¿Tu última relación amorosa era adictiva? ¡Recupera el control de tu vida!

Si amas algo, déjalo libre. Aquí te explico el por qué ese dejar ir es tan necesrio.

Myrna del Carmen Flores

Existe una canción de los años ochenta, interpretada por el grupo Police, que dice en una de sus frases: “Cada vez que suspires, cada movimiento que hagas, cada paso que des, cada vínculo que rompas, estaré observándote”. Sin duda, “Every breath tou take” (nombre de dicha canción) fue uno de los grandes éxitos de esta banda e incluso hasta nuestros días continúa escuchándose.

Es una canción muy contagiosa que muchos no podemos evitar que nos guste, sin embargo, si analizamos la letra podemos suponer que habla de un acosador. Un hombre desesperado que no está dispuesto a dejar vivir en paz a su ex compañera. Incluso he leído que el cantante Sting, autor de la canción, en una entrevista explicó que la escribió como una catarsis después de su divorcio, de ahí su sorpresa cuando esta se convirtió en un éxito.

Es increíble como algunas de las canciones de moda definen el amor de una manera dependiente y hasta enfermiza. No es extraño escuchar frases como: “sin ti moriría” o “mi vida sin ti no tiene ningún sentido”, lo que ocasiona, no pocas veces, que lo jóvenes visualicen el amor como sometimiento hacia otro ser humano.

Sin embargo, la dependencia no es amor. Esto no significa que las personas no deban importarnos, sino que no podemos depender de manera total de otro ser humano. Las personas permanecen a nuestro lado el tiempo que sea el indicado, ya sea un hijo, un amigo o incluso una pareja. Debemos ser capaces de dejarlas ir y entender que las personas cambian y evolucionan. De tal forma que lo que hoy define a una persona, puede ser diferente en un futuro.

Cuando amas a alguien, debes ser capaz de respetar la libertad que tiene de ser, sentir, pensar e incluso alejarse si es necesario. Cada ser humano es un ser independiente, con sus propias ideas y ambiciones. Respetar la individualidad de los seres queridos demuestra no solo nuestro respeto, sino un amor maduro y real.

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De igual manera, debemos exigir el mismo respeto, ya que el verdadero amor se vive en libertad. Sin embargo, para ello debemos aprender a vivir por nosotros mismos y recuperar el control de nuestra vida, si es que lo hemos perdido. Algunos pasos para lograrlos, podrían ser los siguientes:

1. Entender que no podemos obligar a una persona a sentir lo que no siente

Si alguien dice que no te quiere, es mejor aceptarlo, vivir una etapa de duelo y luego recuperarnos para poder salir adelante. Es importante saber que nadie te puede querer por obligación.

2. Tener el control de nuestras emociones

No es verdad que una persona tenga el poder de hacernos enojar o causarnos daño emocional, ya que somos nosotros los que permitimos que sus acciones influyan en lo que nosotros sentimos. Si alguien te lastima, no lo permitas y aléjate.

3. No coloques tu felicidad en manos de otro ser humano

Lo he dicho con anterioridad:tu felicidad depende de ti mismo, y de nadie más. Si alguien quiere compartirla contigo, que sea bienvenido, pero la felicidad es interior, jamás se encuentra en lo externo.

4. Aprende a dejar ir

Las personas cambian, deciden buscar nuevos horizontes, los hijos se van, los amigos viven etapas en las que nosotros no encajamos, las relaciones terminan. El aferrarse a algo que ya no es, sólo nos causará deterioro emocional. Lo mejor es aprender a dejar ir.

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Viktor Frankl, neurólogo y psiquiatra sobreviviente de campos de concentración nazi, indicó en uno de sus ensayos: “Al hombre se le puede arrebatar todo, salvo una cosa: la última de las libertades humanas —la elección de la actitud personal que debe adoptar frente al destino— para decidir su propio camino”. Procura tener siempre en mente que el control de tu vida está en tus manos, no en las de nadie más.

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Myrna del Carmen Flores

Myrna del Carmen Flores es maestra de inglés y madre de dos jóvenes. Puedes contactarla en