Tu hijo quiere dejar la escuela. ¿Qué puedes hacer? Platica con él, conócelo y apóyalo

¿Tú hijo adolescente quiere dejar de estudiar? ¡Tranquilo! Ni es el fin del mundo ni has fallado como padre. Entérate de lo que puedes hacer para enfrentar esta situación

Emma E. Sánchez

¿Así que tu hijo tiene planes de dejar la escuela? No es un problema único y no eres la única madre de familia que afronta tal desafío. De modo que respira profundo y juntas vamos a reflexionar al respecto, ¿de acuerdo?

Número uno

¡Platica con tu hijo! Repito: platica con tu hijo. Escucha con calma, mantén tu boca cerrada, tus oídos muy atentos y, si lo crees necesario, toma notas. El propósito es descubrir exactamente qué es lo que está sucediendo con tu hijo, qué lo está llevado a decir tal cosa y a predisponerse a no estudiar.

Dar con la causa precisa y exacta les ayudará a solucionar el problema, por lo que, por favor, concéntrate en el problema y bajo ninguna circunstancia y de ninguna manera te metas con tu hijo y con quien es él, ¿queda claro?

Por ejemplo, si tu hijo te dice que está “cansado de estudiar”, habría que revisar desde sus horarios para dormir y levantarse, la comida que consume hasta su carga de trabajo escolar y extracurricular; luego, entonces, hacer las modificaciones pertinentes pero nunca, nunca decirle: “Eres un flojo”, “Eres inmaduro”, “No sabes lo que dices”, entre otras frases descalificadoras. Evita cualquier frase que lo minimice. Recuerda: enfócate en la solución del problema y no concentres tus baterías en criticar a tu hijo. Despójate de cualquier actitud negativa o juicio crítico hacia su persona.

Escuchar con verdadera atención e interés sus ideas abrirá un canal de comunicación muy valioso que será particularmente indispensable cuando los verdaderos desafíos de la vida se presenten. La etapa del bachillerato podría ser una experiencia intimidante, presta atención a lo que sucede a su alrededor.

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Número dos

Durante la adolescencia muchos jóvenes lo que están buscando es medir, y hasta poner a prueba, a sus padres. Si has sido un padre constante desde la infancia, los hijos sabrán lo que se espera de ellos, cuándo y cómo. No bajes tus normas y siempre verifica que tus límites sean apropiados al tiempo de vida de tus hijos. Una regla para la familia es que los estudios no se abandonan, se pueden posponer por causas realmente importantes, pero nunca se abandonan. Un joven no puede dejar sus estudios o posponerlos antes de concluir la educación secundaria y él debe saberlo desde que cursa la primaria, la ley así lo considera.

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Número tres

Si ya han hablado y juntos han determinado que es conveniente para el joven dejar la escuela (situación poco común), debe establecerse un plan de trabajo y/o estudios alternos, un plan que incluya el servicio en casa, ejercicio y responsabilidades; de lo contrario, estaremos dañando los procesos de madurez e independencia necesarios en todo ser humano.

Tal vez choque con tus paradigmas la idea de “perder un año escolar”, pero permíteme decirte que cuando los padres dan un acompañamiento sabio y prudente al joven, ese año, aparentemente perdido, se convierte, en la gran mayoría de los casos, en un tiempo de verdadero aprendizaje y madurez, especialmente para los varones.

Y, por último

Tu hijo es lo más importante, conoce sus necesidades, sus pensamientos y procesos; ayúdale a vivir en libertad, en independencia y, sobre todo, a hacerse responsable de las consecuencias de sus actos y decisiones.

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Emma E. Sánchez

Pedagoga y Terapista familiar y de pareja. Casada y madre de tres hijas adultas. Enamorada de la Educación y la Literatura. Escribir sobre los temas familiares para ayudar a otros es mi mejor experiencia de vida.