23 cosas que hace una mamá cuando nadie la ve
Abraza a esa madre que llevas dentro. Date la oportunidad de fallar y aprender de tus errores, para mostrar tu mejor versión a tus hijos.
Fernanda Gonzalez Casafús
La maternidad es un antes y un después en la vida de cualquier mujer. Es innegable que nuestros hijos llegan para darnos vuelta la vida, para ayudarnos a replantearnos muchas cosas y para enseñarnos muchas otras.
Para muchas mujeres, la maternidad es una meta en la vida, para otras fue solo una curiosidad, y para otras un mandato. Sea como sea que los hijos lleguen a nuestro mundo, ellos nos hacen ver la vida con otro cristal, pues nos enseñan el lado más fuerte y también el más vulnerable de nosotras mismas.
La carga de la maternidad puede ser tan abogabiante, que muchas mujeres sentimos que no podemos con todo. Nos han hecho creer que ser madre es ser una “buena” madre las 24 horas. Sin embargo, también somos madres cuando nos equivocamos, cuando lloramos y cuando pedimos perdón por los errores que cometemos con nuestros hijos.
La sobrecarga de las madres actuales
En esta vorágine cotidiana, donde los papeles del trabajo se juntan con las compras y la hora de la cena, donde se nos pasan por alto los turnos con el médico, o donde hacemos cosas que dijimos que jamás haríamos (como dejarlos andar descalzos o trepar los árboles), es cuando más necesitamos un pequeño respiro.
La sobrecarga de las mamás del siglo XXI es bastante más que otrora. Sí, nuestras madres y abuelas han criado a tiempo completo y han puesto el cuerpo y el corazón en cada minuto. Pero a las mujeres de hoy se nos exige algo más. Y siempre algo se nos escapa.
O eres excelente en tu trabajo, o eres una excelente madre. Pero ambas cosas, difícil. Mi madre resignó mucha dedicación a su trabajo para poder brindarnos tiempo de calidad a nosotras, sus hijas. Sus colegas tal vez tuvieron brillantes carreras, pero mi madre estuvo a la salida de la escuela, me acompañó al médico, estaba allí cuando me despertaba y cuando me iba a dormir.
En la maternidad, todo se trata de elecciones. Y sí, tal vez puedas hacer ambas cosas, trabajar a destajo y ser una madre presente. Pero por algún lado, algo va a escaparse. Ya lo dice el dicho, “El que mucho abarca, poco aprieta”.
Cuando nadie nos ve
¿Alguna vez te preguntaste qué pasaría si dejas de hacer todo lo que haces a diario en tu casa? ¿Lo notarían? A menudo, nadie nota que la ropa está doblada, pero sí lo notan cuando no lo está. Nadie repara en el piso limpio, pero sí lo ven cuando está sucio.
Hay muchas cosas que las madres hacemos “cuando nadie nos ve”. Existe una larga lista de cosas que las mamás hacemos en casa que a veces pasan desapercibidas, pero que si nadie las hace, la casa sería un caos:
1 Juntar la ropa lavada, doblarla y guardarla
2 Rellenar botellas de agua (porque siempre las encuentras vacías en la heladera)
3 Llenar el comedero y bebedero de las mascotas
4 Limpiar la mesa que ha quedado llena de migas de galletas
5 Recordar cuándo es la cita con el médico
6 Recordar cuándo es la reunión de padres (e ir)
7 Recordar cuándo es el cumpleaños de Fulanito y Menganito
8 Pensar cada día qué hacer de almorzar y cenar que les guste a todos
9 Leer cuentos aunque se te cierren los ojos
10 Hacer la lista mental de las cosas del súper
11 Regar las plantas antes que se mueran
12 Poner en su lugar las cosas que todos van dejando por el camino
13 Poner la lavadora
14 Barrer las migas y suciedad del piso que a nadie parece importarle
15 Comprar los regalos de cumpleaños de toda la familia (y de los amiguitos de tus hijos)
16 Comprar los regalos de Navidad y Reyes de toda la familia
Pero también, hay otras cosas que hacemos cuando estamos solas en casa y nadie nos ve…
17 Poner música a todo volumen y bailar
18 Comer un chocolate que teníamos escondido
19 Tirarnos en el sillón a ver Netflix
20 Probarnos ropa de aquellos años dorados
21 Grabar Tiktoks
22 Darnos un baño de inmersión, escuchando esa música favorita
23 Hablar por teléfono sin interrupciones
La bella imperfección de la maternidad
Si te has sentido identificada con esta lista, ¡Enhorabuena! Eres una mamá auténtica. El reto de la maternidad actual es no dejarnos agobiar por las presiones y mandatos externos. Damos todo de nosotras, hacemos lo que mejor podemos hacer.
Tus hijos no necesitan una madre perfecta, necesitan una mamá feliz. El cuento de la madre que lo puede todo lo dejamos para las publicidades de pañales. Las madres verdaderas ríen, lloran, se enojan, se frustran y tienen días que son un sueño y otros que son una pesadilla.
Abraza a esa “madraza” que llevas dentro. Date la oportunidad de fallar y aprender de tus errores, para mostrar tu mejor costado a tus hijos: el de una madre que pelea día a día para ser la mejor versión de ella misma. ¡Adelante! Lo estás haciendo muy bien.