9 frases que dices a tus hijos, que no las comprenden como quisieras

Si a veces sientes que le hablas a una pared, tal vez es porque necesites cambiar la forma en la que dices estas frases.

Adriana Acosta Bujan

Tener una buena comunicación es la base de las buenas relaciones. Como adultos sabemos que los mensajes mal estructurados pueden acarrear conflictos, ya que algunas veces decimos cosas que son malinterpretadas o confusas, todo por cometer el error de no hablar claro.

Seamos honestas, la mayoría de las mamás hablamos con los hijos con frases minimizadas para hacer que ellos nos comprendan, ya sea por su inmadurez y corta edad, sabemos que debemos dirigirnos a ellos con expresiones cariñosas, tiernas y divertidas.

Mensajes confusos 

Algunas frases que empleamos para que los hijos pongan atención y obedezcan suelen confundirlos tanto que no llegan a entendernos.

1 ¡Cuidado!

Creo que es la frase número uno de la lista, ya que las mamás solemos repetir una y mil veces. “¡Cuidado no te vayas a lastimar!, ¡Cuidado no te vayas a caer!, ¡Cuidado porque es peligroso!”.

Esta frase la decimos para evitar que nuestros hijos pongan en riesgo su seguridad. Sin embargo, ellos no logran comprender la esencia y la importancia de la frase, puesto que mamá la repite mucho, hasta suele hacerse costumbre escucharla.

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Lo ideal es cambiarla para que ellos pongan atención, recuerda que su pensamiento crítico no los orienta a los verdaderos peligros que pueden enfrentarse. Así que es mejor modificarla siendo lo más clara posible.

Por ejemplo: “¿Qué necesitas recordar mientras juegas?”, “¿Qué consecuencias puedes tener si comes eso?”, “¿Qué parte del cuerpo te dolerá si caes?”

2 ¡Cállate!

Tal vez estás buscando un minuto de paz y tranquilidad en tu hogar. Para lograrlo, ordenas a tus hijos que se callen. Lo ideal para hacer que ellos obedezcan y entiendan es decir que será mejor que bajen la voz, porque mamá quiere un poco de silencio.

Incluso, si tu hijo quiere gritar, dile que está bien que lo haga, pero enséñale que existen distintos lugares y contextos donde puede hacerlo.

3 ¡Apúrate!

Estoy de acuerdo que vivimos en un mundo muy agitado, donde el tiempo vale oro; por tal razón solemos decirles a los hijos que deben hacer las cosas rápido y que se apuren.

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Sin embargo, olvidamos que están en la etapa del aprendizaje (cuando son pequeños) y que ellos necesitan tiempo para resolver sus conflictos, para ser independientes.

Así que la mejor sería ofrecer tu ayuda por ejemplo: “¿Te gustaría que yo te ayude a vestirte?”, “¿Quieres que te ayude cargando tu mochila?”, “¿Quisieras que yo ponga la película?”.

Recuerda que si quieres enseñar a tu hijo a hacer las cosas, no debe de existir la prisa, así que delega con tiempo suficiente, para evitar sentimientos de frustración.

4 ¡No!

Empezar una frase con una palabra negativa puede comprenderse como algo peligroso, prohibido o misterioso. Seguramente te habrás dado cuenta que cuando dices ¡No! y por alguna razón tus hijos hacen lo contrario, para desafiarte o por curiosidad a querer experimentar.

Mejor modifica tu frase y cambia tu mensaje por alguna palabra positiva. En lugar de decir “¡No pongas los pies sobre el sillón!” Diles “Por favor siéntate bien” o “No hagas tiradero” Cámbiala por “¿Podrías jugar mejor con solo algunos juguetes?”

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5 ¡No puedo pagar eso!

Es triste pero a mí se me rompía el corazón cuando mi hijo solía pedirme que le comprara un juguete y pues yo le decía “No puedo pagar eso”. Es lógico que tu pequeño quiera tener todos los juguetes del mundo, pero en ocasiones es imposible complacerlos, ya que pueden afectar tu economía familiar.

Los niños no entienden del valor del dinero y sobre todo del esfuerzo que se emplea para obtenerlo. Por lo tanto, tus hijos no podrán comprender tu frase.

Puedes expresarte distinto como por ejemplo: “Lo vas a obtener más adelante”, “Lo vamos a agregar a la lista de tu cumpleaños”, “Tal vez puede ser una sorpresa que recibas el día menos esperado”

6 ¡Ya duérmete!

Claro, es lógico que los adultos quedamos agotados y cansados por cumplir con nuestras obligaciones y responsabilidades; por ello deseamos que los hijos se duerman y nos dejen descansar.

Sin embargo, debemos saber que los hijos tienen muchas energías y cuando les decimos “¡Ya duérmete!” Pueden malinterpretar tu cariño y amor, ya que les estás dando una orden.

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Algunas de las frases que puedes emplear son: “Es hora de descansar y soñar”,”El cuerpo necesita descansar, así que vamos a dormir”, “Tienes que recuperar tus energías, vamos, te acompaño a tu cama”.

7 ¡Tienes que ser bueno!

Por supuesto que deseamos que nuestros hijos sean personas buenas, sin embargo, podemos mandar un mensaje equivocado, ya que no sabrán defenderse en situaciones peligrosas.

Como decía mi abuela “Tienes que ser buena, pero no tonta”, puede ser ofensivo pero la frase correcta seria “Tienes que ser bueno, pero no dejes que las personas te hagan daño”, o “Sé bueno, pero defiéndete cuando te sientas en peligro”.

8 ¿A quién quieres más, a mamá o a papá?

Solemos decir esta frase cuando los hijos son pequeños, como un tipo de diversión entre padres. Sin embargo, podemos confundir a los hijos sobre sus sentimientos y con la idea del amor, puesto que este no tiene límites y es infinito; incluso estamos enseñándoles a realizar comparaciones con sus seres queridos.

Evita comparar el amor. Mejor modifica tu frase por: “Mamá y papá te aman mucho, seguramente tú también nos amas igual”,o  “Mamá y papá tienen distintas maneras de demostrar amor, cómo tú también lo haces”.

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9 ¡No seas envidioso, presta tus juguetes!

Es válido enseñar a los hijos a compartir, para que se relacionen y tengan amigos; sin embargo, debemos enfocar el mensaje correcto como: “El juego se disfruta mejor cuando tienes compañía”, o “Podrás descubrir otras maneras divertidas de jugar, cuando compartes tus juguetes”.

Muchas frases que empleamos los adultos hacia los hijos, pueden no ser comprendidas correctamente. Así que te invito a modificar tu comunicación y cuando ordenes algo, que sea claro, para que tus hijos te pongan atención.

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Adriana Acosta Bujan

Adriana Acosta estudió comunicación, es madre y abuela, y actualmente se dedica a la enseñanza e investigación a nivel universitario en Puerto Vallarta. Publica sus escritos esperando que ayuden a las personas que leen sus útiles vivencias.