La fe en Dios como sostén de la familia
Dios existe aún si tú no crees en Él. Tu familia no existiría sin su presencia divina.
Erika Patricia Otero
No se puede hablar de la unión familiar sin hablar de Dios. Obviamente, esto no sucede en todas las familias, pero sí en muchas.
En mi familia, sin importar la edad que tengamos, cuando salimos mi madre nos “bendice” para que nos vaya bien. Ella siempre ora para que nuestra familia esté unida y protegida donde sea que nos encontremos. Personalmente, es algo que le agradezco mucho porque he sido receptora de sus súplicas.
Aparte de eso, todos somos el reflejo de la familia en la que crecimos. Además, criamos a nuestros hijos como fuimos criados. Desde luego, en el proceso se corrigen esos aspectos de la crianza que no nos hicieron felices.
Tener fe en Dios para que cuide a la familia o provea lo necesario es algo no solo religioso, muchas veces es algo cultural y que se transmite de generación en generación.
Mi abuela, por ejemplo, nos reunía para orar; eso sucedía siempre que venía a pasar tiempo con nosotros. Iba religiosamente cada domingo a misa. Los nietos jamás nos sentimos forzados a creer en Dios, fue algo que se dio de manera natural. Ella era un excelente ser humano; una de las mejores personas que puedo recordar y conozco.
¿De qué manera Dios sostiene a una familia?
La única manera que un ser humano puede tener vida, es a través de un hombre y una mujer. Así se trate de un embarazo logrado por intervención médica; un hombre y una mujer siempre participarán en la creación de otro ser humano.
Al ser hijos de Dios y estar creados a su imagen y semejanza, somos ser cocreadores de vida. Esta es una de las primeras misiones de vida del ser humano como hijo de Dios.
Ahora bien, una cosa es “dar vida” y otra saber ser padre o madre. No todas las personas son buenos padres o buenas madres. A algunas personas les toca criar a sus hijos solos, pero incluso así hay una familia.
Ten en cuenta esto: Dios es nuestro padre. Cuando oramos nos referimos a Él como padre celestial. Al ser padre de la humanidad, envió a Jesucristo para transmitirnos a través de Él sus enseñanzas. Lo que debes saber es que, por medio de estas, aprendimos los valores y principios que sostienen a las familias.
Si bien muchos padres y madres procuran educar a sus hijos en principios y valores firmes; los hijos siempre tienen el derecho a elegir si siguen esos preceptos o no.
Creer o no en Dios es una elección personal
Un día un tío me dijo algo que nunca olvidaré: “Mija, uno cría hijos, no sentimientos”. En esa ocasión no entendí a qué se refería y la magnitud de esas palabras, pero ahora sí.
Entendí que los padres pueden enseñar muchas cosas y hacer por los hijos miles de sacrificios; los hijos pueden valorarlos o no. Lo interesante, es que la rueda de la vida siempre está en movimiento. Un día, esos hijos que criticaron las enseñanzas de sus padres, se encuentran en la posición de ellos y empiezan a actuar en consecuencia; tal y como sus padres lo hicieron.
Es justo en esos momentos que comprenden la importancia de lo que sus padres les transmitieron. Entonces, comienzan a recordar cómo su madre oraba cada tarde para que les fuera bien en la escuela. Cómo la misma mujer consagrada les santiguaba para protegerlos antes de salir de casa. Recuerdan que incluso oraban para bendecir los alimentos, para que estos nunca les hicieran falta.
Hacen memoria de todas esas enseñanzas y se sienten impelidos a ponerlas en práctica en su vida. Muy a su manera, incluso si dicen no creer en Dios, comienzan a preocuparse por sus hijos. Les enseñan el camino que consideran correcto. Sin darse cuenta, esos hijos que un día se revelaron contra las enseñanzas de sus padres, comienzan a criar bajo el ejemplo que recibieron.
Es de esta manera que, sin importar si crees o no, Dios siempre será sostén de la familia.
Dios es y siempre será amor
No importa cuál sea la religión que profeses, todo lo que hagas con amor hablará de Dios, lo quieras o no.
Cuidas y proteges a tus hijos porque los amas. Ruegas y oras por su protección y prosperidad no por otra razón que el amor que les tienes. No hay una sola acción que un buen padre haga por sus hijos que no sea resultado de su sentimiento.
Para ejemplificar lo que expongo antes, dejaré algunos versículos de la biblia que hablan acerca de la familia:
1 Timoteo 5:8
“Pero si alguno no provee para los suyos, y especialmente para los de su casa, ha negado la fe y es peor que un incrédulo”. Podemos ver cómo a través de la biblia Dios dice que, si se tiene fe en él, un padre o madre responsable proveerá para su familia.
Efesios 6:2
“HONRA A TU PADRE Y A {tu} MADRE”. No solo los padres están mandados a cuidar y amar a sus hijos, los hijos tienen el deber de venerar a sus padres porque ellos como cabeza de hogar son representación de Dios en la tierra.
Por último, para quienes creemos en Dios, la fe que nos mantiene fuertes luego de la pérdida de un ser amado es la esperanza de volver a encontrarnos con él o ella en la vida eterna. Incluso, luego de la muerte, Dios sigue protegiendo a las familias.