Ten cuidado, tu cerebro cree todo lo que dices

"Tanto si crees que puedes, como si crees que no puedes, estás en lo cierto", Henry Ford.

Erika Patricia Otero

Como muchas cosas que inspiran la vida de alguien, este mensaje me llegó de manera fortuita. Decía: “Tanto si crees que puedes como si piensas que no puedes, estás en lo cierto“, Henry Ford. Poco después pude comprobar por cuenta propia que era muy cierto.

Siempre tuve miedo a las alturas; sin embargo, quise demostrarme a mí misma que era capaz de hacerle frente a ese temor. Fue así como un día, cuando estaba de vacaciones en Bogotá, un conocido me invitó a una excursión al cerro de Monserrate.

Cerro de Monserrate - LaLoLa App Bogotá

Este cerro es paso obligado para turistas los turistas. En la cima hay un santuario que ofrece unas vistas maravillosas de la ciudad. Para alcanzar su cima, la administración del lugar ofrece 2 opciones: Funicular o Teleférico. Sin embargo, quien de verdad quiere hacer la travesía, sube a pie hasta la cúspide, eso fue lo que nosotros hicimos.

Debo decir la aventura me emocionó. Llegar fue sencillo, pero luego vino lo terrible: la subida. Cada paso era una tortura no solo por mi mal estado físico, sino porque Bogotá queda a  2.630 metros sobre el nivel del mar; así que cada tanto me faltaba el aire. El frío no era el problema, la altura sí, pues me descompensaba.

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Huelga decir que a mucho menos de la mitad del trayecto ya quería regresar donde me hospedaba. Pese a eso, yo no me quería dar por vencida. Negarme a seguir era igual a darme por vencida y no quería. En ese momento recordé la frase con la que doy inicio a este relato:

“Si pienso que puedo o que no, tengo razón”

Me repetí esa frase en cada paso que daba y me daba fuerzas para continuar. En menos tiempo de lo que pensaba, ya estaba en la cima.

Si piensas que hay problemas, esa será tu realidad

El cerebro es una máquina perfecta; tanto, que si en algún momento sufres un accidente cerebro vascular, la parte sana podrá asumir las funciones de la parte que se dañó.

Te preguntarás a qué voy con esto… simple, tu cerebro tiene el control de todo lo que vives y percibes. Es por esto que una misma situación es percibida de forma diferente por varias personas.

Para no ir más lejos, una situación de confinamiento obligatorio como la que estamos viviendo en algunos lugares, para ti puede ser tomada como la oportunidad perfecta para descansar y relajarte; para tu madre es el anuncio del fin de los tiempos y para tu padre es un tiempo perfecto para hacer cambios internos. Todo depende de la manera en la que enfoques la situación.

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Así es con todo en la vida; el amor para ti es pasión y aventura, y para otra persona es romanticismo y ternura. La crisis para tu hermano es igual a amargura y sufrimiento, y para su novia es oportunidad de probarse a sí misma.

La oportunidad de madurar radica en cómo afrontas las dificultades

Los mal llamados “golpes de la vida” son los que forjan la madurez en cada uno de nosotros. Nadie madura en los momentos donde está cómodo y feliz; por eso son necesarias las crisis.

Los problemas son los que muestran el material del que estamos hechos. Hay quienes huyen de los problemas y ocultan su cabeza como una avestruz en un agujero; aun así, eso no evita que tengan que hacer frente a los conflictos tarde o temprano. Lo peor de la situación, es que la lección que es aplazada o negada se va a repetir a lo largo de la vida hasta que sea asumida y enfrentada. Es por todo esto que lo mejor es afrontar los problemas y resolverlos para poder seguir adelante y no quedar estancados.

Puedes tener miedo, afrontar los problemas con miedo, pero ¡hazlo! El punto es que te des la oportunidad de crecer y aprender; te aseguro que el camino se hace más fácil y tú, más fuerte.

Nada es para siempre

Por fortuna, todo lo que pasa en la vida es temporal. Así que si crees que vas a estar en la cima del éxito o hundido en el fracaso para siempre, ¡cuídate! la vida puede dar un giro radical cuando menos lo esperes.

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Recuerda que la vida es una sucesión de eventos que no son estáticos. Los buenos momentos pueden prestarse para dormir el alma, pero los malos llenan de ganas de salir adelante y reinventarse.

Es por esta razón que es importante que te des la oportunidad de aprender todo lo que puedas de ti en los malos momentos, porque estos son los que te hacen una mejor versión de ti mismo.

¿El vaso está medio lleno o medio vacío?

¿Cómo ves el vaso, medio lleno o medio vacío? El vaso solo está lleno hasta la mitad.

Si le haces esta pregunta a alguien pesimista te dirá que el vaso está medio vacío, pero si le haces la misma cuestión a alguien optimista te dirá que está medio lleno. Es el mismo simple vaso, lo que cambia es la manera como lo ves.

Cuando recién comenzó la crisis mundial por el coronavirus, muchas personas se quejaron porque solo eran capaces de ver el peor de los panoramas. Aun así, hubo personas que adoraron el poder estar con sus familias después de años sin tener vacaciones.

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Hubo también un buen grupo de personas que vio la oportunidad de hacer trabajos de servicio a la comunidad, mientras otros solo se quejaban de la monotonía.

¿Ves que toda situación depende de cómo la percibes? Todo evento difícil pasa pronto; lo que te quedará para siempre es lo que aprendiste en esos momentos.

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Erika Patricia Otero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.