Vencer la depresión cuesta poco

La depresión puede quitarle sentido a tu vida, pero no puede quitarte la oportunidad de vencerla.

Marta Martínez Aguirre

Juliana luchó por meses contra un manto de depresión oscuro y espeso. No era un mal día, una jornada con el pie izquierdo o una nube pasajera, más bien era una profunda y arraigada depresión que le robó los mejores años de su vida. Se esforzó por tomar la medicación, asistir a la Iglesia, pedirle ayuda a Dios y hacer todo lo que le recomendaba el equipo médico y sus líderes espirituales. Sin embargo, la depresión era una garrapata que succionaba su energía y le hacía sentir absolutamente nada. Nada, silencio, dolor, agonía. Incluso intentó suicidarse en varias oportunidades pero afortunadamente, siempre falló.

Hace unos meses la conocí en una charla que ofrecí. Ella se me acercó, me tomó tímidamente de las manos y me dijo: “Si me permites, quisiera contarte mi historia”. Desde ese momento supe que ella necesitaba algo nuevo y quizá medio disparatado, pero ahora que su médico psiquiatra le ha dado el alta, fue con su permiso que quise compartir nuestro secreto para que pudiera superar este sentir.

Asiste a terapia

Lo primero que pactamos fue la necesidad de continuar con su médico psiquiatra y retomar terapia. Cuando sientes que la vida es una bruma espesa que te impide mirar el horizonte, no temas buscar ayuda y contarle a alguien especialista lo que te sucede. En primer lugar, si crees en Dios ábrele tu corazón y pide que te guíe a buscar el equipo médico adecuado, Él entiende lo que te sucede y desea ayudarte. Una vez que tengas un médico tratante cíñete al tratamiento, no creas que con dos o tres tomas ya estás lista, los medicamentos necesitan tiempo para actuar y la terapia puede llevarte meses.

Ora en comunidad

No te quedes con el dolor tú sola, comparte con tus amigos, familiares y vecinos lo que te sucede. La oración en comunidad no sólo te pone en contacto con gente que puede transmitirte su amor, sino que también abre las ventanas celestiales. Cuando la depresión intenta tironearte al rincón de la soledad y te surge la tentación de arrastrarte hasta tu cama y dormir, usa las redes sociales y convoca un comité de ayuda. Es tiempo que recuerdes que formas parte de una comunidad de amigos, de un grupo barrial, laboral o de estudio y que por lo tanto no estás sola. Existe gente a tu alrededor que quiere ayudarte y no sabe cómo, así que dile que ore por ti y de ser posible hazlo con ellos. Deja que otros entren en tu pena y le digan a Dios cuánto desean verte restablecida.

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Invierte en leer

La lectura te abre nuevos mundos, silencia el ruido, calma los temores y te regala un horizonte nuevo. Cuando lees, bebes de una fuente fresca y exquisita que el autor del libro ha querido compartir contigo. Leer enriquece la imaginación, desarrolla tu capacidad creativa y abre nuevas interrogantes, conoces otras vidas y otros lugares, te metes en la piel ajena y hasta te conviertes en protagonista. Todo lo que la depresión te quita, la lectura te lo devuelve en palabras.

Crea un jardín

Aunque sea en macetas o en latas, crea un espacio donde puedas recrear un trocito de la belleza de este mundo. De alguna manera puedes organizar tu propio Edén y tenerlo contigo, seguramente de a poco te sentirás motivada a pasar menos tiempo en la cama y más cuidando de tus plantas. Este jardín que tú has creado, irá poco a poco convirtiéndose en un dulce refugio donde podrás poner lo mejor de ti. Quizás te sirva dedicar una planta a cada uno de tus hijos, así tendrás un motivo para vencer el encierro.

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Retoma los estudios

Estudiar te ayuda a adquirir nuevos conocimientos, capacitarte mejor para un trabajo o estar más preparada para ascender, pero también para estar en contacto con otras personas. A pesar de la edad que tengas, es una maravillosa oportunidad para conocer nuevos compañeros y forjar de nuevo hábitos saludables. Estudiar no sólo te ayuda a vencer la depresión, sino que también te permite crecer como persona.

La depresión puede quitarle sentido a tu vida, pero no puede quitarte la oportunidad de vencerla.

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Finalmente, te invito a releer: Ser feliz no es producto de una fórmula mágica, está en ti.

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Marta Martínez Aguirre

Marta Martínez es de Uruguay. Posee una licenciatura en Psicología, y un posgrado en Logoterapia. Ama todo lo que hace y adora servir. Es especialista en atención psicológica domiciliaria. Contacto: