Si sufriste acoso escolar, es posible que padezcas estas consecuencias

Hay varios tipos de personas, las que son víctimas de la vida, y las que se esfuerzan por dejar atrás el caos que genera la violencia.

Erika Patricia Otero

Sufrí acoso escolar de parte de profesores como de compañeros del colegio; solo que no lo padecí como otras personas lo han sufrido.

Tendría unos 9 años cuando comenzó todo. Estaba en tercero de primaria y la profesora me aborrecía a mí tanto como a otro niño. La mujer, quizás en sus veintes, no desaprovechaba oportunidad para humillarme a mí o a este niño. Su última agresión fue arrojar uno de mis cuadernos, desde su escritorio, hasta mi puesto al fondo del salón; todo esto delante de mis burleteros compañeros.

Recuerdo la razón de la ofensa: no le gustó el dibujo que hice de los puntos cardinales. Llegué llorando a casa y pues, como es de esperarse, le conté a mis padres. Ellos reventaban de rabia, pero justo el viernes se iba a realizar una reunión con padres de familia. Sé que mis padres le hicieron saber su molestia a la directora; el maltrato por parte de esa profesora se acabó, por lo menos para mí. Al año siguiente no volvió a trabajar en ese colegio.

Sin embargo, me volví el foco de burlas por parte de mis compañeros. Apodos iban y venían, y yo que soy muy emocional, me volvía un mar de lágrimas ante la impotencia.

No estarás dispuesto a permitir abuso

Llegaron varios años de paz cuando al fin entré a la secundaria. Con 11 años estaba enfrentándome a un nuevo mundo. Mi personalidad y carácter se fortalecieron. Me volví una adolescente rebelde y vital que sabía respetar y hacerse respetar.

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Por cuestiones de la vida, tuve que cambiar de colegio y entré a una institución donde solo estudiaban chicas. La situación es que a mis 13 años tuve que compartir salón con muchachas de mayor edad, y eran bastante aprovechadas. También tuve mala suerte con una profesora; ahí empezó de nuevo mi calvario. Pese a eso, había una gran diferencia: ya no estaba dispuesta a dejarme maltratar de nadie; por mucha autoridad o altura que tuviera.

Por fortuna, la profesora no me molestó mucho tiempo; en cambio, algunas chicas no daban tregua, eso hasta que colmaron mi paciencia.

“Trata como quieres ser tratado”, ese siempre ha sido uno de mis lemas, y el más efectivo. Cuando apliqué el mismo trato que me estaban dando, yo pasé a ser la mala. Por fortuna, tenía buenos argumentos y no pasó de un regaño. El resto de mis años escolares trascurrieron en relativa paz.

Algunas veces las chicas mayores creían poder molestarme, pero yo tenía bastantes agallas y no les permitía llegar muy lejos. No pegaba ni insultaba, solo no permitía; sabía poner límites y no dejaba que las agresiones llegaran lejos.

El acoso escolar deja secuelas

Muchas personas no estarán de acuerdo conmigo en esto. Son abanderadas de la paz; sin embargo, una paz donde yo soy la víctima no es una buena idea. No, la vida no se trata de “poner la otra mejilla”; consiste en respetar y ser respetado cuando se trata de tener una infancia y adolescencia tranquila.

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Creo que si yo no hubiera sufrido acoso durante mi primaria, probablemente no hubiera sabido reaccionar al abuso en secundaria. Sí, el acoso deja secuelas, pero no las mismas en todas las personas.

En mi caso, aprendí a defenderme y a no ser víctima. Creo que tuvo mucho que ver que sabía que tenía quien me defendiera. A mi mamá la llamaron del colegio infinidad de veces; además, tuve anotaciones en el observador del alumno; sin embargo, jamás volví a tener chicle en el cabello o llanto rodando por mis mejillas.

A otras personas les pasa diferente. No importa cuántas veces se quejen con las directivas del colegio, es como si no pasara nada. Estas personas sí que lo pasan mal el resto de sus vidas; eso, hasta que buscan cerrar el ciclo.

Del acoso escolar son directos responsables los maestros y directivos. Esto, ya que en sus manos está cortar de raíz este tipo de comportamiento.

Si algo hacen bien las escuelas públicas de mi país, es que en su gran mayoría los directores cortan de lleno cualquier tipo de acoso. Simplemente al primer indicio de acoso a un alumno, el acosador es retirado de la escuela.

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Consecuencias del acoso escolar en la adultez

Sea que hayas sido uno de los tantos chicos que aprendió a defenderse como si no; el acoso deja consecuencias para toda la vida. Estas pueden ser tanto negativas como positivas.

Las consecuencias negativas son:

Problemas para socializar

A veces, aislarse es algo que nos agrada hacer; puede ser porque somos tímidos, o bien, nos incomoda estar rodeados de personas, como es el caso de los introvertidos.

Pese a esto, las personas acosadas tienden a aislarse porque se sienten vulnerables al trato con otras personas. Además, les cuesta expresar lo que sienten y piensan; se sienten poco aceptadas, y a la larga pueden desarrollar fobia social tras sufrir acoso.

Estrés

Una investigación afirman que el acoso escolar produce estrés en la víctima de acoso. William E. Copeland, integrante del Centro de Epidemiología del Desarrollo en Duke, dice:

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“El Bullying puede tener consecuencias fisiológicas. Hay evidencia que con el tiempo esta experiencia puede alterar las respuestas biológicas del estrés. El desgaste de estos cambios fisiológicos pueden limitar la capacidad del individuo para responder a nuevos retos, teniendo mayor riesgo de enfermedades”.

Depresión y baja autoestima

Como es de esperarse, el sentirse acorralado por sus iguales genera una profunda depresión. Además, hay una relación entre el acoso escolar y tener propensión a padecer problemas de salud emocional y baja autoestima.

Esta última surge porque la persona comienza a desarrollar un concepto equivocado de su propia persona. Así, comienza una lucha interminable por sentirse bien consigo mismo y recuperar su sentido del amor propio.

Que el acoso te haga alguien más fuerte

Así como yo, muchas personas aprenden a reconocer su propia valentía en situaciones de abuso. Además, también te vuelves una persona capaz de tolerar las dificultades y mantener la calma en momentos de turbulencia.

Si fuiste víctima de acoso y sientes que aún no puedes superarlo, busca ayuda terapéutica y corta con tu sufrimiento; no mereces vivir en un constante tormento.

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Sí, el acoso escolar puede ser desastroso y tener consecuencias mayores que el estrés o la depresión. Mira los casos de masacres en escuelas de USA, esta es la máxima y más terrible expresión de acoso escolar.

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Erika Patricia Otero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.