¿Puede un matrimonio mantenerse feliz con el paso de los años?

Para muchos es una utopía, para otros una realidad. ¿Puede realmente un matrimonio conservar el amor a través del tiempo? Entérate aquí.

Erika Patricia Otero

Cuando una pareja decide casarse, lo hace con la intención de mantenerse felices a pesar de los años y las circunstancias. Nadie se casa pensando que van a pelearse y terminar divorciándose al cabo de un tiempo.

Hay parejas que logran mantenerse juntos y felices por décadas. Eso era mucho más común antaño; ahora la situación es diferente.

Lo que hace que las parejas sean mucho menos prósperas y estables es que las personas no están acostumbradas a luchar por mantenerse juntos. El divorcio siempre es una opción si las cosas se ponen duras en algún momento de la convivencia.

Hay situaciones dentro de un matrimonio que pueden y deben ser superadas y no generan quiebres. Sin embargo, también hay problemas que por dañar física y emocionalmente a una de las partes, difícilmente pueden ser perdonados.

Para que esto no ocurra, ambas partes deben comprometerse a respetarse y valorarse; de esta manera, el amor y la confianza no se pierden.

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Pese a lo anterior, la felicidad y permanencia de un matrimonio no se limita al compromiso y respeto. Además de estos, la felicidad matrimonial depende de aspectos que seguro parecen pequeñeces, y aun así no lo son.

1 Trabajan en equipo

Una de las condiciones tácitas del matrimonio es que se deje de lado ese rasgo controlador y egoísta que tienen algunas personas. Estos dos aspectos son completamente disonantes en cuanto a amor se refiere.

En un matrimonio las personas deben funcionar como el engranaje de un reloj: juntos. Las cosas no van a funcionar nunca si cada cual “jala” para su lado.

Las decisiones deben ser tomadas por ambos. No es que se dependa del otro; es que el matrimonio es una sociedad en la que ambos deben opinar para llegar a un consenso.

Los cónyuges son apoyo mutuo tanto en las buenas como en las malas; por eso, tanto para bien como para mal, ambos deben trabajar en equipo

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2 Se empeñan en lo positivo

Es claro que todos tenemos cualidades y defectos; esto nos hace especiales y únicos.

Cuando dos personas unen sus vidas deben aprender a lidiar con los aspectos de su pareja que no son positivos. Aprender a hacerlo es muy importante porque el matrimonio es difícil. Si le agregas el hecho de que no soportes las manías de tu cónyuge, la vida se les volverá insoportable.

La realidad es que cuando ambos aprenden a fijarse más en las cualidades del otro, la convivencia es más grata y las discusiones menos frecuentes.

3 Saben superar los problemas

Si en algo son hábiles los matrimonios felices, es que saben encontrar la manera de solucionar sus problemas.

Desde luego, para lograr esto deben haber encontrado un punto medio entre despojarse de los deseos de ganar y la habilidad para ceder. Esto requiere una buena dosis de humildad.

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Esto se logra paulatinamente, no de la noche a la mañana. Si hay algo difícil es ceder o dar la razón ocasionalmente. Dejar ganar a la otra parte no es una cualidad humana con la que se nazca, es algo que se desarrolla y cultiva gracias al amor y al respeto.

Lo cierto es que cuando se logra esto, la pareja tiene muchas menos posibilidades de irse a la cama enojados. Lo anterior lo único que logra es que la relación se enfríe y haya distanciamiento.

4 No se fijan en pequeñeces

Hay parejas que suelen enojarse por pequeñeces. “Pegarse” de pequeños detalles para discutir o llamar la atención, desgasta la paciencia del más fuerte.

Tampoco se trata de pasar por alto cosas que de verdad te molestan; es cuestión de hablar de ello con madurez, y si es el caso restarles importancia si no de verdad no la tiene.

5 Disfrutan de pasar tiempo juntos

Esto es algo de suma importancia porque comparten un techo y una cama. Sería absurdo vivir bajo el mismo techo con alguien al que apenas toleran.

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Disfrutar de estar con el otro no requiere más que el hecho de sacarle provecho a los puntos afines; esos que les hicieron sentirse compenetrados al inicio de la relación.

6 Van en la misma dirección

Es cierto que como seres individuales cada uno tienen sus metas; estas desde luego no mueren al unir sus vidas. Sin embargo, como pareja es común que establezcan metas en común a corto, mediano y largo plazo.

Las metas dentro de un matrimonio son básicas porque de otra manera la pareja no tendría una dirección fija a la cual dirigirse cada día. Las metas otorgan motivación a ambas partes y son la base para construir una familia.

Solo me resta decir que la felicidad matrimonial depende de ambas partes. Un matrimonio es como una barca que no puede ser manejada por una sola persona porque entonces la barca se queda dando vueltas a la deriva en la mitad del lago. Y esto es algo que no ocurre cuando ambas partes se coordinan y llegan a feliz destino.

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Erika Patricia Otero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.