Lo que le ocurrió a este niño es la evidencia de que la Fe puede lograr lo imposible

Puedes perder lo todo, menos tu fe, que te sostendrá en momentos de dificultad.

Erika Patricia Otero

Las historias de fe no todas las veces tienen finales felices, pero siempre dejan grandes enseñanzas; ésta es un ejemplo de ello.

Un ejemplo del que debemos aprender

Bailey Cooper, con tan solo 9 años se enfrentó a una de las situaciones más complejas que pueda vivir un ser humano; un diagnostico de cáncer.

La primera vez que le encontraron el linfoma de Hodgkin, el pequeño, apoyado por sus padres y demás familiares, logró vencer la enfermedad; sin embargo, la misma regresó tiempo después de que los médicos le dijeran que estaba en remisión. Eso ocurrió 2 veces más y la última fue casi una batalla que sabían el niño iba a perder.

Pese a eso, el niño decidió que no iba a morir sin antes conocer a la hermanita que su mamá estaba esperando. La esperanza de vida del niño era poca y quizás moriría antes de conocer a su hermanita, pero lo logró.

La bebé nació y el niño pudo alzarla en brazos, cambiarla y alimentarla con las pocas fuerzas que tenía, pero alcanzó la meta que se había propuesto. Luego de ello, el niño ya en su lecho de muerte le dijo a sus padres y abuelos que tendría que dejar éste mundo para ir a cuidar a su hermanita; pero esta vez como su ángel guardián, y su vida se apagó.

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Las pruebas de la vida

Para quienes tuvimos familiares diagnosticados con esa enfermedad, sabemos lo devastador y emocionalmente desgastante que puede llegar a ser no solo para quien la padecen, si no para todos los que aman a esa persona.

Pese a eso, muchas veces las lecciones de vida más valiosas se aprenden en los momentos mas difíciles y dolorosos, que no están limitados a enfermedades únicamente.

Situaciones como deudas, pérdida del empleo, cambios de ciudad de residencia, la ruptura de una relación amorosa, la muerte de los padres, de un hijo o del cónyuge e incluso guerras y catástrofes naturales, ponen a prueba la fe y fortaleza de las personas a diario.

Hay quienes pueden tolerar y superar las pruebas más difíciles, tal y como fue el caso de Bailey. Pero también hay personas que no pueden lidiar con el peso emocional que una situación difícil pueda traerle, y terminan haciendo las cosas más impensables posibles.

La historia de fe de Job

La biblia está colmada de historias de fe, pero una de las más conocidas incluso por quienes no profesan ninguna religión es la historia de Job.

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En el antiguo testamento podemos encontrar la historia Job. Este notable hombre de Dios, que pese a que sufrió a manos de Satanás las peores desgracias que pueden pasarle a un ser humano, no renegó jamás de Dios y siempre se mantuvo firme al amor por su creador.

Job tuvo 10 hijos e innumerables cantidades de ganado, y en solo un momento perdió todo. Enfermo, solo y en la ruina paso las cosas más impensables; cosas que solo un ser humano con una fortaleza inmensa pueden soportar, y él lo hizo.

Te preguntarás qué fue lo que ocurrió, pues bien, Dios permitió a Satanás probar y tentar a Job y así demostrarle que no había hombre en la tierra capaz de soportar tanta desgracia sin renegar de Él. Pero Job demostró con creces que pese a la ruina, la soledad, el hambre y la enfermedad, él ciertamente seguía siendo fiel a Dios.

Fue así como a manera de recompensa por su lealtad, Dios triplico los bienes que en un pasado Job había tenido, y le demostró a Satanás que efectivamente Job era un hombre fiel y leal a su fe y principios.

FE, ¿Nace o se desarrolla?

La fe es un valor espiritual que se puede desarrollar y fortalecer.

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Si eres una persona que nació y creció dentro de una familia que profesaba una creencia religiosa puedes tener una idea de lo que es la fe; sin embargo, también puede pasar que simplemente un día, por efecto de algún evento trágico de tu vida, hayas decidido que simplemente ya no puedes creer en Dios y por lo tanto ya no tienes fe. También puede ocurrir que tengas muchas dudas acerca de la existencia de Dios.

Cualquiera sea la situación por la que hayas pasado, si sientes esa necesidad de estar de nuevo en conexión con tu parte espiritual o enseñarle a tus hijos como fortalecer su fe, esto es lo que puedes hacer.

1 Retoma tus oraciones

No necesitas sentirte experto para “hablar” con Dios y contactarte con tu parte espiritual solo necesitas deseos de hacerlo. 

Ve a tu habitación, jardín o el lugar que prefieras y comienza a hablar con Él como lo harías con un amigo. Dile con franqueza cómo te sientes, tus emociones, tu dolor, tu vacío y tu pena.

No hay límite de tiempo y no hay razón para sentir vergüenza, solo hazlo tantas veces como quieras. Si puedes, haz de esto un hábito y aprovecha cualquier momento que tengas, cuando vas en el bus, estás por dormir o si vas caminando; aprovecha esos momentos para orar.

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2 Busca ejemplos de personas que superaron situaciones difíciles

Yo lo he hecho y sirve de mucho, pues esclarece todo tu panorama. Cuando lo haces de repente te das cuenta que son miles los seres humanos que han pasado por situaciones más complicadas que las que has vivido; y así, como si nada te sientes fuerte y capaz de seguir adelante.

3 Nada es para siempre

Ni los eventos buenos ni los malos. Todo en la vida así como empieza termina y entre más te centres en tu pena o dolor, más doloroso será. Piensa que ese evento difícil llegó a tu vida para que aprendieras algo, entre más rápido lo aceptes y aprendas, más pronto saldrás de la prueba.

4 No estás solo

Jamás en tu vida has estado solo. Pueda que sientas que estás en medio de la nada sufriendo el peor de los dolores, pero no estás solo.

Arrodíllate y pide fuerza y compañía, no demorarás en sentirlas. Te preguntarás cómo se siente eso; pues sentirás que llega a tu corazón atribulado una extraña paz que colma todo tu cuerpo, y de repente que todo estará bien pues no te sentirás más agobiado ni perdido.

Sé por mi propia experiencia que llenarse de dudas, sentir miedo puede ser el pan de cada día; pese a eso, recuerda que si tienes fe como un granito de mostaza podrás superar las cosas más difíciles de la vida, e incluso tendrás fuerzas para enfrentarte a la muerte, tal y como lo hizo el pequeño Bailey.

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Erika Patricia Otero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.