Tranquila mamá, confundir el nombre de tus hijos es señal de que los amas

No, no tienes problemas de memoria ni es la edad. Los expertos aseguran que se trata simplemente del amor que sientes por tus hijos. Te lo explicamos mejor en este artículo.

Erika Patricia Otero

Salgo de prisa de mi habitación ante el llamado de mi madre. Procuro ir antes del segundo llamado porque suele molestarse mucho si tiene que llamarnos dos o más veces; así que para evitarme el regaño, procuro ir tan pronto escucho mi nombre.

Al llegar le digo:

-“¿Señora?“, se gira y me mira con extrañeza. Ante esto le pregunto: -“¿Qué quiere? me acaba de llamar“, así que me dice: -“sí, no la estaba llamando a usted, sino a su hermana“. Entonces le replico -“¡pero si me llamó a mí!”. La respuesta de mi madre es: -“no, a usted no porque está ocupada“, y se ríe; ella sabe que de nuevo confundió nuestros nombres.

Este hecho no deja de ser simpático aunque ya tengas 50 años. Pero ciertamente tiene más gracia cuando la intención de tu mamá es regañarte y eres un niño de 5 años que junto a sus hermanos tiene la casa hecha un desastre de juguetes.

Estoy segura que a ti también te pasó que tu mamá te llamó, y cuando fuiste, a quien necesitaba era a uno de tus hermanos, o al contrario. A todas las mamás del mundo les pasa que llaman a sus hijos intercambiando sus nombres.

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Si te genera preocupación, pues puedes estar tranquila: según la ciencia, eso es señal de que los amas mucho. Te diré por qué.

La ciencia tras este simpático fenómeno

El diario Memory and Cognition publicó una encuesta donde se le preguntó a 1700 personas si alguna vez los habían llamado por el nombre de uno de sus hermanos, o si ellos mismos lo habían hecho con sus hijos. Las respuestas que los participantes dieron fueron analizadas, dejando como conclusión los siguientes datos:

Ese error puede ser cometido un personas de cualquier edad, así que lo descartaron como un síntoma de la enfermedad de Alzheimer.

Además, puedes confundir los nombres de tus amigos, los de tus animales de compañía. Nada tiene que ver que los niños se parezcan, o que entre los nombres que les colocaste hayan similitudes; lo cierto es que al ser “guardados” en la misma red semántica, vas a llamar a tus hijos por nombres equivocados, posiblemente hasta el día que dejes este mundo.

Ser madre o padre no es fácil, pero siempre puede ser gracioso

Mi madre me cuenta que mi abuela era sumamente estricta; sin embargo, mi mamá pese a que es una mujer que impone respeto, ciertamente que es relajada. Mi mamá nunca se limitó a enseñar valores, principios y ser estricta.

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Por los noventas, mi hermana y yo éramos niñas que estábamos pasando por una situación muy difícil debido a que mis padres se habían separado. En casa pasábamos por días buenos y malos, pero mi mamá siempre se empeñaba con lo poco que podía brindarnos a hacernos felices.

De los mejores recuerdos que tengo de ese tiempo, era jugar en la sala de nuestra casa a la golosa (rayuela o avioncito). Era gracioso porque el piso de casa es súper liso, y al hacerla con tiza (gis), quedaba aun más resbaloso, así que jugarla era un peligro. Admito que caernos a causa del juego era generador de muchas risas y eso hacía que siguiéramos jugando a diario.

Hoy que ya somos adultas, lo que hacemos es compartir todo el tiempo posible en familia. Es bueno porque siempre sale un tema gracioso que nos hace reír a más no poder, y ciertamente eso nos une aún más.

Esos pequeños momentos de felicidad familiar son los que puedes dar a tus hijos como la mejor herencia.

Hacer felices a los hijos no es tan complicado como se cree

Muchos padres creen que hacer feliz a los hijos está sujeto al poder adquisitivo que se tiene. Es natural que desees darle a tus hijos todas las cosas que de niño tu no pudiste tener, pero lo cierto es que la felicidad de tus hijos no se limita a un juguete de última tecnología. Lo que tu hijo necesita realmente es que tu compartas tiempo con él.

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Sí, puede ser que las mamás equivoquen los nombres de sus hijos y eso les haga reír o sentirse confusos; pero de todas esas pequeñas cosas divertidas del día a día, tus hijos forman recuerdos invaluables.

Tu hijo va a recordar ese cumpleaños en familia, no por los regalos que le dieron, sino por el tiempo que compartió con las personas que quería. Tu hijo va a recordar ese paseo a la playa no solo por el lugar a donde fue, sino por las personas que estuvieron con él a su lado mientras jugaba con la arena.

No necesitas muchas cosas para dejar grandes recuerdos en la vida de tus hijos; solo dar de ti desde el corazón. Créeme, ellos te lo agradecerán toda la vida y esa es la mejor manera de proyectarte a la eternidad.

Si eres madre o padre la invitación es que te relajes, y que eduques con amor. Que te diviertas con tus niños y que siembres en sus mentes recuerdos invaluables; ellos te lo agradecerán toda la vida.

Toma un momento para compartir ...

Erika Patricia Otero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.