Tu hijo no aprende si la emoción no existe

Si te preguntas cómo puedes ayudar a que tu hijo aprenda mejor, estas palabras son para ti.

Denhi Chaney

¿Has escuchado el dicho de que a las mujeres nada se les olvida? Aunque suene chistoso y hasta extremo, algo tiene de cierto. Como mujeres —no quiere decir que los hombres no lo hagan— somos más propensas a sentir y expresar emociones. Incluso la ciencia confirma que cuando un acontecimiento o información está entrelazado con una emoción poderosa, somos muchos más propensos a recordar tal hecho.

Aunque estas revelaciones no son nuevas, lo que sí lo es son los estudios de Francisco Mora en el entorno de la Neuroeducación, misma que propone que nuestro aprendizaje viene de la mano de una emoción poderosa o, en palabras de él, en realidad solo se puede aprender lo que se ama.

Esta información es importante ya que tiene el potencial de cambiar la forma en que nuestros hijos aprenden en la escuela, ya que como Mora nos dice: “la neurociencia cognitiva ya nos indica, a través del estudio de la actividad de las diferentes áreas del cerebro y sus funciones, que solo puede ser verdaderamente aprendido aquello que te dice algo, aquello que llama la atención y genera emoción, aquello que es diferente y sobresale de la monotonía.”

De acuerdo a este planteamiento, una de las emociones más importantes para el aprendizaje es sentir alegría. Con esto en mente, aquí te propongo algunas ideas para que tu hogar sea un lugar en donde tus hijos pueden aprender de una forma más productiva y significativa.

1. Haz que tus hijos jueguen mucho

Si la forma en que nuestros niños aprenden mejor es experimentando alegría, lo ideal será dejarlos jugar y que usen su imaginación. Es importante precisar que cuando digo dejarlos jugar, no me refiero a videojuegos, a que vean una película o la televisión. Hay que fomentar que jueguen con juguetes, que dibujen o que usen su imaginación en cualquier otra actividad. Que su creatividad no tenga límites, ya que como afirma Francisco Mora: “los niños hoy aprenden, desde muy pronto, conceptos abstractos en habitaciones con ventanales sin mucha luz o luz artificial, con el rigor y la seriedad de maestros que se alejan de aquel juego primitivo que generaba aprender y memorizar de lo sensorial directo, con alegría, base de la atención y el despertar de la curiosidad.”

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En ese sentido te invito a leer: ¿En dónde está tu mente cuando juegas con tus hijos?

2. Tu actitud cambia todo

Si la alegría es necesaria, es importante que juegues con tu hijo precisamente así: alegre. Intenta recordar cómo era ser niña, la curiosidad, la emoción, la inocencia y la sed por saber y conocer más del mundo. Invítalo a jugar contigo, y ante todo ríe mucho, que el reconozca que la felicidad es plena cuando uno deja su niño interior libre.

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3. Exploren juntos

Despierta su curiosidad investigando juntos, solo necesitas tomarte el tiempo de conocer sus intereses. Si sabes que le gustan los animales de la jungla, organiza un viaje al zoológico o si le gustan los peces un viaje al acuario. Busca oportunidades para que juntos aprendan cosas y conozcan lugares nuevos. Te aseguro que recordará estas excursiones, lo que aprendió en ellas y, sobre todo, lo que sintió al estar contigo.

Utiliza esta información para que tu hijo aprenda de forma más productiva y sobre todo, ¡de la forma más feliz! Deja que la alegría llene tu hogar y que como consecuencia, se convierta en un lugar de aprendizaje.

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Denhi Chaney

Denhi Chaney es egresada de la Universidad de Brigham Young con maestría en Terapia de Matrimonio y Familiar. Denhi también es esposa y madre de un niño. Puedes contactarla en .