Si vas a prometer algo, asegúrate de poder cumplirlo

Piensa bien antes de prometer algo, porque las promesas determinan la confianza de los que te rodean.

Adriana Acosta Bujan

Sin temor a equivocarme, todos en algún momento de la vida hemos prometido algo a alguien con tal de ganarnos la confianza y hacer que esa persona se sienta tranquila y feliz. Prometemos a la pareja, a los hijos, a los compañeros del trabajo, a los seres queridos. Vamos por la vida haciendo promesas que tal vez nunca llegamos a concretarlas, lo que pone en duda nuestra palabra y sobre todo provoca graves conflictos en nuestras relaciones con los demás.

Las personas que nunca cumplen son catalogadas como mentirosas, indeseables y poco confiables, y eso aleja a cualquiera. Por tal razón, debemos saber poner un límite al momento de prometer y hacer todo lo posible por cumplir, ya que no solo nos afectará en lo social sino también afectará nuestra autoestima, seguridad y confianza.

Te lo prometo

Prometemos ese café con las amigas, el obsequio para calmar el llanto a los hijos, prometemos un viaje o bajar la luna y las estrellas con tal de obtener un sí de la persona que nos interesa. Se promete cambiar un comportamiento o una acción errónea que ha provocado dañar a quien se quiere; en fin, se promete y promete con el simple hecho de tener buenas intenciones y buena voluntad de que pase algo en el futuro.

Tal vez prometer pueda ser un acto de buena fe, que nos ayude a empatizar y ser mejores personas cada día. Sin embargo, también es un acto que pone en riesgo nuestra credibilidad. Es por ello que debemos aprender que prometer debe ser un acto que se pueda cumplir.

El problema es que muchas veces  se promete sin pensar en las prioridades o el tiempo que se requiere para cumplir aquello. Llenamos nuestra propia agenda de compromisos para postergar, tal vez por el miedo a cambiar o volvernos a equivocar; como por ejemplo una pareja que fue infiel.

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La escritora Lesslie Polinesia, en su libro “Tres promesas” afirma que estas pueden ser cambiadas por el destino y planes de la vida, aunque una persona quiera prometer algo, suele pasar que la vida le tiene otro camino distinto que le impedirá cumplir.

Cómo hacer de las promesas una realidad

1 Sé realista

Puedes prometer un chocolate a un niño para que cumpla con sus obligaciones escolares o hacer una llamada a tu pareja; esas promesas pueden ser fáciles de cumplir puesto que no requieren de mucho esfuerzo o dedicación. La idea es que cuando hagas una promesa sea lo más realista posible, algo que puedas hacer de manera inmediata y sin postergar tanto tiempo.

De esa manera, tu palabra siempre será escuchada y respetada, ya que los demás sabrán que lo que digas siempre tendrá fundamento.

2 Qué te limita

Quieres ganarte el puesto que deseas en la empresa que trabajas, comprarte un auto, salir de viaje con tu familia; puedes prometerte mil cosas a ti y a los demás con la finalidad de motivarte para alcanzar tus sueños. Sin embargo, el problema radica en los ideales o las limitaciones que tienes en el presente, eso que te impedirá cumplir tus promesas.

No me refiero a que sea imposible cumplir tus sueños, el problema es que algunas veces tenemos que pensar en nuestras verdaderas limitaciones o impedimentos que nos provocan fallar las promesas. Por ejemplo; prometes comprar una casa para tu esposa pero en realidad estás comenzando a trabajar en tu propio negocio, o quieres prometer decorar tu habitación, pero no tienes el tiempo para hacerlo.

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Por ello, es importante conocer tus limitaciones, así como las habilidades, dones y virtudes que tienes, ya que si prometes algo, esta promesa será más sencilla de hacer y será menos probable fallar.

Lee también: La importancia de enseñar a nuestros hijos a cumplir con sus promesas

3 Aprender a decir no

En muchas ocasiones las personas que amamos o cercanas a nosotros nos obligan a prometer algo que en realidad no queremos; por ello es fundamental aprender a decir “no”. Eso tendrá más validez y generará menos conflictos con los demás.

Es complicado dejar de prometer cuando una persona pide nuestra ayuda, ya que en realidad sabemos que ese alguien recurrió a nosotros porque confía plenamente. Deberás aprender a decir que “no puedes” cumplir algo que no está a tu alcance o que podrá crearte problemas en tus actividades diarias, o que ponga en riesgo tu propia tranquilidad, estabilidad o seguridad.

Por ejemplo: la esposa que hace que su cónyuge le prometa que dejará de hablar con sus padres, porque a ella no le caen bien, o que deje de salir con sus amigos porque ella desconfía de ellos, asegurando que son mala influencia para su pareja.

4 No es un juego

Todas las promesas son importantes, no deberás prometer y prometer cosas nada más por agradar a alguien. Cuando prometas, hazlo con la convicción de que es algo que hará que te comprometas al cien por ciento y que tiene valor para las personas que te rodean.

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Me refiero a que no pases tu vida prometiendo cosas que no cumplirás, sin tener ningún remordimiento; al contrario, nunca tomes a la ligera tus palabras y promesas, conviértelas en una prioridad y esfuérzate por cumplirlas.

5 Piénsalo bien

Toma el tiempo necesario para pensar bien tus promesas; qué puedes ofrecer a cambio que sea de inmediato y no te lleve mucho tiempo en concretar tus palabras o hechos. Cuando tus promesas son pensadas con detenimiento y estratégicamente para realizarlas en un corto tiempo, serás una persona que proyecte más confianza, por lo que tus relaciones con los demás serán más duraderas y muy cercanas; lo que te llevará a convertirte en una persona honesta, comprometida y respetada.

Así que ya lo sabes, piensa antes de hablar y de prometer lo que no puedes cumplir. Las promesas pueden ser acciones de buena fe que te ayudarán a esforzarte por algo o pueden convertirse en palabras que destruyan la confianza que tanto esfuerzo te ha costado ganar ¡Promete y cumple!

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Adriana Acosta Bujan

Adriana Acosta estudió comunicación, es madre y abuela, y actualmente se dedica a la enseñanza e investigación a nivel universitario en Puerto Vallarta. Publica sus escritos esperando que ayuden a las personas que leen sus útiles vivencias.