5 comportamientos poco aceptados socialmente que son benéficos para tu salud

Erika Patricia Otero

Como seres sociales que somos, es necesario que sepamos comportarnos y relacionarnos con los demás. Nada de malo hay en esto; no podemos ir por la vida siendo un problema para las personas.

Por supuesto, aprendemos a relacionarnos por el ejemplo que recibimos, primero de nuestra familia y luego en la escuela.

Todos recibimos la misma instrucción social: comportarnos adecuadamente. ¿Esto qué significa? Que el comportamiento social, ese que dicta las normas que debemos seguir es esencial para ser aceptados por los demás; quien no los acepta y no los acata, sencillamente es tildado como un “inadaptado”.

La situación es que esos comportamientos que no son aceptados por la sociedad, en realidad son muy necesarios. La razón de esto es que evitan que reprimamos nuestras emociones. El asunto es que las personas ven como “raros” a los seres humanos que infringen esas normas del comportamiento social.

Pues bien, a continuación expondré los comportamientos que se consideran inadecuados, pero que en realidad son 100% saludables.

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1 Llorar con facilidad

Equívocamente, las personas piensan que alguien que llora con facilidad es alguien débil; no es así.

Una persona que tiene facilidad para llorar, no reprime sus emociones; por lo tanto, es mucho más probable que sufra menos estrés y explosiones de ira o imprudencia.

¿Cómo te sientes cuando lloras ? Libre; y en efecto, el llanto es liberador porque saca de tu interior el dolor, la rabia y la frustración.

No hay que sentir vergüenza por llorar. Sí, vas a atraer las miradas de las personas alrededor; algunas te mirarán por curiosidad y otras porque se sienten incómodas, pero esto no es tu problema, es de ellas.

2 Escucha selectiva

Siempre se nos dice que una buena comunicación consiste en saber hablar y saber escuchar. La situación es que no todo lo que se nos dice es bueno; por esto, hay que saber qué cosas escuchar y cuáles no.

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Por ejemplo; hay críticas y opiniones que son verdaderamente destructivas. Estos comentarios que claramente buscan destruir y dañar son los que deben ser ignorados.

Puede que se vea muy mal y que quien los hace se sienta ofendido porque “no los tomaste en cuenta”. La realidad es que nadie necesita críticas sobre su vida cuando no conocen lo que has tenido que vivir.

3 Inadaptación

Todos hemos sentido que no encajamos en diferentes ambientes. Cuando esto ocurre, lo natural es que nos sintamos mal y nos comportemos diferente a los demás.

Es normal que esto ocurra; no tenemos que encajar en todos los lugares a los que vayamos.

No adaptarnos a un nuevo ambiente no debe ser problema mientras se cumpla con los deberes. Tampoco tenemos la obligación de agradar a todas las personas en cada sitio al que vamos; lo que sí debemos hacer es trabajar para nuestro beneficio sin dañar a nadie.

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4 Manifestar nuestro enojo

Nada más mal visto socialmente que el hecho de que una persona exprese su rabia.

Ver a alguien muy enojado decir palabrotas o gritar, es para algunos señal de pérdida del control. El problema es que ese “autocontrol” puede ser generador de problemas mayores que se van a manifestar en malestares físicos.

Varios estudios lograron concluir que cuando las personas se enojan y expresan su malestar, son más capaces de lograr sus objetivos. Además, se convierten en personas mucho más luchadoras y fuertes.

5 Pérdida del rumbo

Todos en diferentes momentos de la vida sentimos que no sabemos para dónde vamos.

Sentirse perdidos es natural y benéfico para la vida. La razón es que nos ayuda a reubicarnos, a plantearnos nuevas metas; nuevos inicios. Sin embargo, hay quienes no ven bien el hecho de que no tengamos “un rumbo”. Es como si olvidaran que varias veces en la vida estuvieron en el mismo lugar donde ahora nos encontramos nosotros.

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Lo bueno es que esos momentos de incertidumbre nos ayudan a reencontrarnos; además de ayudarnos a replantearnos la vida y a empezar con fuerzas renovadas.

Prepárate para no agradar a todos

Como señalé antes, estos comportamientos están lejos de ser aceptados por la mayoría de las personas. Para ellos lo correcto es que el comportamiento de los demás no les genere incomodidad.

El problema es que no podemos ir por la vida haciendo felices a otros y viviendo en total amargura para complacerlos.

Lo justo para todos es actuar de manera coherente; que nuestras emociones no choquen con lo que pensamos y hacemos. Esta es la única manera de estar bien con nosotros y ser felices.

El punto al hacer uso de estos comportamientos es que sepamos manejarlos de forma adecuada. No importa lo que otros piensen de nosotros, no los estamos dañando y lo principal, no los estamos perjudicando, solo incomodando.

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Erika Patricia Otero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.