6 pensamientos oscuros que asaltan nuestra mente cuando menos lo esperamos

Una mente desocupada es laboratorio del diablo. ¿Te has puesto a pensar en qué cosas estás ocupando tu mente?

Erika Patricia Otero

No hay un solo ser humano que se salve de pensamientos oscuros. Esto ocurre siempre que estamos ociosos, y es casi inevitable.

No todos los pensamientos que nos asedian cuando estamos inactivos son dañinos. Sin embargo, muchas veces los que más predominan son bastante malos.

Estoy segura que muchas veces pensamientos del tipo: “no soy capaz”, “soy inútil” o “qué fea estoy” te bombardean. Esto no sería tan grave si fueran esporádicos, pero algunos se vuelven tan obsesivos que terminas creyéndote la historia.

Esta quizás es la fuente de acciones que llevan a muchos adolescentes a hacerse daño. Llegan a un punto tal, que su carácter se debilita dejándolos tan inseguros, que cualquier critica del exterior les lastima.

Es como cuando no te alimentas bien; tus defensas bajan y quedas a expensas de los virus externos que te enferman. Además, ten en cuenta que la recuperación siempre dependerá de ti.

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Consecuencias de los pensamientos oscuros

Siempre van a ser de tipo psicológico. Pueden ir desde las menos insidiosas hasta las que llevan a la persona a atentar contra su vida. Acá expondré solo algunas a manera de ejemplo y sin orden de importancia.

Bulimia

Aunque la bulimia nerviosa puede deberse a aspectos genéticos, también puede ser resultado de un comportamiento aprendido. Es común que surja debido a una baja autoestima.

En otros casos surge a una manera de autocastigo. Incluso, hay quienes al no tener control sobre sus vidas, inconscientemente controlan lo único sobre lo que tienen poder: su cuerpo.

La principal característica de la bulimia es que la persona sufre atracones de comida; es decir, come grandes cantidades de alimento. Luego de experimentar culpa por esto, se provoca el vómito o recurre a laxantes para controlar la pérdida de peso.

Psicológicamente vamos a encontrar siempre en las personas que lo padecen pensamientos dañinos respecto a su imagen corporal. Pueden estar por debajo de su peso ideal; sin embargo, su mente influida por comentarios tóxicos le llevaron a verse más “gorda de lo que debería”.

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Por lo general, las “víctimas” más frecuentes de esta enfermedad son los adolescentes y las mujeres; pese a esto, cualquier persona podría sufrirlo si su carácter es muy influenciable y su amor propio está deteriorado.

Trastorno dismórfico corporal

Ocurre lo mismo que con la bulimia. Se debe a problemas de amor propio y aceptación de quien eres.

La persona que lo sufre constantemente se enfoca en su imagen física y ve defectos en todo su cuerpo. Por lo regular se fija en aspectos mínimos para otras personas, pero para el afectado no lo es. Esa “fijación” en esos supuestos defectos es obsesiva.

Lo anterior puede llegar a tal punto que la persona se siente avergonzada y ansiosa al punto que evitará relacionarse.

Anorexia

Al igual que la bulimia, la anorexia es un trastorno alimenticio; sin embargo, la diferencia es que la persona no come, llegando a perder peso de manera exagerada. Incluso hay quienes mueren debido a esto.

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De nuevo, esta enfermedad es una manera muy negativa de lidiar con problemas emocionales y baja autoestima.

Ansiedad

Hablar de la ansiedad es algo complicado porque no se reduce a un solo mal; son varios los tipos de ansiedad que existen.

La ansiedad se caracteriza por generar sentimientos de miedo e inquietud. Físicamente el cuerpo suda, te sientes inquieto y tienes palpitaciones. Puede ser que una situación estresante lo desencadene; con lo cual no sería algo producido por lo que piensas. Sin embargo, la situación cambia cuando los ataques de ansiedad llegan sin explicación alguna.

La ansiedad es un sentimiento de inquietud que puede hacer que la persona sude, se sienta inquieta y tensa, y tenga palpitaciones. Esto puede ser una reacción normal al estrés.

Los ataques de ansiedad pueden deberse a factores genéticos, química del cerebro; incluso, situaciones estresantes, así como sentirte mal contigo mismo pueden desencadenarla.

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Depresión

Mucho se dice de la depresión; incluso algunos juzgan una simple tristeza pasajera con depresión, pero esta ni es simple ni superficial.

Partamos del punto de que hay dos tipos de depresión: la endógena y la exógena.

La depresión endógena se debe a causas de desequilibrio químico del cerebro. Cuando la depresión se debe a este factor, la persona debe buscar ayuda psiquiátrica porque solo puede controlarse con medicamentos.

Cuando se habla de depresión exógena, las causas son externas. Problemas personales, situaciones estresantes, muerte de un ser querido e incluso lo que piensas de ti, puede desencadenarla.

Cualquiera sea el caso, la depresión es un asunto serio que debe ser atendido a tiempo. La razón es que puede llevar a la persona que lo sufre a la muerte.

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Baja autoestima

Siendo la base de muchos trastornos psicológicos, la baja autoestima no debe ser considerada como “el menor de los males”.

Puedes aprender a no amarte por malos tratos en tu infancia de parte de tu familia o iguales. Esto paulatinamente lleva al afectado a pensar negativamente de si mismo. Ahora bien, dependiendo del poder que le dé a estos pensamientos, se verá afectado por algún padecimiento antes mencionado.

Hacerle frente a los pensamientos dañinos

Voy a hablar desde mi propia experiencia. Si está en tus capacidades, busca ayuda terapéutica que te permita hallar un motivo para sentirte bien contigo mismo.

Ahora, si deseas hacerlo por tu cuenta, debes comenzar a cambiar el modo en el que te ves y cómo percibes el mundo.

¿Cómo se hace esto? La verdad el primer paso es fácil de hacer. ¡claro! al no sentirte optimista te parecerá hipócrita, pero es cuestión de “engañar adrede al cuerpo”.

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Cada mañana al despertar, procura que el primer pensamiento que pase por tu mente sea el del agradecimiento. Puedes acompañarlo con una sonrisa; puede ser que en un inicio esto sea forzado. Pese a lo anterior, con el pasar de los días será más fácil y mucho más convincente para ti.

Ser agradecido cambia tu vida y la manera en que ves el mundo como no te imaginas. Es una acción tan sencilla que se puede pensar que no tiene poder, pero no subestimes el poder del agradecimiento. La magia radica en que cambias tus pensamientos negativos por positivos.

Otro aspecto que me ha ayudado mucho es el de hablarme bonito. Decirme que soy bella y que merezco todo lo bueno que tengo y me pasa, cambió mi forma de pensar y sentirme. También me he dado cuenta que las personas empezaron a verme atractiva. La realidad es que tu luz interna empieza a proyectarse al exterior. Te ves como te sientes.

Tú puedes combatir tus pensamientos oscuros; solo es cuestión de querer cambiar y podrás lograrlo.

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Erika Patricia Otero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.