¿Sabes cómo distinguir una buena autoestima de una baja?

"Confía en ti mismo. Sabes más de lo que crees que sabes" Benjamin Spock

Erika Patricia Otero

La autoestima es un tema del que se habla hasta el cansancio. Esto no sería así si las personas notaran la importancia que tiene para nuestra vida en todos los aspectos.

Construir un sano amor propio no es fácil, tampoco imposible, lo importante es hacer el esfuerzo y no sobredimensionar las cosas. Debes saber que incluso las personas con una sana autoestima tienen también sus días negros. Sí, y tienen derecho a no sentirse felices o cómodas con algunas partes de su persona. El punto importante es que no te quedes estancado en un mal concepto propio.

¿Cómo saber si tienes una buena o mala autoestima?

Así como sabes que alguien es bueno o malo; una persona con una buena autoestima puede distinguirse dentro de una inmensa multitud.

Tener una buena autoestima no es igual a ser narcisista. Tampoco es creerse más que los demás e ir por todos lados ufanándose de cada logro o posesión que tiene.

Una persona con una autoestima baja también se distingue en medio de una gran multitud.

Advertisement
  • Por lo regular, este tipo de personas soportan calladas humillaciones e insultos. Temen a la soledad y por ello toleran personas tóxicas.
  • Nunca están conformes con sus logros; para ellos es todo o nada. No es cuestión de ser perfeccionista; es que cree que necesita demostrar su valía ante los demás.
  • Necesitan aprobación externa. Para ellos no es suficiente con saberse capaz de algo, necesitan que otros los validen.
  • Una persona con una autoestima baja sufre de envidia. Le resulta doloroso saber que otros tienen algo que a ella le cuesta mucho conseguir. No pueden ver los sacrificios de los demás y tampoco ven lo que otros hacen para llegar donde están.
  • Suelen ser pesimistas. Cualquier situación que parezca algo compleja le genera malestar y tristeza.

Características de una persona con una autoestima sana

  • Alguien con una autoestima sana tendrá días buenos y unos no tanto. Lo interesante, es que en sus días “oscuros” se esforzará por subirse el ánimo, y lo logrará.
  • Se enfoca en superarse a sí misma. Tiene claros sus intereses y lucha por alcanzar sus metas sin llevarse a nadie por delante.
  • El optimismo es su bandera. Para alguien con una sana autoestima, los obstáculos son una oportunidad, no un problema.
  • La envidia no está en su “diccionario de sentimientos negativos”. Nada es más terrible que desear algo que no tienes y molestarse porque otra persona sí.
  • Alguien con una autoestima sana sabe mantener el equilibrio entre sus necesidades y las de los demás. Sabe poner límites, decir no, respeta a los demás y no se deja manipular.
  • La comparación tampoco es uno de sus hábitos. Es consciente de que tiene dificultades; pese a eso, es capaz de ser feliz y de hacer felices a los demás.
  • Gusta de sentirse apreciado y valorado por las personas que lo rodean.
  • Alguien con una sana autoestima no busca la aprobación de nadie. Se siente satisfecha y segura con ella misma.
  • No se toma las opiniones de los demás como algo personal. Sabe que las personas dicen cosas y que puede elegir qué le sirve para ser mejor y qué debe ignorar.
  • Al momento de tomar decisiones, asume la responsabilidad de las consecuencias que estas tengan.
  • Una persona con una buena autoestima en las relaciones amorosas, sabe hacerse respetar. No tolera malos tratos ni palabras déspotas. Si la relación se torna tóxica, sabe decir “adiós”.
  • No busca ser perfecta. Da todo de sí para cumplir con sus objetivos; lucha y se esfuerza, pero sabe que tiene límites y no se frustra por eso.

Si no tienes una buena autoestima, la puedes construir

Cultivar una buena autoestima requiere de paciencia y conciencia; es decir, debes tener todos tus sentidos puestos en tu objetivo. La razón es que debes aprender a corregirte; “callar” la voz interna responsable de generar en ti desconfianza y pensamientos negativos. Este es el primer paso en la construcción de una sana autoestima.

Otro aspecto relevante es no buscar la perfección. Los seres humanos no somos perfectos; así que buscar hacer todo bien y sin errores es una carrera directa a perder oportunidades y al fracaso.

Sal de tu zona de confort; esa es la única manera que puedes probarte de que eres capaz de algo. Si no te arriesgas, jamás conocerás tus límites o tus fortalezas.

Presta servicio. “Una persona que no nace para servir, no sirve para vivir”. Una sana autoestima está unida a la capacidad de alguien para dar de sí a los demás de manera desinteresada.

Cultiva tu mente. Mantente fiel a tus principios y valores, pero además aprende todo lo que puedas. El conocimiento es poder y sabiduría, pero debe ser usado con humildad.

Advertisement

Cuida tu cuerpo y salud. Ejercitarse y comer bien te permite confiar en tu cuerpo y estar saludable para enfrentar el día a día.

Disfruta la vida. Tener buen humor y disfrutar de las pequeñas cosas te ayudarán a ser feliz. Incluso, reírte de ti mismo mostrará humildad.

La autoestima se construye desde la infancia; una crianza estricta y el maltrato pueden deteriorar mucho el amor propio. Sin embargo, esta puede fortalecerse, y es vital que se haga porque es parte importante de la personalidad.

Una buena autoestima interviene en todo lo que una persona hace. El éxito que alguien tiene se debe a la confianza en sus fortalezas.

Toma un momento para compartir ...

Erika Patricia Otero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.