¿Hablas con tu perro? Esto dice la ciencia al respecto

No, no estás loco. Conoce estas 5 razones sorprendentes, que harán que nunca dejes de hablar con tu perro.

Adriana Acosta Bujan

Escuchan el motor del auto detenerse frente a la cochera de la casa y las llaves entrar en la puerta; ahí es cuando comienza el gran recibimiento de mi vida. Con sus ladridos, saltos, lloriqueos, lengüetazos y moviendo sus colitas de un lado al otro sin parar, mis perros me dan la mejor bienvenida.

Al verlos, es imposible dejar de gritar con euforia “Mi Tolsa, mi Rocky, los extrañe mucho”, mientras los acaricio, comienzo con mi interesante conversación, “¿qué hicieron toda la mañana?, ¿qué nuevo objeto encontraron para destruir?, ¿dónde es mi chancla?, ¿cuántas horas durmieron?” Les digo a los dos: “hoy tuve un excelente día en el trabajo”, “mis alumnos me sorprendieron porque”…

Sin vergüenza y con gran emoción, confieso que así comienzan y terminan todos mis días. Tal vez, al principio no me percataba de cuántas cosas suelo decirles a mis mascotas; sin embargo, con el paso del tiempo y ahora que escribo sobre el tema, me doy cuenta que hablo mucho más con ellos que con mis amigas o familiares.

Un poco de locura

A lo mejor puedes entender mi comportamiento alocado y poco cuerdo, en caso de tener un perro como mascota. Ellos son adorables, elocuentes y maravillosos; sin duda, son la mejor compañía para los seres humanos. Incluso, puedo decir sin temor a equivocarme, que en muchos hogares los perros se convierten en un miembro más de las familias.

Hablar con mis perros me hace sentir feliz, tranquila y relajada, como si fuera una manera de desahogo o de no sentirme sola, cuando mi esposo no está presente. Algunas veces, solía conversar con ellos en secreto, por el temor a ser juzgada como si fuera una persona poco inteligente o loca.

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Por fortuna, ahora la ciencia me favorece a mí y a todas las personas que hablamos con nuestros perros. Nicholas Epley, es profesor de las ciencias del comportamiento en la Universidad de Chicago; él ha estudiado con profundidad el por qué las personas solemos poner nombres, creando personalidades a los objetos y a las mascotas.

A este tipo de comportamiento o conducta, se le conoce científicamente como antropomorfismo; en la antigüedad, era visto como un signo de estupidez o infantilidad, pero en realidad es una tendencia natural que desarrollamos los seres humanos especialmente inteligentes.

¿De qué se trata?

El antropoformismo, es el proceso de otorgar características humanas a los animales; incluso, también a los objetos. Seguramente recuerdas en tu niñez que al observar las nubes, en ellas encontrabas formas imaginarias que se relacionaban con los animales, después les asignabas un nombre creando una personalidad.

Esto sucede porque los humanos desarrollamos relaciones especiales, considerando extensiones de nuestras propias identidades a las mascotas y objetos. Por ello, cuando escogemos un nombre especial para nuestro perro, de inmediato se desarrolla en él una personalidad e identidad; esto provoca sentirnos comprendidos al hablar con ellos.

¿Qué beneficios obtenemos cuando conversamos con nuestros perros?

1 Creas un vínculo más fuerte

Como sabrás, los perros no comprenden todo lo que decimos; sin embargo, son capaces de reconocer algunas palabras y relacionarlas con ciertos gestos o movimientos corporales, haciendo que tomen actitudes genialmente adorables hacia nosotros o todo lo contrario.

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Por esa razón, los perros pueden detectar nuestros estados de ánimo, al sentirnos enojados, tristes o felices, dándonos a entender que realmente nos comprenden. Por lo tanto, el vínculo afectivo y la comunicación con ellos será más fuerte y duradera que nunca.

Cuando hablas con frecuencia con tus perros, ayudarás a que ellos desarrollen mejores maneras de comunicarse, y así tendrás mayor empatía.

2 Vaciando ideas

Por lógica, es muy distinto hablar con tu pareja, amigas o familiares, que con tu mascota; ya que no recibes retroalimentación. Sin embargo, si bien nuestras mascotas no pueden aconsejarnos, estas nos escucharán con atención sin necesidad de ser juzgados o criticados.

Psicológicamente está comprobado que hablar de nuestros problemas es una estrategia para sanar, madurar y tomar decisiones. Por ello, cuando conversas con tus perros estarás poniendo en orden tus ideas, sentimientos y emociones, para sentirte bien.

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3 Adiós a la soledad

Los perros son considerados como los mejores compañeros de los seres humanos. Por sus características de ser leales, fieles y amorosos, se vuelven los mejores confidentes. Ellos estarán todo el tiempo a tu lado (lo digo literalmente), te acompañan a la cocina, a la habitación, al baño etcétera. Por ello será muy rara la ocasión en la cual te sentirás solo.

4 Momentos divertidos

Nadie puede negar que es sumamente divertido empezar a tener una conversación con un perro; complementando los diálogos haciendo suposiciones imaginarias sobre lo que ellos responderían. Incluso, podemos imitar voces simulando lo que ellos nos dirán.

5 Aumenta la felicidad

Platicar con nuestra mascota harán los problemas un poco menos conflictivos, enfocando nuestra atención en cosas positivas y divertidas. Seguramente te sacarán una que otra carcajada con sus elocuencias, lengüetazos, ladridos, saltos y su característica y única forma de mover la colita.

No pienses que estás al borde de la locura al hablar con tu perro; al contrario, es benéfico para tu salud emocional,  incluso para aclarar tus ideas y no sentirte solo. ¡Deja de avergonzarte y sigue explayándose con libertad, conversa con ellos todo el tiempo que quieras!

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Adriana Acosta Bujan

Adriana Acosta estudió comunicación, es madre y abuela, y actualmente se dedica a la enseñanza e investigación a nivel universitario en Puerto Vallarta. Publica sus escritos esperando que ayuden a las personas que leen sus útiles vivencias.