Controlar tus emociones, la clave para mejorar tu actitud ante la vida

Emma E. Sánchez

¿Sabías que la OMS ha advertido que en breve la depresión será el primer y gran problema de salud a nivel mundial?

Imagina todas las consecuencias que traería a la sociedad padres deprimidos, imagina tu trabajo y la gente con la que te rodeas con problemas de depresión o angustia. Convivir con ellos sería algo terrible, muy desgastante y en poco tiempo tú también estarías sintiéndote agobiado.

Si bien la depresión como tal tiene su origen en un sinfín de variantes como  las cuestiones genéticas, hormonales y hasta ambientales, también algún suceso trágico podría desencadenar una depresión, por lo que cualquiera de nosotros es susceptible de desarrollarla, ya que todos podemos sentirnos tristes, agobiados en algún momento de nuestras vidas.

Entonces ¿Qué podemos hacer para evitar la depresión?

1 Hacernos responsables de lo que sentimos

Uno de los grandes  problemas que hoy en día enfrentan muchas personas tiene que ver con el ser “víctimas de sus propios sentimientos”. Esto es: cuando algo malo me sucede y me siento mal soy incapaz, de identificar primero cómo me siento y qué siento. Segundo, de reconocer que es una emoción negativa que no me abona mejora. Y tercero, que debo transformarla para mi propio bien, de lo contrario seré víctima de las emociones que van y vienen sin control en mi vida.

2 Aprender a manejar la frustración

Sin excepción de personas, los problemas y desafíos llegan a nuestra vida de una u otra manera y siempre pueden aparecer desde las cosas más sencillas hasta las verdaderamente importantes.

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Aprender a manejar la frustración es un ejercicio que toma años y que comienza cuando nace nuestro segundo hermano, en el patio de juegos cuando perdemos, cuando la chica de nuestros sueños escoge a otro como novio y cuando por más que me esfuerzo no logro comprar un auto, pagar una deuda o bajar de peso.

Cada situación es una de dos:  una invitación a aprender o una razón para  vivir amargado.

Cada vez que no lo logres, respira, controla la furia, la rabia o el dolor, piensa que salió mal y vuelve a intentarlo las veces que sea necesario, y siempre sonríe. Al principio es imposible, luego, te ayuda a disimular las ganas de salir corriendo a llorar, y al final, la sonrisa aparece porque tu mente ya está pensando en una nueva manera de hacerlo.

3 Reconocer nuestros sentimientos, dominarlos y transformarlos

No está mal sentir enojo o vergüenza, es normal y está bien. Son emociones y son pasajeras. El reto es saber qué hacer con ellas y cómo no dejar llevarse o perderse en ellas, inclusive en emociones como la felicidad o la alegría. Todas son emociones y debemos saber hasta dónde dejarlas manifestarse.

4 Ser emocionalmente autosuficientes

Tal vez se escuche raro pero cada uno de nosotros debe ser emocionalmente autosuficiente, de lo contrario, nuestro manejo de emociones estará en manos de cualquiera menos en las propias, o dependeremos de otros para ser feliz o manejar la tristeza.

¿Nos vamos entendiendo?

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 5  La clave secreta: Tener buena actitud

Este último punto resume toda la lección:  tener una buena actitud puede cambiarlo todo. Es muy fácil siempre estar enojado o molesto y dejar de largo la oportunidad de ayudar a otros y hacer la diferencia en la vida de alguien más.

Tener una buena actitud te protege de enfermedades porque tu química es una cuando estas enojado o triste, y una muy diferente y mejor cuando estas tranquilo y contento.

Tener una buena actitud te permite ver las cosas de una mejor manera,  te hace la vida más llevadera y sobre todo es la gran vacuna contra  la depresión.

Tener buena actitud es una decisión personal, nadie puede cambiarla por ti, es tu decisión, y tú y tu cuerpo  disfrutarán  o sufrirán  las consecuencias de la  decisión tomada.

Haz ejercicio, toma un helado, abraza a la gente, aprende un buen chiste para contarlo en una reunión, invita amigos a tu casa para comer o platicar, ponte ese vestido que tanto te gusta y sobre todo, sonríe, puedes estar mejorando la vida de otra persona al mejorar la tuya.

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Emma E. Sánchez

Pedagoga y Terapista familiar y de pareja. Casada y madre de tres hijas adultas. Enamorada de la Educación y la Literatura. Escribir sobre los temas familiares para ayudar a otros es mi mejor experiencia de vida.