Valorar a la familia en las reuniones decembrinas

Existen hechos que nos marcan la vida pero para bien. Siempre es bueno recordar, valorar lo que se tiene para así dejar de renegar y estar inconformes con todo. Valora a tu familia en las reuniones decembrinas

Erika Gaytán

Todavía lo recuerdo bien, era la víspera de Navidad cuando estaba con un grupo de amigos celebrando la boda de uno de ellos: de pronto vi a mi hermana, quien muy agitada me dijo: “Mis papás sufrieron un accidente”. Cuando menos lo pensé iba corriendo hacia mi casa, con las zapatillas en la mano. Un tío había hablado para avisarnos. Era un 23 de diciembre. Todo fue confusión: mi padre estaba detenido y mi madre muy grave en el hospital. La causa: una persona en estado de ebriedad se había pasado un alto en plena luz del día.

A partir de esa Navidad todo fue diferente. Un año después de haber vivido todo ese horror, nos reunimos con la familia. Esa noche todos recordamos en silencio lo sucedido, y al momento del brindis rompimos en llanto. Hubo sentimientos encontrados: un poco por la alegría de estar todos juntos, otro tanto por lo que pudo pasar y otro más por recordar lo sucedido hacía un año.

Como bien se dice, “Lo difícil es el primer año”, pero en ocasiones no solo son doce meses, sino que necesitas muchas fuerzas para salir adelante; en otras, tal vez resignación, pero siempre reflexión y aprendizaje.

Hay que aprender a valorar lo que uno tiene y que siempre damos por sentado. Siempre escuchamos esto, pero ¿cuántas veces lo llevamos a cabo: dos, tres, diez, veinte veces? Es muy difícil llegar a esta cifra, porque solo es de un instante sobre lo que se reflexiona y se admite; sin embargo, apenas se da la vuelta se olvida, se deja de lado.

Pero, ¿de qué forma se puede valorar realmente a la gente que nos rodea?:

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Armonía en uno mismo

Este sería el primer paso: vivir o buscar la armonía en uno mismo. Si no se valora uno mismo, difícilmente lo podrá hacer con los demás. De modo que busca el equilibrio que necesitas para sentirte bien tú como ser individual en lo físico, en el interior, en lo espiritual y en lo moral.

Respetar

Se debe evitar descalificar o burlarse de los pensamientos, toma de decisiones, gustos, palabras, ideas, etcétera, de cualquier miembro de la familia. Evita que a cualquier comentario, propuesta o petición de los tuyos, la respuesta inmediata sea: “No”, “No sabes”, “No piensas, o ¿qué?”. Mejor sigue preguntando para tener toda la información y al final, trata de que tu propio hijo vea los pros y los contras de lo que propone y piensa. La decisión entonces será la idónea.

Escuchar

Recuerda siempre que una buena relación se define también cuando se escucha de verdad. Esto se da haciendo contacto visual, una línea en que no hay distractores que puedan interrumpir la charla y de verdad poner atención a lo que se dice.

Humildad

Es muy difícil que, como adultos, se acepte esto, por un razonamiento de algún modo erróneo: “Yo he vivido más, por lo tanto sé más”. En efecto, la experiencia siempre ayuda, aunque no significa que siempre se cumpla, esto va a depender de muchos factores, de las personas, de los hechos, en fin… Lo que se puede hacer es siempre estar abierto y no dar por hecho que todo se sabe, porque quizá por eso mismo la gente no se acerca.

Comunicación

La comunicación siempre va a ser la solución perfecta para tener esa humildad que tanto se necesita a veces. Y no me refiero solo al hecho de emitir las palabras, sino también a los gestos, la mirada y el contacto físico que se pueda tener principalmente con la familia.

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Deseo que estas fechas nos ayuden a hacer un recuento de lo vivido en este año: los aciertos y los errores y con estos el aprendizaje que nos ayude a llevar una vida mejor, valorando, construyendo y mejorando lo que tenemos y a la gente que amamos.

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Erika Gaytán

Oriunda de la tierra del taco, el mariachi y el folklore. Periodista de profesión y corazón. Por muchos años he tenido la fortuna de colaborar como docente en la educación de niños, adolescentes y jóvenes. La música, la enseñanza, la investigación, lectura y escritura son mis grandes aficiones.