Los hijos ancla o muleta: esclavitud emocional de padres a hijos

Tu deber como padre es criar hijos independientes y felices, no hijos que se vuelvan tus padres cuando ya estés anciano.

Erika Patricia Otero

La primera vez que vi la película “Como agua para chocolate” tenía 15 años y quedé impactada. Me gustó tanto la historia que la he visto muchas veces desde entonces. Sin embargo, dentro de la historia hay algo que me resulta chocante.

Tita, por cuestiones de tradición familiar, al ser la hija menor, “tiene” el deber de cuidar a su madre hasta que ella muera. Luego que eso suceda, ella queda en libertad de poder vivir su vida.

Lo triste de la situación es que aunque ella conoce el amor a los 16 años, ambos se ven separados por esa tradición. Él (Pedro) se casa con la hermana mayor de Tita, Rosaura, para estar más cerca de su amada. Pese a eso, esto es una tortura para ambos. Luego de una serie de eventos desafortunados, Tita enferma, decide no volver a hablar. Por cuestiones de suerte, Tita recibe la ayuda de un médico que al enamorarse de ella, prácticamente la libera de la cruel tradición. La historia no culmina en esos eventos, pero dejaré que lo averigües tú.

De la fantasía a la realidad

Sé que en estos momentos te estarás preguntando qué tiene que ver esto con la vida real; te diré que mucho. “Cómo agua para chocolate” es una historia llena de tradición, pero en últimas es solo una novela romántica tradicionalista. Pese a lo anterior, no me extrañaría que la idea hubiera surgido por la experiencia de alguna jovencita. A ver, estamos hablando de una historia que transcurre a principios del siglo XIX, nada me extrañaría que tuviera algo de real. Si sucede ahora ¿Por qué no antes?

Si, no leíste mal, sucede ahora. La situación es que no es tan evidente, es mucho más solapado el asunto.

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Los hijos ancla

Este es el nombre que realmente recibe la situación “ficticia” vivida por Tita. También puede recibir el nombre de “hijos muleta”.

¿Escuchaste alguna vez a alguien con hijos decir cosas como?:

“Conoce a Juanito, él es quien se encargará de mi cuando su papá muera”

“Hijo mío, ¿cierto que jamás me vas a dejar sola?”

“Tú vas a hacerte cargo de tus hermanos por si tu madre o yo faltamos”

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“Él es quien se hará cargo del negocio familiar”

Estos solo son unos pocos ejemplos, pero hay muchos más y aplican tanto a hijos como a hijas. Lo frustrante es que esas expresiones ejercen en los hijos una especie de manipulación afectiva que lo “obliga” a cumplir con las expectativas de sus padres.

Como padre, asumir que un hijo está obligado a estar a su lado para ser su “muleta”, es cruel. Lo es porque básicamente se fuerza al hijo a olvidarse de su vida a favor de la del padre.

Lo peor es que muchos hijos asumirán ese papel de cuidador de sus padres con un amor irracional. Muchos hijos reprimirán sus propios deseos y necesidades a favor de las de sus progenitores. Lo triste es que al morir los padres, el hijo no sabrá qué hacer con su vida y la libertad recién ganada.

Consecuencias de ese actuar en los “hijos ancla”

Aparte de las que señalé en el párrafo anterior, están las siguientes:

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-Se ven privados de su libertad.

-Crecen con fuertes sentimientos de amor-odio hacía ese progenitor que le explotó como alivio emocional.

-Reprimen sus verdaderos deseos.

-Son muy inseguros de sí mismos.

-Su amor propio también es muy bajo.

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-Tienen una mala comprensión de lo que es el amor.

-Viven sintiendo culpa si hacen algo que los aleje de sus progenitores.

-Muchos hijos ancla jamás se casan o forman sus propias familias.

-Llevan sobre su espalda la responsabilidad de ser compañía perpetua para sus padres y complacer sus deseos. Si, Viven en pos de sus padres.

-Jamás se van de su casa aunque deseen hacerlo, todo por estar al cuidado de sus padres.

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-Muchos, tras la muerte de sus padres se hacen cargo de sus hermanos debido a promesas hechas en el lecho de muerte de estos.

-Hay casos donde el domino (sobre todo de la madre) puede generar problemas de personalidad, inmadurez, infantilismo, fobias sociales y hasta enfermedades psiquiátricas.

La responsabilidad de los hijos para con sus padres

Es importante tener en cuenta que como hijos, todos tenemos el deber de amar y respetar a nuestros padres. Esto, es muy diferente al hecho de que entre nosotros y nuestros padres se dé una “relación parasitaria”.

La responsabilidad de los padres, como bien lo sabes, es la de criar hijos que sean independientes y felices. Seres humanos que en su edad adulta sean productivos, responsables e independientes. Como resulta natural, criar hijos capaces de formar su propia familia y de salir adelante por ellos mismos es la felicidad máxima para muchos progenitores.

Ahora bien, como hijos tenemos la responsabilidad de velar y cuidar a nuestros padres; aun así, esto no debe ser impedimento para ser independiente. Es decir, si es necesario que seas apoyo económico para tus padres, es de un buen hijo hacerlo. Si tus padres necesitan que los lleves al médico, pues hazlo; como hijo es parte de tu responsabilidad. Actuar de esa manera no te hace un hijo ancla, te hace un hijo con fuertes valores y principios; no hay que confundir una cosa con otra.

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Por último, solo me resta decir que aunque un hijo ancla puede superar esa situación, solo requiere de ayuda. Si estás en esa situación o conoces a alguien viviendo esto, trata de apoyarlo y orientarle para que aprenda a ser una persona independiente y feliz, sin rencores, pero también sin cargas que le hacen sufrir y ser infeliz.

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Erika Patricia Otero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.