Ya no pelees con ella ni le tengas miedo: la báscula puede ser tu mejor amiga

El chiste recurrente es temer a la báscula; huir y pensar en ella como un monstruo que nos corretea todas las mañanas. Ya no le tengas miedo ni te escondas. ¡haz de la báscula tu mejor amiga!

Emma E. Sánchez

Es común que en muchos hogares existan básculas de baño para que las personas, fácilmente y con frecuencia, puedan revisar su peso y evitar problemas de salud, pero es igualmente común que esas básculas se queden guardadas bajo la cama o escondidas en algún armario y no cumplan su función. Aquí encontrarás algunas pequeñas sugerencias que puedes implementar a favor de tu salud y la de tu familia.

1. Saca tu báscula del closet y ponla en un lugar

accesible y a la vista

Un buen lugar puede ser cerca de tu tocador o donde acostumbras dejar tus pantuflas, la idea es que puedas tenerla a mano para pesarte regularmente y que no tengas ningún pretexto para hacerlo.

2. Si no tienes una, compra la que mejor se adapte a tus necesidades y gustos

En el mercado puedes encontrar básculas

Mecánicas. Son las más parecidas a las que los médicos usan en sus consultorios y son muy seguras y confiables. La gran mayoría de marcas no necesita ajustarse. Tienen la ventaja de ser económicas y prácticas.

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Digitales o electrónicas. Este tipo de básculas son muy populares por las funciones que pueden llegar a ofrecer. Algunas incluso te ayudan a guardar registros; tienen alarma y muchas cosas interesantes. Usan baterías y pueden llegar a ser delicadas en su uso y cuidado. Algunas de ellas hay que calibrarlas y programarlas. Hay muchos modelos y los precios varían según las funciones que manejen.

Busca una báscula que tenga una plataforma amplia donde tus pies se acomoden fácilmente que los talones pisen esa área y no queden fuera.

3. Lleva un registro regular de tu peso

Si vamos a comenzar a cuidar de nuestra salud es importante que consideres esto:

Pésate solo una vez a la semana. Por ejemplo, los lunes. O, máximo, lunes y viernes, pero no diario. La idea es cuidarte, no obsesionarte con el peso.

Hazlo a la misma hora. Viste la misma ropa al pesarte, tu ropa de dormir es suficiente. Hazlo antes de bañarte. El lunes al despertar y antes de bañarte con tu pijama puesta es una muy buena elección.

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No olvides llevar un registro. Deja una libretita o una hoja en la pared, donde puedas anotar la fecha y el pesaje de ese día, así comenzarás a tomar conciencia de cómo tu peso sube y baja según tu manera de alimentarte y tu nivel de actividad física.

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4. Complementa tu pesaje con una cinta métrica

A veces, al cuidarte, no bajas de peso pero sí tus medidas se reducen. ¡Eso también es una excelente noticia! Mide y lleva registro semanal de las medidas, siempre en el mismo lugar, de tu busto, cintura, cadera, brazo y pierna. Ten presente que la circunferencia de tu cintura habla mucho de tu salud, si rebasa los 100 centímetros es conveniente que visites al médico o a un nutriólogo para comenzar un régimen alimenticio apropiado para ti.

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5. Comienza a cuidarte

Thomas S. Monson dijo: “Cuando el rendimiento se mide y se informa, el ritmo de mejoramiento se acelera.” Cuando llevas un registro semanal de tu peso y medidas, puedes platicarle a una amiga tus progresos, entonces sentirás un compromiso mayor de seguir adelante y el cuidado de tu salud y figura mejorarán notablemente.

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Lo mismo sucede si algún otro miembro de la familia comienza a cuidarse. Ten siempre presente que es la oportunidad de animarse uno a otro sinceramente y no de criticarse o hacer burla del esfuerzo y fracaso de las personas. ¡Te deseo mucho éxito en este esfuerzo por controlar tu peso!

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Emma E. Sánchez

Pedagoga y Terapista familiar y de pareja. Casada y madre de tres hijas adultas. Enamorada de la Educación y la Literatura. Escribir sobre los temas familiares para ayudar a otros es mi mejor experiencia de vida.