Tu familia y una enfermedad terminal

Como mujer se sufre mucho con una enfermedad, especialmente si es de tu madre o tu padre. He aquí algunas enseñanzas personales.

Adriana Acosta Bujan

Los recuerdos de la familia son lo más valioso e importante. Un hombre sabio tenía que trabajar con presos que habían purgado varias condenas y eran reincidentes. En la primera entrevista que tenía con ellos, siempre iniciaba con un: “Platíqueme de su madre”.

Recordar nuestros padres, nuestra infancia, la casa de nuestra niñez, es algo que siempre nos sensibiliza, y es en ese marco en donde nos formamos. Esos maravillosos recuerdos, son el ejemplo con el que me desenvuelvo en mi diario acontecer en mi matrimonio y en mi labor como madre e hija.

Hoy día estoy agobiada: mi padre agoniza, y en cada momento busco esa alegría que hoy veo lejana, mas no perdida. Por ello, te comparto mi experiencia de primera mano, con la esperanza de que pueda servirte si te encuentras ante una situación igual.

1. No permitas que se apague tu optimismo

No ha sido fácil, pero siempre procuro anteponer una sonrisa a una lágrima; y aun así, en mi llanto también descargo la alegría. Tener un familiar tan cercano con problemas de salud graves no es sencillo. Créeme: cada día es un milagro que abrazo con toda la fe.

¿De qué me serviría a mí o a mi padre que estuviera triste, desganada o desanimada todo el tiempo? No permitas que el dolor sea mayor que los momentos y recuerdos de la felicidad que has vivido, y que hoy son parte de tu vida diaria, no dejes que ese duelo se refleje en tu actitud, pues no aportara una mejora a tu ser amado.

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Sin importar cuánto duela, mantente ecuánime, centrada en vivir, en tu matrimonio. Apóyate en tu esposo y permítete una sonrisa que provea de luz en esos momentos más oscuros.

Relee: Hablemos de la muerte.

2. Prepárate con fuerza y amor

Nunca será fácil la partida de un ser amado. Sin embargo, debes de tener claro que esos momentos previos son para compartir el amor y el respeto. No tiene caso guardar rencores, u odios; la mejor preparación viene con el saber que el amor perdurará en sus corazones y recuerdos, así como con la esperanza de que no todo termina en la tumba. La esperanza en la resurrección nos llena de fuerza y amor.

3. Reflexiona y mejora

Deja de lado cualquier recriminación, ya para tus seres queridos, ya para ti misma. Piensa en las cosas que has vivido y aprende de ellas para el futuro; ante esta situación, lo mejor es saber que el aprendizaje perdurará y te permitirá ser una mejor persona. Y tengo para mí que tu familiar podrá estar tranquilo sabiendo que aprenderás de tus errores y tus convicciones se verán reforzadas en la vida que te queda a ti por delante.

Relee: La muerte de un ser querido es un tema que hay que hablar con los hijos.

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4. Que tu Fe te guíe

No hay nada mejor protección para el dolor, que la esperanza. Hay fortaleza y consuelo en la oración. No es fácil, pero te invito a que reflexiones en tus creencias y a que te apoyes en tu religión para estar en paz con tus ideales, con la familia que te rodea y con la sociedad en general.

Yo deseo que lo que vivo hoy, y lo que estoy aprendiendo te sirva como una manera de ser fuerte si te llega a suceder algo similar. Vivo feliz por lo que viví al lado de mi padre, de sus enseñanzas, de su amor y su cariño. Eso es lo más valioso que dejaré a mi hijo y que cuidaré de su memoria, como el gran hombre que es.

Finalmente, te invito a releer: Cómo hablar de la muerte a niños pequeños.

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Adriana Acosta Bujan

Adriana Acosta estudió comunicación, es madre y abuela, y actualmente se dedica a la enseñanza e investigación a nivel universitario en Puerto Vallarta. Publica sus escritos esperando que ayuden a las personas que leen sus útiles vivencias.