Un adolescente aprendió a matar mientras sus padres lo ignoraban. Podría ser tu hijo.

La noticia conmocionó al mundo: un joven de 18 años, acompañado de un amigo, mató a su padre imitando un videojuego. Esta historia te toca muy de cerca.

Laura Abbott

Se habla de una nueva generación de niños violentos. Se comenta sobre la creciente violencia en las escuelas y en las calles. Se investiga sobre la mala influencia de los medios de comunicación y los videojuegos. Pero esta historia es real: ocurrió en Palma de Mallorca (España) y la protagonizó un adolescente adicto a los videojuegos.

Andreu Coll, de 18 años de edad, con la ayuda de su amigo Francisco Abas, dos años mayor que él, mató a su padre golpeándolo cuarenta veces con un palo con clavos, similar al utilizado en uno de sus videojuegos favoritos, Dead Rising 2, que consiste en matar zombies. Andreu y Francisco se conocieron por internet, jugando otro famoso juego violento, Call of Duty. Pasaban días enteros jugando y solo se detenían para comer, según informan en los periódicos. Mi intención no es satanizar el uso de los videojuegos, sino ayudarte a reflexionar sobre algunas cosas que podemos hacer como padres para evitar que estos episodios se repitan.

  1. Cuidado con los juegos violentos. Los dos protagonistas de esta historia macabra, pasaban más de doce horas diarias frente a una consola con videojuegos violentos. Sus padres no hacían nada al respecto, incluso permitieron que sus hijos llegaran a ser expertos en algo que, en definitiva, cambiaría sus vidas para siempre. Nadie hizo algo para evitarlo; no solo sus padres, nadie.
  2. Mucho dinero y poco amor, fórmula fatal. “Mi padre me decía que si me quedaba a vivir con él lo tendría todo, tendría una buena vida”, comentó Andreu en el juicio. El resto de los hermanos viven con su madre en Santa Ponça (otra localidad mallorquina). Andreu contó que, aunque se lleva mejor con su madre, decidió irse a vivir con su padre porque tenía dinero. Sobre este caso, en la prensa también se dijo lo siguiente: “El abogado defensor del hijo de la víctima, enmarcó la horrible acción como respuesta desaforada a las supuestas ofensas, humillaciones y faltas de consideración del padre hacia su hijo primogénito, a quien pensó hacer heredero y regaló un Audi deportivo”. Como alcanzamos a notar, en la propia familia de Andreu se fomentaba una vida centrada en lo material, anteponiéndolo al amor, la unidad familiar y el bienestar espiritual y afectivo de sus miembros. Una familia destruida y un padre que, aunque humillaba a su hijo, era capaz de regalarle un automóvil costoso. Recuerda: los bienes materiales nunca suplirán el amor, tiempo, cuidado y atención que tus hijos requieren de ti.
  3. Efectos de una educación basada en “contravalores”. “Tras acabar con mi padre, pensé que Francisco y yo viviríamos mejor, que se acabarían las vejaciones”, confesó el joven al juez, mientras contaba las humillaciones que sufría por parte de su padre. Es evidente que su mente adolescente albergaba una dolorosa esperanza, muy diferente al tipo de ilusiones que debe tener un adolescente común. Los efectos del maltrato vivido en el seno familiar no siempre son tan crudos y escandalosos como los que se ven en esta historia. Sin embargo, la violencia en la familia siempre es devastadora y nunca tiene un final feliz. Cuida que tu familia cumpla con su función de brindar amor, apoyo y comprensión.
  4. La falta de orientación de los padres. “Abas indicó que viajó a Alaro, para visitar a Andreu, y confesó haber colaborado con el crimen por amor a Coll, de quien estaba enamorado y con quien esperaba vivir para disfrutar de su fortuna”, cuentan los diarios. Es evidente que la amistad que formaron estos dos jóvenes estaba fortalecida más por carencias afectivas y familiares que vivían ambos, que por otros motivos. Los unió la falta de atención y orientación de los padres. Este crimen que un adolescente describe hecho por amor, en definitiva muestra el desamor de su familia.

Por último, reflexiona en esto: matar es uno de los peores actos que se pueden cometer, porque atenta contra uno de nuestros principales derechos: la vida. No resulta natural hacerlo y mucho menos aprenderlo desde pequeño. Sin embargo, esta puede ser la historia de miles niños y adolescentes en el planeta que están expuestos, todos los días, a conductas semejantes que se naturalizan a través de los medios de comunicación y los videojuegos. Esta puede ser la historia de Juan, de Pedro o de Isabel, no importa. Incluso puede ser la historia de tu hijo, si no le prestas la debida atención.

Esta posición puede sonar extrema, exagerada, pero pretende ser un llamado de atención: dedica a tus hijos el tiempo, atención y cuidado que requieren y jamás minimices el efecto que en ellos puede tener la violencia que de manena cotidiana miran en las pantallas. Recuerda que si tú no atiendes estos aspectos, dejas a tus niños y adolescentes desprotegidos frente a una sociedad que, de manera silenciosa, fomenta la violencia en forma de juego y luego se sorprende cuando esta violencia se vuelve realidad.

Los niños y adolescentes absorben el mundo como se les presentes. Son como esponjas maravillosas dispuestas a aprender y a tomar como propio lo que ven, sobre todo si juzgan que tú lo consientes. Por ello, presta atención, orienta y apoya. Ten fuerza y paciencia, libera a tus hijos de los videojuegos violentos. Son una droga silenciosa que solo crea dependencia y más violencia. A cambio, puedes fomentar los deportes, recreaciones artísticas, el hábito de la lectura y todo tipo de actividades que se pueden hacer al aire libre, en convivencia con otros y que propician una vida sana. Con el paso del tiempo, tus hijos y tú estarán agradecidos, y te habrás ahorrado muchos dolorosos y graves problemas.

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Fuentes:

http://diarioadn.co/actualidad/mundo/joven-mata-a-su-padre-imitando-el-juego-dead-rising-2-1.68044

El parricida de Alar� emple� un palo con clavos similar al de un videojuego

El parricida de Alar� emple� un palo con clavos similar al de un videojuego
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Laura Abbott

Laura Abbott tiene muchas pasiones:sus hijos, su esposo, escribir, la danza y el yoga, el contacto con la naturaleza, compartir con sus amistades, los libros, la música...Para contactar: lauabbott@hotmail.com