Te quiero, pero no quiero compromiso

Las relaciones sin compromiso pueden ser divertidas, pero también la diversión te hace pagar un precio.

Erika Patricia Otero

Para 2020, recibí una solicitud de amistad en una red social de alguien que conocía solo de vista .

Él solía venir a mi casa, lugar donde teníamos un negocio de videojuegos. Yo apenas lo saludaba y atendía, eso era todo; jamás paso de un “hola, gracias y adiós”.

Él me era indiferente, no solo porque es menor que yo, sino porque jamás habíamos cruzado palabra. No es que fuera desagradable o algo por el estilo.

El punto es que me solicitó amistad y como sabía quién era y dónde vivía, pues no le vi problema. Comenzó a hablarme; francamente, creí que solo me agregaba como por llenar espacio, lo que hacen muchas personas, no imaginé que buscara algo.

Me habló por messenger, según él porque había logrado reunir valentía para hacerlo. No esperó mucho para decirme que le gustaba desde hacía muchos años, y que al fin era capaz. Fue franco y directo, dijo lo que pretendía y yo me quedé con la boca abierta -literalmente-.

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Para no hacer el cuento largo, no le di alas. Me sentí halagada porque ciertamente fue una buena carga de energía para mi autoestima. Con lo poco que me dijo me di cuenta que íbamos en direcciones distintas. Mientras yo busco una relación seria, él se acercaba con otras intenciones. Fui directa y le dije: “No tengo tiempo que perder”.

Obviamente, como no logró lo que buscaba, no volvió a hablarme y fue un alivio para mí.

A muchas personas hoy día solo les interesan las relaciones donde obtengan algún tipo de beneficio. No pretenden nada serio que les haga sentir comprometidos; es más, si esa relación de “amistad con derechos” empieza a despertar sentimientos, huyen como si se estuvieran quemando.

¿Por qué esa imperiosa necesidad de escapar del compromiso?

Pueden ser varias las razones. Contemplemos primero que es muy probable que estas personas no tengan la madurez emocional necesaria para tener una relación seria. Puede ser también que hayan pasado por una relación que les dejó devastados y quieren evitarse el “drama”.

También pueden tener un terror inmenso a que les rompan el corazón; ya pasaron por eso y solo buscan compañía y beneficios, pero nada más.

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Como sea, lo cierto es que este tipo de relaciones a la larga traen consecuencias terribles para ambas partes.

Hablo desde la experiencia. Sé qué consecuencias traen consigo y el desgaste emocional que esto puede representar.

Consecuencias

Puede ser que en un inicio este tipo de relaciones llenen espacio vacíos en tu vida emocional. También pueden darte descargas de adrenalina que te hacen sentir vivo y atractivo.

Sé de cuenta propia lo agradable que puede ser tener a una persona interesada en ti. También sé lo estresante que puede ser que busque algo serio y tú tengas que rechazarlo; a veces de manera cruel porque no entiende un no por respuesta.

No, no es agradable hacer sufrir a alguien; y yo era muy ciega en ese tiempo para darme cuenta de mis errores.

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Jamás me enamoré de alguien en aquel tiempo. Para mí solo eran personas para llenar la soledad o para alimentar mi ego hambriento de aprobación.

Claro que eso también me pasó factura, una muy dolorosa, y aún ahora cargo con las consecuencias de mis acciones. Lo bueno es que aprendí mi lección. Hoy tengo claro que si algo no volveré a hacer, será jugar a los “te quiero sin compromiso”.

Es un acto egoísta

Este tipo de relaciones son muchas veces egoístas. Buscas un beneficio, el que sea: compañía, regalos, aprobación social, cariño, o incluso demostrarte a ti misma que eres atractiva.

Desde luego, el primer impulso es huir cuando sabes que estás generando afecto por la otra persona o viceversa. Escapas porque no quieres enamorarte, no quieres dramas ni escenas de celos; quieres todo lo bueno que ofrece una relación sin las complicaciones de un noviazgo.

Eso lo buscamos todos. El asunto es que los somos criaturas complicadas que no podemos sacarnos el corazón para no involucrarlo. Tarde o temprano terminarás enredado en tu propia red y puedes llegar a ser el o la usada.

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Creeme que por más que este tipo de vínculos sean consensuados, tarde o temprano comienzas a desarrollar sentimientos.

En algún momento llegará la persona indicada

Puede ser que elegiste el camino del cero compromiso por miedo a sufrir. Creo que no hay una sola persona en el mundo que no sepa lo que es sufrir por alguien. Sin embargo, no podemos ir por la vida huyéndole al dolor; este se hará presente en tu vida mientras necesites crecer, madurar y aprender la lección.

Puede que alguien te haya pagado mal, pero no por eso deben pagar otros por el daño de alguien más. Lo más adecuado es que sanes las secuelas de una relación infructuosa antes de iniciar otra. Esto te garantizará fortaleza, seguridad y amor propio, uno que no te dará alguien más. Créeme que nadie te amará más y mejor de lo que tú misma puedes hacerlo.

Si lo que busca es diversión, practica un deporte, sal con amigos, ten uno o varios pasatiempos; pero no te rebajes.

Créeme cuando digo que ahora puedes pensar que no es una perdida de tiempo. Es peor, es una pérdida más grande: te pierdes a ti misma.

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Erika Patricia Otero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.