Crianza: 4 tipos de correctivos que debes evitar

Aunque no nacimos sabios para criar a un hijo de la mejor manera, se puede aprender en el camino a ser mejores padres.

Erika Patricia Otero

Una de las labores más arduas para los padres es conocer los límites entre una crianza sana y una que no lo es. Todos cometemos errores en este aspecto, pero es nuestro deber corregirlos.

La crianza no es fácil debido a que todos los niños demandan un tipo de educación diferente. Sus necesidades también son distintas; es por eso que los correctivos que se aplican a un hijo muchas veces no funcionan con el otro.

Una cosa clara, todos sabemos cuándo actuamos bien y cuándo no, cualquiera sea la situación que se viva.

Ahora bien, equivocarse en la crianza no es problema si se distingue prontamente en qué parte se ha errado. Sin embargo, hay padres que por orgullo no modifican la manera de educar a sus niños; prefieren seguir sus viejos patrones y “criar como fueron criados“, repitiendo así conductas antiguas y hasta dañinas.

A ver, tampoco es que todas las maneras de corrección que usaron nuestros padres o abuelos fueran malas. En el pasado no todo era golpes y gritos cuando de crianza se trataba.

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El punto, es que sí, cometemos fallos porque no nos las sabemos todas; y además, porque nos hacemos padres en la medida que los hijos llegan a nuestra vida. Antes de eso no tenemos ni la más mínima idea de qué hacer con un niño.

Castigos negativos

Cualquiera puede pensar que mientras se trate de corregir un comportamiento no deseado en un niño, cualquier correctivo es bueno; la verdad es que no es así.

Hace más de 20 años expertos declararon que los azotes y los gritos no son una buena manera de educar.

Para muchos de los que fueron criados de esta manera, esa es una buena manera de corregir malos comportamientos. Sin embargo, también hay quienes consideran este tipo de correctivos como lo más desagradable que vivieron en su infancia.

Pese a que son muchas las personas que rechazan ese tipo de crianza, aun se sigue usando; desde luego, no con la misma crudeza de antaño, pero sigue estando presente en muchos hogares.

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Ahora, una crianza donde los premios, halagos y ser permisivos son la orden del día, también es negativa. Todo tipo de correctivo o indulto debe ser visto con lupa.

Pues bien, así como persisten castigos que no son tan positivos, también están los que son menos contundentes y estrictos, pero que igual son dañinos para los niños. Con esto en cuenta, los expondré a continuación:

Castigos negativos que los padres deben evitar

Está claro que los golpes o los gritos no deberían si quiera considerarse una manera de corregir un niño; ni para qué nombrarlos. Citaremos algunas correcciones que se creen menos dañinas; aun así, sin serlo, igual marcan la psique de los niños de una manera antes no considerada.

Los siguientes “castigos negativos” que se nombran a continuación son recomendaciones del Dr. Rashmi Parmar , psiquiatra de MindPath Care Centers. Con esto claro, comenzaré.

1 Restringir un privilegio

Antes de poner el grito en el cielo, te pido que leas con calma.

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No está mal que le quites, por ejemplo, la posibilidad de ir a jugar con sus amigos. Mientras el niño no se dé sus mañas y acceda a este sin que te des cuenta, eso está genial.

Lo que debes prevenir es que tu hijo acceda por algún medio a ese privilegio que has elegido restringirle; si esto ocurre, el castigo no tiene ninguna valía.

Además, ambos padres deben estar de acuerdo con el establecimiento de los límites. Esto para evitar la desautorización y entrar en contradicciones.

2 Castigos no relacionados con la falta

Debes cuidar que las consecuencias de los castigos estén relacionados con la falta.

Por ejemplo:

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Si el niño no hace tareas por mirar videos en la tableta, no tiene sentido que le quites el postre. Lo correcto sería quitarle la tableta por determinada cantidad de tiempo.

3 Quitar objetos

Relacionado con el anterior, pero con una pequeña bandera roja: puedes quitarle objetos; sin embargo, trata de que lo que elijas quitarle no sea un objeto que le ayude a canalizar su estrés.

Por ejemplo: No le quites el oso de felpa que usa para dormir o su libro de colorear. Quítale un video juego, el automóvil a control remoto. El punto es que le restrinjas cosas, pero no los canalizadores de estrés en los que el niño se refugia.

4 Impedir ir a actividades constructivas

Quítale jugar con sus amigos del vecindario, o el tiempo que pasa frente al televisor. Estos son de índole recreativo, no educativo.

Evita restringirle ir a sus clases de inglés, fútbol o ballet, esos cursos extra curriculares son educativos y le ayudan a su formación. Si están en esos cursos es porque les gustan y le interesan; son educativos y van a ayudarles en su vida.

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Quizás te veas tentado a evitar que vayan justo porque aman ir a fútbol o al ballet; sin embargo, castigarlos con no ir a sus clases puede hacer que generen resentimientos contra ti.

Por último, solo deseo que tengas en cuenta algo: un castigo tiene como objetivo corregir un mal comportamiento; por esto, debes intentar descubrir y eliminar la acción que desencadena el comportamiento negativo.

Trata que tu hijo entienda el por qué del correctivo y habla con él sobre su conducta; descubrirás mucho más de lo que crees si hablas con tu niño.

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Erika Patricia Otero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.