Tus regaños convierten a tus hijos en mentirosos

Cuando decir la verdad es una mala idea, mentir es siempre una opción.

Yordy Giraldo

Como padres tenemos la costumbre de amenazar a los chicos con cualquier cantidad de castigos si hacen algo que, como papás, no aprobaríamos. Represalias físicas, quitarles privilegios de juegos, televisión, salidas, amenazas sobre sucesos tremebundos como que se los va a llevar el viejito del saco y muchas otras historias con el fin de atemorizarlos y tenerlos controlados.

La verdad es que es cosa bastante normal este tipo de actitudes, yo misma he utilizado algunas de ellas y estoy segura de que jamás se hacen de mala fe. El problema es que debemos tener cuidado de nuestras palabras porque muchas veces lejos de controlar las situaciones, acabamos perdiendo su confianza.

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¿Qué tiene de malo que se asusten un poco si con eso logramos nuestros objetivos? Aparentemente nada, el problema es que la consecuencia no es solo un susto, sino que luego para evadirnos comienzan a negarnos las cosas; algunas de ellas capaces de poner en peligro sus propias vidas. Porque cuando decir la verdad es una mala idea, mentir es siempre una opción.

Acabo de conocer la historia de un niño que estuvo a nada de morir debido a que, por temor al regaño de sus padres, ocultó que se había caído de la bicicleta y que no traía su equipo de seguridad. Cuando lo revisaron días después descubrieron que tenía una fractura craneal y un hematoma cerebral, que habría sido fatal de no ser por la rápida y efectiva labor de los médicos. Él es solo una muestra de lo que podemos ocasionar cuando provocamos que nuestros hijos nos teman.

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El miedo nos hace mentirosos, he aquí 6 razones por las que nuestros hijos mienten:

1. Miedo a perder nuestra confianza

Cuando saben que han hecho algo que no les estaba permitido, prefieren callar a que pase que dejemos de creer en ellos; así que la próxima vez, modula el nivel de tus reprimendas porque más importante que regañarlos es mantener una buena relación.

2. Temor a las reprimendas

¿A quién le gusta que lo regañen? Por supuesto que a nadie, y si somos los típicos que hacemos una tormenta en una vaso de agua, de seguro que cualquier cosa es mejor que contarnos lo que pasó.

3. No quieren perder beneficios

Si el castigo excede lo que sea que haya sucedido, sin duda alguna no habrá próxima vez para contarte cuando cometa un error, así que enseña justicia siendo proporcionado con las consecuencias que apliques.

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4. Les asusta que los rechacen

A veces además de todas las cosas que decimos y hacemos en contra de nuestros niños cuando se portan mal, también sumamos la burla o la vergüenza por sus acciones. Si eres de ese tipo de padres, te apuesto que te ocultará cosas.

5. Mala comunicación

No saber qué esperar. Que las reacciones siempre sean en negativo y que no sepa cómo acercarse son consecuencias directas de una mala comunicación. De ser tu caso, seguramente en estos momentos están pasando muchas cosas debajo de tus narices que nunca sabrás.

6. Poca confianza en nosotros

¿Nunca estás del lado de tus hijos, ante cada errorcito terminas poniéndote en su contra? Felicidades, has perdido la confianza que deberían tener en ti, así que de seguro tus hijos podrían ser el niño de la bicicleta y tú ni en cuenta.

No estoy diciendo que hagas como que nada pasó, a toda acción corresponde una reacción, es física elemental y ellos deben saberlo. Pero espantarlos ciertamente no ayuda, y al contrario, como espero haberte mostrado, puede ser contraproducente de muchas maneras. Antes de educar edúcate para que tus hijos no te teman.

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Yordy Giraldo

Yordanka Pérez Giraldo, Cubana de nacimiento, mexicana por elección.