Ignora a tu hijo y lo dañarás para siempre

El vacío de una crianza sin amor puede ser difícil de llenar; sin embargo, puedes romper el ciclo y amar a tus hijos tanto como deseaste ser amado.

Erika Patricia Otero

Todos conocemos a alguien que admitió entre lágrimas que se sintió poco amado por sus padres. Es más, es posible que tú seas parte de ese grupo.

Son muchas las personas que crecieron con carencias afectivas; lo complicado es que al día de hoy esa situación les dificulta su vida en general.

Esa sensación de abandono genera en el niño grandes problemas de carácter. Lo que es peor, es que estos problemas tienen su proyección en la edad adulta.

¿Qué se considera abandono?

Se entiende como abandono al hecho de dejar sola y sin atención a una persona. Ahora bien, consideremos varios tipos de abandono.

Literalmente hay padres que abandonan a sus hijos dejándolos a cargo de otros familiares. Otros los dejan en orfanatos o con desconocidos.

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También hay quienes ignoran a su hijo en todos los aspectos posibles, aunque viva con ellos. Se trata de personas que solo proveen lo “necesario”, para que no muera de hambre o frío; nada más que eso.

Como puedes ver, hay muchas maneras de abandonar a un hijo. Desde descuidarlo y no darle tiempo ni atención, hasta -literalmente- dejarlo a su suerte en la calle o un orfanato.

Como sea que se dé la situación, el resultado es el mismo: problemas de control emocional, inseguridades, miedos; además, de esa sensación de vacío que dura toda la vida.

El síndrome del niño invisible

Se habla de síndrome del niño invisible cuando el infante no recibe la atención que merece. El descuido se da en el área afectiva e involucra directamente a los padres.

Los padres que invisibilizan a su hijo, generando en el niño una fuerte sensación de abandono, como si no existiera.

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¿Cómo es un niño que padece este síndrome?

Por regla general, un niño abandonado afectivamente es irritable, se aísla, emocionalmente, es distante, retraído. Además, el niño tiende a crear un mundo fantástico para refugiarse y así poder lidiar con el dolor del abandono.

Todo lo anterior le lleva a que sus relaciones sociales sean escasas o nulas. Por si fuera poco, el niño muchas veces se siente una carga para su familia. Lo peor, es que el niño se siente culpable porque piensa que es responsable del abandono. En su cabeza, el niño siente que se merece todo ese sufrimiento.

El síndrome del niño abandonado a lo largo de la vida

Cuando el niño es abandonado emocionalmente, a temprana edad presenta diversos síntomas que dejan en evidencia cómo se siente.

Es común que llore de manera desconsolada; también se molesta mucho y por insignificancias. Sufre constantes estados de ansiedad y tristeza. La fuente de todo este sufrimiento es el rechazo de sus padres.

En la adolescencia, la manifestación del síndrome de abandono se da tanto a un nivel psicológico como fisiológico.

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En el aspecto psicológico, el niño se muestra rebelde y retador. También es usual que carezca de habilidades sociales. Es normal, al sentirse rechazado le será complicado confiar en los demás. La desconfianza se debe a la inseguridad y a su baja autoestima. Tristemente, esa necesidad de afecto les hará facilmente manipulables.

Se aíslan por el rechazo de sus padres, pero secretamente anhelan ser aceptados. Tal vez por está razón puedan ser engañados con facilidad; además, que sus relaciones serán muy inestables y poco duraderas.

Una persona abandonada por sus padres en la adultez buscará consuelo en las drogas o el alcohol.

En el aspecto fisiológico, se hace evidente un retraso en el desarrollo motriz. Lo que ocurre es que el niño se le hace difícil desempeñarse en actividades físicas porque sus movimientos son torpes.

A pesar de esto, el jovencito muestra una gran imaginación, lo que lo hace destacar de entre sus iguales.

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La realidad tras esto es que el adolescente sufre mucho. No solo fue y es ignorado por sus padres; sino que además, padece la angustia de la burla de los muchachos de su edad. Esto hace que tenga grandes problemas de autoestima.

Para los niños y adolescentes abandonados, el mundo es un lugar lleno sufrimiento. Es debido a lo anterior que se aísla o reacciona de manera irritable ante las adversidades.

Superando el síndrome del niño invisible

La única manera de evitar que un niño se sienta abandonado, es dándole la atención que necesita durante su crecimiento. No se trata de cantidad, sino de calidad. No es cuestión de comprarle todo lo que quiere; es estar ahí cuando necesita un consejo, consuelo o un abrazo.

Ahora bien, si se trata de un adulto, lo que debe hacer es buscar ayuda terapéutica. Por medio de estrategias de perdón y terapia gestáltica, podrá de a poco sanarse.

Lo principal que deben entender las personas que fueron y son ignoradas por sus padres, es que posiblemente sus padres pasaron por lo mismo. No es una excusa, pero sí una señal para que trabajen en su sanación. Es importante que lo hagan para que no traten a sus hijos como ellos fueron tratados. Es asunto de desear cambiar ciclos y relaciones enfermas.

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Erika Patricia Otero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.