Una carta para el papá de Koldo (y para todo padre ausente)

A veces los psicólogos nos transformamos en héroes cuando los niños descubren que podemos descifrar en sus dibujos o juegos como el dolor les hinca el diente en el alma.

Marta Martínez Aguirre

Koldo, como muchos otros niños, escribe en la pizarra la palabra “papá” con ocho letras: a-u-s-e-n-c-i-a. Es por eso que su madre lo llama con una dosis extra de bondad y lo besa, mientras lo abriga para irse al colegio.

Tú, papá, te fuiste del hogar hace dos años y tres meses, pero el día que el neonatólogo colocó a Koldo en tus brazos, supiste que llevaría tu sangre para siempre, o mejor aún, sería imposible no amarlo. Sin embargo unas cuantas copas de más y esos amores nuevos que te desvelan, se han entrometido entre tú y sus prácticas de fútbol; entre tu vida, y sus clases de saxo.

Tu hijo espera absoluta sinceridad de parte tuya

Es un niño muy inteligente. Para sus nueve años entiende muy bien que ya no tienes tiempo para las tardes de cine en casa, con pop corn (palomitas de maíz) acaramelado incluido, porque tú prefieres estar con otro niño que ni siquiera le gustas, sólo porque su madre es el nuevo “amor de tu vida”.

“No quiero que me mienta”, me dijo Koldo mientras le pedí que dibujara una casa, un árbol y una persona.

A veces los psicólogos nos transformamos en héroes cuando los niños descubren que podemos descifrar en sus dibujos o juegos como el dolor les hinca el diente en el alma.

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Nosotros los profesionales de la salud mental, cuando trabajamos con niños, nos comprometemos a escucharlos, contenerlos y sostenerlos, sobre todo después que empiezan a desmoronarse, como consecuencia de las crisis adultas que salpican y manchan sus esperanzas.

Todo niño anhela una familia feliz

Alcanza con ver sus dibujos, esas familias donde todos sonríen y se toman de la mano, mientras fuera del consultorio, tus enojos estallaban en palabras hirientes y en accidentales objetos rotos a tu paso.

Cómo psicóloga, suelo mirar el dolor de frente en esas “malas conductas”, y ya no me asombra el nuevo significado de la palabra “maltrato”, cuando me relata que hace meses llamaste y que le prometiste venir a buscarlo y se quedó toda la tarde del domingo vestido mirando por la ventana.

Mientras tu ex esposa le cura las rodillas, y lo abraza, él llora porque tú te perdiste su mejor atajada.

Como tú no estás, me pide para demostrarme su nueva lección de saxo y me regala “You are my daily bread”, mientras me dice que sueña con ser maestro de alabanzas en su iglesia. A veces me pregunto si te has dado cuenta que tienes un artista que lleva tu apellido y lo hará brillar en las marquesinas de todo el mundo.

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Acércate a tu hijo, mientras él todavía está de tu parte

Él no sabe muy bien las tablas de multiplicar y presenta alguna que otra dificultad que se asemeja a una dislexia, pero qué importa eso, si tú tienes el celular apagado cuando él quiere escribirte que te extraña y que no te llama porque no le queda saldo y que no le puede pedir a su mamá que se lo recargue porque sus “champeones” están viejos y necesita unos nuevos para el campeonato. De todas maneras, no te amargues, porque tiene conservada su comprensión, lo deduzco cuando me dice: “papá siempre soñó con ir de vacaciones a Cuba, todavía puede cumplir su sueño con su nueva familia, por eso no nos envía dinero”.

Quizás ahora que se te humedecen los ojos, puedas comprender que el divorcio no te arrebata el derecho a ser padre.

Koldo no es una de tus tantas pasiones, Koldo debe ser tu pasión número uno a tiempo completo, hasta el último día. Él no es una tarde compartida, cuando la culpa te lo recuerda. Todavía estás a tiempo, cómprate una agenda y anota que le encanta leer libros de mitología, que tiene locura con el chocolate con menta y que adora el blues, pero que su boquilla del saxofón está algo gastada. No te olvides que juega fútbol luego de ir a la iglesia y que una vez al mes, visita un hogar de ancianos para tocarles algunas melodías.

Prométeme al terminar de leer esta carta que vas a hacer lo imposible por estar presente en su vida, y no solamente cuando el abogado te llame.

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Marta Martínez Aguirre

Marta Martínez es de Uruguay. Posee una licenciatura en Psicología, y un posgrado en Logoterapia. Ama todo lo que hace y adora servir. Es especialista en atención psicológica domiciliaria. Contacto: