5 aspectos que te ayudarán a diferenciar un amor sano de uno que no lo es

Hay amores que duran para siempre, pero también existen los que duelen toda una vida.

Erika Patricia Otero

Creo que no son pocas las personas que en el mundo buscan amar y ser amados. Seamos francos, sentirse amado por alguien debe ser una de las sensaciones más agradables que se pueda experimentar.

En particular, no he tenido mucha suerte en el amor. La única persona que amé en mi vida no fue un buen amor. Tengo mucho que agradecerle, por ejemplo, gracias a él sé qué tipo de hombre merezco en mi vida.

La situación es que de todas las relaciones amorosas se aprende, sean buenas o malas. Y esto empieza desde la más tierna infancia.

Queremos y amamos desde que somos infantes. Lo interesante es que aunque aprendemos a amar, no sabemos cómo sucede este aprendizaje. Tal vez lo hagamos cuando recibimos afecto y cuidado de nuestra madre en su vientre o en sus brazos. Sin embargo, me siento tentada a decir que sentir afecto por otros parece ser algo innato en muchos de nosotros. Desde luego, también hay quienes no tienen sentimientos de amor, empatía o remordimiento; esto ya tiene que ver con enfermedades de tipo mental.

Sabemos que queremos a mamá porque la extrañamos cuando vamos a la escuela. Reconocemos que queremos a un amigo especial porque lo extrañamos en vacaciones; así pasa con cada persona con la que establecemos un vínculo afectivo.

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Si bien amar es algo que surge sin control, amar de manera sana es algo que se aprende. Podemos saber cuando alguien nos “quiere bien” y cuándo no. Esto tal vez se deba al lenguaje no verbal, y ¡claro! también por cómo alguien te trata.

¿Cómo sabes que alguien te quiere?

Nuestro cerebro sabe distinguir, gracias a la experiencia adquirida, cuando alguien nos quiere. Esto porque sabemos lo que es proteger, cuidar y preocuparse por otros. Claramente, también conocemos los antónimos del amor, que implican lastimar, herir o maltratar.

La situación es que a veces nos metemos por voluntad propia en relaciones dañinas. Es como si hubiéramos olvidado cómo distinguir las señales que diferencian el amor bueno del malo. Por supuesto, no somos perfectos y también hemos herido y manipulado a quienes amamos. Pese a esto, esa es la manera como aprendemos a amar y a ser amados. Lastimosamente, muchas veces aprendemos a base de “ensayo y error”.

5 señales que marcan la diferencia entre el amor sano y el amor enfermo

Como todo en la vida, amar también tiene limites claramente delineados. Hay 5 aspectos que son señales evidentes de amor dañino. Habiendo señalado esto, empecemos:

Intensidad

Cuando se da inicio a una relación amorosa, la intensidad entre las partes es bastante alta. Es una necesidad imperiosa de estar con el otro tanto tiempo como se pueda. Su compañía se vuelve una necesidad.

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Es acá donde debes poner a actuar el autodominio y no volverte asfixiante. Si, sé que necesidad de estar con quien se ama es apremiante. El asunto es que este tipo de conducta en lugar de unirlos más, lo que hace es distanciarlos.

Lo importante es que luego de esa “necesidad” de cercanía, la relación llegará a un punto donde ambos necesitarán espacio; es mejor que esto suceda desde el inicio de la relación y así no te sentirás rechazado.

Aislamiento y acaparamiento

Por lo regular, las personas que aman mal, lo hacen desde el principio. Una mala señal de amor es que tu pareja te aleje de las personas que te amas. No va a buscar integrarse al grupo, te va a alejar de este. Y se va a poner peor; juzgará de forma terrible cualquier acción “en tu contra”; además buscará la forma que te alejes, en lugar de ayudarte a encontrar una forma de conciliar los problemas.

Estará alerta para ver “quien te agrede”; esto para señalártelo sin piedad y así hacer que te alejes de ellos, sean o no familia.

Este comportamiento es común en personas que quieren acaparar toda la atención de su pareja. Es justo que le ayudes ver a tu pareja las fallas cometidas en su contra; sin embargo, lo correcto es que le ayudes a solucionar los problemas y no a agrandarlos más. Amar no es poseer ni absorber y menos generar discordia.

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Necesidad de control

Tener control de las situaciones genera seguridad y da más tranquilidad. Esto no funciona así cuando se trata de las relaciones personales.

Buscar la manera de controlar el tiempo y la vida de la persona “que se ama” es enfermo y dañino. La situación es que la persona controladora necesita sentirse segura de su pareja; por esto, ejerce presión para que su ser “amado” para mantenerlo bajo su escrutinio constante.

La pareja no es una extensión tuya. Pretender controlarlo es buscar anular su voluntad para que haga la tuya. Nadie está por encima de nadie y controlar a tu pareja es buscar imponerte y reducirla.

Celos

Muchas personas tiene la falsa creencia de que los celos son amor, y que entre más celos, más amor hay; nada más lejos de la realidad.

Las personas no son objetos para que creamos que tenemos alguna especie de título de propiedad sobre ellos. Los celos no son amor, son inseguridad y deseos de poseer.

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Menosprecio

Nada destruye más el amor propio y el que se siente por alguien, que el menosprecio. Restarle adrede importancia y valor al esfuerzo del otro en sus tareas o metas es destructivo. Nadie necesita que le hagan el favor de decirle si algo va a funcionar o no.

Absolutamente ninguno puede ver el futuro para saber si alguien tendrá o no éxito en una empresa. Nuestra labor como alguien que ama es apoyar y orientar; en caso de fracaso, es consolar y dar ánimos; nada más ni nada menos.

No somos absolutamente nadie para robarle los sueños a la persona que amamos. Amar no es poseer ni controlar; tampoco es acaparar y distanciar.

Puede ser que nos veamos tentados una y otra vez a caer en este tipo de conductas y actitudes viciosas. El punto es mantenerlas bajo control. Ponte en el lugar del otro y trata de sentir lo que siente el otro; esto te dará una perspectiva nueva. Amar es respetar la individualidad.

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Erika Patricia Otero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.