a mi esposo era alcanzarle una taza de té caliente a la cama cuando estaba enfermo, o esperarlo con su comida favorita.

Sin embargo, lejos de sentir que lo consiento, la satisfacción de mis acciones es recíproca, pues es como cuando uno da un regalo a alguien que aprecia mucho: te emociona ese momento en el que la persona se pone feliz al recibir lo que tanto has preparado para esa ocasión.

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Sin más preámbulos, estas son las claves que te hacen una buena esposa. Estoy segura que cumples con todas.

1 Amas complacerlo

Le preparas su comida favorita, lo acompañas a ver esa película aunque no te guste tanto, o lo esperas con la bañera lista cuando llega. Si agradarle también te alegra a ti, ¡enhorabuena! Una buena esposa sabe que seguir su corazón, siempre es la mejor opción.

2 Lo acompañas en sus actividades favoritas

Seguramente él también lo ha hecho por ti, así que aventurarse en un día de pesca puede ser bastante divertido e innovador para la pareja. Tal vez te aburra el plan, pero sabes que será una experiencia inolvidable para ambos y él lo apreciará por siempre.

3 Lo alientas en sus objetivos

No hay nada mejor que una mujer que alienta y aconseja positivamente a su esposo. Las mujeres somos motores de la familia, y aunque no te des cuenta, tu esposo siempre espera consejo de tu parte. Anímalo a tomar esas clases de teatro o guitarra que siempre ha postergado, o conversen acerca de ese negocio que no se anima a montar. Tú eres su gran inspiración.

4 No lo criticas frente a los demás

“Sacar los trapitos al sol” es el mal de muchas parejas y suele ser la punta del iceberg en las rupturas de muchos matrimonios. Tú sabes que las cosas se arreglan en casa, y por eso jamás criticas a tu esposo delante de los demás, así sean sus propios familiares.

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5 No buscas enfrentarlo a sus familiares

Todas las familias tienen problemas, y por más que haya alguien de la familia de tu esposo que no te caiga bien o haga comentarios desafortunados en cada reunión, lo peor que puedes hacer es intentar separar a tu marido de ellos. La clave es hablar de forma abierta y sincera acerca de tus sentimientos respecto de esto y con el tiempo tu esposo podrá ver claramente cómo son las cosas.

6 Ambos tienen planes individuales 

En un matrimonio emocionalmente sano, los esposos tienen también planes individuales, sin sentir culpas y sin reproches mutuos. Como buena esposa, te hace feliz que él vaya a jugar al fútbol o al tenis todas las semanas, porque sabes que eso es algo que lo renueva y le hace bien. Asimismo, tú también te das tu tiempo personal para hacer lo que deseas, pues comprendes que si estás bien contigo misma, estarás bien para los demás.

7 Lo ayudas a superar sus problemas

En vez de enojarte todas las veces, cuando tu esposo tiene un problema, optas por sentarte a conversar con él para hablar acerca de la solución. Puede que tenga problemas serios en su trabajo, o deba superar alguna adicción, o necesite un consejo para resolver un problema. Allí estarás, de pie, dispuesta a darle una mano.

8 No lo criticas por lo que “no” hace

A los hombres les gusta que les digan las cosas sin rodeos. Sabes que es más efectivo pedirle las cosas antes que recriminarle lo que no ha hecho. Si te casas con un hombre que no está acostumbrado a levantar los platos de la mesa o a tener la cama, es preferible entonces que uses frases como “Por favor, recuerda llevar tu taza”, antes que recriminarle dos días más tarde el hecho.

9 Le demuestras que, a pesar de todo, lo amas

A pesar de sus defectos y las diferencias que hay entre ustedes, todos tus actos demuestran que lo amas profundamente y que estás dispuesta a aportar tu granito de arena para mejorar el matrimonio. Sabes que es recíproco, por ello tu entrega es sincera y leal.

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Fernanda Gonzalez Casafús

Fernanda es Licenciada en Periodismo, especialista en Redacción Digital y Community Managment. Editora de contenidos y redactora en Familias.com. Nacida en Argentina y mamá de dos, ama los animales, la danza, la lectura y la vida en familia. Escribir sobre la familia y la maternidad se ha convertido en su pasión.