8 decretos poderosos de abundancia y prosperidad que sí funcionan

Repite estas oraciones a diario y activa la energía que vive en tu interior. Tú tienes la fuerza y el poder para cambiar tu vida.

Fernanda Gonzalez Casafús

La palabra hablada tiene un gran poder. Una palabra dicha en el momento correcto tiene el poder de lograr algo que buscamos, o destruirlo por completo. Cuando bendecimos a nuestros hijos por ejemplo, no nos damos una idea de la protección que estamos infundiendo en ellos.

Además del poder irrefutable de la oración a cualquier deidad, muchas personas creen en los llamados decretos metafísicos, capaces de poner a funcionar toda la energía del universo en pos de una meta en particular.

El infinito poder de la palabra sumado a nuestra fe pueden hacer verdaderos milagros. Cuando deseamos algo desde lo más profundo de nuestro corazón pedimos a Dios que nos ayude a cumplir lo que nos proponemos.

Los decretos metafísicos funcionan con fe, pues la energía de Dios vive en nosotros, pero además, se repiten a diario con convicción y de una forma en la que lanzamos al Universo nuestra creencia de que nuestro pedido ya está concedido.

La oración es poderosa y los decretos también

Un decreto es una declaración de algo que sabes que va a suceder. Estás plenamente convencido de ello, no cabe la duda y tus palabras repiten una y otra vez algo que va a suceder porque lo sabes, lo intuyes y crees en ello.

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Cuando le pides algo a la deidad de tu devoción lo pides en tiempo futuro (“Dios ayúdame a superar esta prueba”, o “Virgencita te pido que mi hijo no enferme más”). Pero cuando decretas algo estás convencido que será un hecho: “Hoy será un maravilloso día”, “Soy merecedor de todo lo bueno y todas las puertas se abren a mi paso”.

Sí, es difícil y consta de un trabajo interno muy fuerte. Pero créeme que el poder de la palabra es tan poderoso que si pones a prueba algunos de estos decretos notarás cómo tu vida torna para bien.

A veces cuesta creer en uno mismo

Dios nos dota de la fuerza necesaria para afrontar los retos cotidianos. Él nos enseña que con Fe tenemos allanadas las puertas del cielo y los obstáculos en la vida. Sin embargo, muchas veces nos cuesta creer que somos merecedores de milagros y tenemos a flor de piel la sensación de que no podremos lograrlo.

Transmuta tu energía para que se torne positiva

Creer en uno mismo y usar el poder de la palabra puede ser tan gratificante como sorprendente. Te invito a poner en práctica estos decretos metafísicos que pueden cambiar tu presente y tu futuro.

Se trata de transmutar todos nuestros pensamientos negativos y quitarlos de nuestra mente poniendo en su lugar estos decretos positivos que invitan a construir y atraer la luz verdadera. Nuestra conciencia se expande mientras los repetimos, más aún si hacemos de ello un hábito de vida.

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8 decretos poderosos y efectivos

Antes de ponerlos en práctica elige un lugar cómodo y tranquilo. Cierra los ojos y repite la frase que elijas; hazlo 3 veces al día, al menos durante 21 días por cada decreto. Cree fielmente en lo que estás diciendo y siente cómo fluye la energía positiva dentro de ti.

Recuerda decir 3 veces “gracias” cuando finalices tu decreto. Para darle más fuerza puedes decir “hecho está”, también 3 veces.

Decreto de prosperidad y abundancia

“Yo soy la fortuna y la pobreza no cabe en mí, ni en los míos. Yo soy demasiado bueno para sufrir la pobreza. La abundancia viene a mí. Me declaro en abundancia”.

Decreto de sanación

“Dios creó en mí un cuerpo, un alma perfecta y por eso yo soy la salud perfecta. Yo soy sano. Dios creó en mí una persona sana, y por eso he de tener vida y salud. Por eso pido sanación y curación para mí, por siempre”.

Decreto para obtener lo que uno espera

“Yo soy esa ventana que siempre está abierta y que nada ni nadie jamás podrá cerrar. Yo soy un ser inteligente y capaz para conseguir y alcanzar lo que me propongo”.

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Decreto para atraer el amor

“Yo declaro hoy que el amor de verdad llegará a mi vida y yo de mi parte estoy dispuesta, lista y preparada a acogerlo con infinita alegría y amor”.

Decreto para el perdón

“Yo te perdono (decir el nombre de la persona) por toda palabra, sentimiento, pensamiento, y acciones que has expresado hacia mí. De esta manera de libero y te libero a ti con todo el amor y la luz”.

Decreto para la honestidad

“Soy honesto conmigo mismo y con los demás. Sólo la verdad y la sinceridad tienen un lugar en mi vida. Yo soy digno de confianza y respeto para todos”

Decreto para la paz mental

“Yo Soy la presencia gobernante que me precede a donde yo vaya durante este día, ordenando perfecta paz y armonía en todas mis actividades”.

Decreto para alejar malos pensamientos

“Decreto que todos los malos pensamientos que están en mi mente y en mi alma, sean inmediatamente liberados aquí y ahora con el socorro de Dios y todos mi ángeles y guías “.

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Con fe y convicción en ti vas a lograrlo

Los decretos son un ejercicio muy positivo para el alma y el espíritu. Nos ayudan a darnos cuenta del gran poder que reside en nuestro interior y nos motivan a seguir alimentando nuestra fe en Dios.

Repetir estos decretos en voz alta y con gran convicción puede cambiar tu vida para siempre. “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; clamad, y se os abrirá. Porque todo el que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá” (Mateo, 7:7)

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Fernanda Gonzalez Casafús

Fernanda es Licenciada en Periodismo, especialista en Redacción Digital y Community Managment. Editora de contenidos y redactora en Familias.com. Nacida en Argentina y mamá de dos, ama los animales, la danza, la lectura y la vida en familia. Escribir sobre la familia y la maternidad se ha convertido en su pasión.