Un incidente inesperado cambio la vida de esta chica posiblemente para siempre
El amor puede llegar en el momento y lugar menos esperado.
Erika Patricia Otero
Nunca sabremos donde vamos a encontrar el amor, pero lo mejor es que este puede llegar de la manera más imprevista.
Sí, la vida a veces nos sorprende y de muy grata manera; y un ejemplo de esto es la historia que te contaré a continuación.
El amor que nació en las alturas
Rosey Blair y su novio regresaban en avión a su casa en Dallas, Estados Unidos, pero les tocaron sillas separadas. Ella deseaba viajar junto a su pareja, así que le pareció buena idea proponerle a la chica que venia junto a su novio un intercambio de asientos. Para convencerla Rosey le dijo: ” Pueda que la persona que viaje a tu lado sea el amor de tu vida”; sin embargo, Rosey jamás se imagino lo que iba a pasar.
Ella es Rosey junto a su pareja Houston.
El intercambio se llevó a cabo y el viaje comenzó. Para sorpresa de Rosey, la chica con la que hizo el cambio de sillas se llevó bien con su ahora compañero de viaje pues comenzaron una animada conversación.
Durante el vuelo paso de todo un poco entre los recién conocidos: hablaron sobre sus dietas, sus trabajos, de vez en cuando se sonreían, se enseñaron fotografías de sus familias y nunca dejaron de charlar; además, sus brazos se rozaban sin que fuera molesto para ellos.
Pero lo realmente interesante es que Rosey documento todo lo que estaba ocurriendo con la pareja a través de su cuenta en Twitter. Fue así como la indiscreta transmisión de la reciente amistad de la que Rosey había tenido un poco la culpa, fue seguida por cientos y miles de personas que no querían perderse el desenlace de la historia.
Al terminar el viaje, sucedió que la pareja bajo junta del avión y juntos se fueron del aeropuerto en lo que para Rosey pareció el inicio de una maravillosa historia de amor.
El real misterio sobre al amor
Cuando nos enamoramos no controlamos de quién lo hacemos o la manera cómo sucede, y al respecto son ríos de tinta los que se han escrito.
Sin embargo, diferentes áreas de la ciencia atribuyen el amor tanto a cuestión de hormonas así como a meros impulsos que nos llevan a fijar nuestra atención en alguien inespecífico.
La antropóloga Helen Fisher expone el amor como un impulso diciendo:
“El amor no es una emoción, sino un impulso, una necesidad fisiológica para el ser humano”
Explica Fisher que ese “impulso” surge cuando el cerebro se inunda de feniletilamina (una hormona), y que ésta a su vez hace que el organismo libere grades cantidades de diferentes neurotransmisores como son la dopamina, norepinefrina y oxitocina.
Básicamente lo que explica es que todo lo que tiene que ver con el amor lo debemos a una explosión de hormonas que controlan nuestro cerebro, dando la sensación de nerviosismo, se acelera nuestro corazón y nos revuelve el estomago y ¡zas! ha nacido el amor.
Biológicamente esto es cierto, pero tanto como decir que esto es amor es -en lo que a mi compete- es reducirlo a lo mínimo. La verdad yo consideraría esto más como el nacimiento de la atracción inicial que surge en el mismo momento de conocer a alguien, pero es eso, simplemente atracción, que podría o no trascender y volverse amor.
Etapas del amor
El amor real es mucho más que una revolución hormonal. Si bien nadie puede negar los síntomas físicos que delatan a una persona que siente atracción por otra o a una enamorada; ciertamente las cosas no quedan solo en la parte de las reacciones físicas del cuerpo pues el amor evoluciona con el paso de los años.
Todos sabemos que hay relaciones que se quedan en lo meramente físico y no van más allá de la atracción inicial. Otras más no trascienden el enamoramiento, así que tan pronto como pasa el “encanto” de esa magia y el conglomerado de sensaciones que te hacen sentir vivo y que todo merece la pena; pues el “amor” se acaba.
Los amores más fuertes son aquellos que logran REBASAR la etapa del enamoramiento; esos amores que a pesar de que han notado en su pareja una cantidad increíble de defectos, aun así le aman con lo más profundo de su ser.
En ese tipo de amor ya no urge ese contacto físico que si no se tiene se sienten morir, solo basta con tener esa persona a tu lado para saber que se tiene a alguien por quien luchar y que la vida ciertamente merece la pena.
El amor maduro
Lastimosamente es un tipo de AMOR que muy pocas parejas hoy en día logran. Para llegar hasta este punto se requieren cualidades tales como la perseverancia, la confianza en el otro, la capacidad para comunicarse de manera efectiva, la comprensión, el respeto, la amistad, la complicidad, buen ánimo, entre muchas otras.
Se requiere de perseverancia porque en el amor las pruebas son constantes y quien no esté dispuesto a jugarse el todo por el todo por su pareja, simplemente no ama.
Con la confianza en el otro se llega lejos porque es prácticamente darle las llaves de tu corazón a una persona que podría jugar contigo en el momento menos esperado. Si confías en esa persona es porque tienes la certeza de que no te va a dañar.
Después de muchos años de unión, el aspecto físico va quedando en segundo lugar, y lo que fortalece cada día la relación es la capacidad para decir de manera asertiva lo que piensas y sientes. Por supuesto lo que buscas es NO HERIR A QUIEN AMAS.
Otro aspecto que prevalece cuando alcanzas el amor maduro es la comprensión, esa capacidad para ponerte en el lugar del otro y así entender qué o cómo se siente.
La complicidad y el buen ánimo dan ese plus divertido a la relación, pues les permite proyectarse a futuro pese a todos los problemas que puedan llegar a afrontar.
Esto es lo que EN REALIDAD ES EL AMOR.
No sé si la pareja de la historia construyo una relación afectiva o no, pero con sinceridad puedo decirte que hubo atracción y este es el primer paso para ver nacer el amor; yo espero algún día poder saber si terminaron juntos y felices para siempre, porque SÍ SE PUEDE.
Erika Patricia Otero
Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.
