¿Sueñas con una familia feliz? Estas 8 claves te ayudarán a lograrlo

En la construcción de una familia feliz, el camino puede no ser tan fácil, pero puede lograrse con algunas claves.

Erika Patricia Otero

El sueño de toda pareja que decide casarse es poder construir una familia feliz. En el proceso de lograrlo se presentan algunos retos. Estos pueden actuar de dos maneras distintas: puede ser un peldaño que ayude a la fortaleza de la familia, o definitivamente pueden ser un obstáculo que lleve al fracaso.

Sea cual sea papel del reto que se presente, depende netamente de la cabeza de familia: papá y mamá; lo que suceda con los hijos dependerá en gran parte del accionar y elecciones de ambos.

En la construcción de una familia feliz, hay ciertas claves que le permiten a los involucrados lograr ese objetivo. Las encontrarás a continuación:

1 Sanar las heridas emocionales

Algo que todos debemos hacer antes de construir nuestra propia familia, es sanar las heridas emocionales. Adentrarse a establecer una relación sentimental seria con alguien sin haber sanado las heridas del pasado puede acarrear problemas inesperados.

Por ejemplo, si fuiste un hijo abandonado por uno de tus padres, es posible que tengas dependencia emocional. Comenzar una relación sentimental implicaría que te apegues de tal manera que no seas capaz de ver que te maltratan. Si al final llegas al matrimonio con alguien maltratador, la vida que recibirá tu futura familia será un infierno.

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Es por esto que se hace necesario cerrar ciclos inconclusos y sanar cualquier herida de infancia que tengas. Esto es el primer paso para garantizar una familia feliz.

2 Comunicación de calidad

No hay un solo problema en la dinamica familiar que no se resuelva por medio de una comunicación eficaz.

¿A qué llamamos comunicación eficaz? Se trata de la manera como las partes de una familia dialoga, escucha y emite la información.

Es más, según un estudios de la Universidad de Sargodha, en Pakistán, una buena comunicación favorece la satisfacción y el desarrollo en los adolescentes. Desde luego, para lograrlo las familias deben trabajar los siguientes aspectos de la comunicación efectiva:

  • Hablar con asertividad.
  • La comunicación debe ser respetuosa.
  • Las familias deben saber escucharse unos a otros.
  • Demostrar interés real en lo que dice el otro.

3 Respeto y tolerancia

En cualquier relación humana hay dos parámetros vitales de convivencia: el respeto y la tolerancia. Si un miembro de la familia actúa con autoritarismo, la dinámica familiar será manejará desde la obediencia ciega; no desde la compresión y el amor.

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Las partes de la familia deben aprender a aceptar y respetar las opiniones de los otros. Es más, pueden no gustarle y no estar de acuerdo las elecciones de uno de los miembros. Siempre podrán expresar su desacuerdo desde el respeto y no por ello esperar ser complacido. En esto consiste saber negociar desde la tolerancia.

4 Pasar tiempo de calidad juntos

Ser una familia implica mucho más que lazos de sangre. Implica que todos los miembros se involucren en pasar tiempo que fortaleza la unión juntos.

Cuando eso sucede, los lazos familiares se afianzan y la dinámica familiar es mucho mejor y más profunda.

5 Validación emocional

La validación emocional implica que quienes te rodean y con quienes te relacionas a diario, saben que tú les comprendes y tienes en cuenta sus sentimientos y emociones.

Saber que tus padres, pareja o hijos comprenden cómo te sientes y no te juzgan, es uno de los eslabones más fuertes para afianzar los lazos de la familia.

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6 Empatía

Ser empático tiene que ver con sentir en ti, lo que siente el otro. Es mucho más profundo que comprender porque no es como “poder ponerse en el lugar del otro”.

La realidad es que empatizar implica que sientas el mismo dolor de tu padre, madre o tus hijos. Solo cuando alguien sabe cómo se siente el otro, será capaz de entender la magnitud de su sufrimiento.

7 Habilidades para resolver problemas

Ser capaz de hallar la solución de los problemas simples o complejos es una cualidad de gran valor.

Todas las familias tienen conflictos. La diferencia entre las que saben superarlos y las que no, es que los miembros saben cuándo ceder y cuándo pueden negociar. Además, están libres de orgullo y autoritarismo.

Si hay un aspecto que deteriora las relaciones humanas, es querer imponer tu voluntad. Los miembros de una familia que se ven sometidos a obedecer, por lo regular temen expresar lo que piensan o sienten. Por eso es vital aprender a liberarse del orgullo y aprender a aceptar que no nos la sabemos todas.

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8 Normas implícitas acordadas

Con la convivencia y la llegada de los hijos hay ciertas reglas que la familia va acogiendo. Por ejemplo, gastos e inversiones consensuadas, horas de llegada y tiempo en familia.

Estas reglas y normas son mejor aceptadas cuando son acordadas por las cabezas de la familia. Desde luego, también hay normas que se pueden ir ajustando según las necesidades de los miembros y las edades. Al respecto no hay nada escrito en mármol. La clave es saber negociar y acordar.

Solo queda decir que no importa si las familias de donde proceden los progenitores fueron conflictivas o no. Siempre que las personas quieran, pueden construir las bases de su familia sin los vicios que llevan arrastrando de sus propios núcleos familiares.

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Erika Patricia Otero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.