Madurez emocional: algo que no depende de la edad, sino de las experiencias

La madurez emocional lleva a las personas a ser más felices a pesar de las dificultades.

Erika Patricia Otero

Hace unos días me llevé una desagradable experiencia; pero como todas las situaciones de la vida, me dejó una valiosa enseñanza.

Algunas redes sociales permiten la creación de grupos a los que las personas se unen si tienen gustos comunes. En un grupo de estos a favor de una película, se debatía la muerte de uno de los personajes más queridos por la mayoría de los allí presentes.

Yo me puse a leer los comentarios en torno a ese debate, y encontré el de una niña de quizás de unos 13 años escribía que se sentía muy triste (el texto reflejaba su sentir) por efecto de una cantidad de sucesos en dicha película.

A mis años entiendo que en la adolescencia tendamos a sufrir por cosas que no tienen ningún sentido, y este suceso era justamente eso. Me pareció justo dar mi opinión “adulta” respecto a la situación, y aportarle algún tipo de consuelo. Pero en medio de semejante drama, me llevé lo mío por no “seguirle la corriente” y sentir lástima por su dolor. La respuesta fue agresiva, pero no me sorprendió.

No es que no entienda que alguien pueda sufrir por ese tipo de cosas; es que desde mi perspectiva no tiene sentido sentir dolor por algo como una película. Tampoco he sido persona de sentir lástima por mi ni por nadie, así que cuando alguien sufre, mi reacción es abrirle los ojos para que vea la realidad, halle consuelo y pueda seguir adelante.

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Esa actitud no es algo que deba a mi adultez. Debo admitir que fueron algunos eventos difíciles de mi infancia y adolescencia los que forjaron esa actitud; así fue como aprendí a darle a cada evento de la vida su importancia y lugar.

La madurez emocional ¿a qué se debe?

La madurez emocional no tiene nada que ver con la edad. Conozco personas que aunque adultas no son maduros en cuánto a sus emociones.

Una persona madura emocionalmente aprendió -gracias a los eventos de la vida- y desarrolló la capacidad para comprender el dolor ajeno (empatía) y el propio, a tener control sobre si mismo y a asumir las responsabilidades de sus actos.

Aprender a ser maduro emocionalmente no es nada fácil, hacerlo trae consigo algunas veces los dolores más profundos que dejan sus marcas indelebles en la vida del afectado; sin embargo, siempre se sale ganando porque la persona aprendió a superar tragedias y además a ponerse en el lugar de los demás.

Hábitos que te llevan a aprender madurez emocional

1 Hacerte consciente de tus emociones y pensamientos

Hacerlo te ayuda a estar atento de tu ambiente y te ayuda a adaptarte mejor a este. Esto te da mayor control de tus emociones, no juzgas a la ligera y te vuelves más compasivo y capaz de aceptar tus errores.

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2 Aprender de tus errores

La vida está colmada de dificultades, el truco es aprender de los errores que se cometen a causa de esos problemas. Aprender de los fallos del pasado te ayudan a ser más fuerte y resiliente.

3 Ser Asertivo

Esta es la capacidad que desarrolla la persona para expresar sus pensamientos o sentir respecto a algo (aunque no estén de acuerdo con los demás) sin faltar el respeto a nadie. El asunto con esto es que asumes la responsabilidad de lo que tú dices, pero escapa de tu control la forma en la que el receptor capta el mensaje.

4 Escucha activa

Hacerlo consta de prestar atención a la manera en la que las personas se comunican no solo verbalmente, sino también es aprender a leerlo más allá de las palabras.

5 Desprendimiento

Mucho dolor se puede evitar cuando la persona aprende a ser desapegado tanto de objetos, personas, creencias, recuerdos y pensamientos.

6 No estancarse en el pasado

Piensa en esto: “El pasado trae depresión y el futuro ansiedad, por eso es mejor vivir el presente”. Regodearte en tus recuerdos del pasado solo hace que sufras de forma innecesaria; además, te impide que disfrutes de las cosas buenas de tu día a día.

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7 No te quejes

Quejarte de lo que haces o te hacen paraliza y estanca. Es igual a sentir autocompasión y no hay nada más improductivo que eso. Cuando asumes la responsabilidad de tus actos comienzas a actuar y dejas de lamentarte.

Llevar a la práctica esos 7 puntos puede ser difícil, pero tan pronto des el primer paso, la vida tiende a asumirse de mejor manera. Al respecto encontrarás a continuación 5 aspectos que la madurez emocional te ayuda a aceptar.

5 realidades que una persona madura emocionalmente aprende a aceptar

1 El mundo no es como deseas

Cuánto antes lo aceptes, menos sufrirás. Una persona que comprende que hay cosas que no puede controlar, que tampoco puede empujar a los demás a sentir y pensar como ellos; es una persona que no sufre de manera innecesaria.

2 La felicidad es responsabilidad personal

Toda decisión que tomas trae consecuencias; por eso es absurdo culpar a los otros de las cosas malas que te pasan. Cuando asumes la responsabilidad de tus actos y decisiones, tiendes a tener el control de ti mismo y por lo tanto aprendes que tu felicidad es tu responsabilidad.

3 Sabe que en ella está el poder para cambiar cuando sea necesario

Una persona madura emocionalmente sabe que para ser feliz hay que cambiar si es necesario. Cambiar te ayuda a crecer y a aprender cosas nuevas, te ayuda a alejarte de situaciones y personas tóxicas lo que implica alcanzar bienestar.

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4 Tiene autocontrol

Puede llegar a ser difícil tener control sobre las emociones; pero cuando se logra, te da esa sensación de satisfacción porque eres tu propio dueño; porque no permites que lo que hacen los demás te influya o te haga daño.

5 Ser feliz no requiere estar enamorado

Esta es una creencia generalizada, pero para ser feliz no es necesario vivir en un estado constante de enamoramiento.

No es que evite estar enamorado, es que sabe que tenga o no a alguien en su vida, puede ser feliz. Cuando la persona madura emocionalmente está en pareja, no depende del otro para ser feliz. Entiende que amar es ayudarse a crecer y conocer el mundo; pero estar en pareja no es la única fuente de felicidad que existe.

Como todo en la vida que te hace más fuerte; la madurez emocional es algo que se aprende por medio de un duro proceso de crecimiento. Todos llegamos a serlo; pero no depende de la edad, sino de la disposición que tenga cada uno de querer ser feliz sin dejar este estado en manos de los demás.

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Erika Patricia Otero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.