El amor puede ser muy fuerte, pero hay actitudes que lo matan

“Las heridas que no se ven son las más profundas.” William Shakespeare

Ser amado y amar es una especie de sueño al que todos aspiramos. Algunas personas lo logran y otras… bueno, solo se quedan con el deseo.

El amor es un aspecto esencial para nuestras vidas. Puede alcanzarse de distintas maneras y alcanzar diferentes niveles; sin embargo, jamás habrá un “amor perfecto”. Debido a las condiciones anteriores, nunca alcanzará su máximo.

Es que cuando se habla de sentimientos no se abarca una ciencia exacta. Cuando hablamos de sentimientos estamos abarcando un área etérea que no se puede medir ni cuantificar, solo sentir y expresar.

Lo que lo hace aún más interesante, es que el amor siempre puede crecer y mejorar. Sin embargo, de la misma manera que puede ir en aumento, también puede extinguirse poco a poco hasta desaparecer. Esto no tendría por qué suceder si las personas involucradas en una relación se esmeran por fortalecerlo; pese a eso, a veces los intentos fallan y el amor llega a su fin.

Amar no es una cuestión de cualidades o defectos

Amar es un sentimiento complicado. Empieza desde una simple atracción y asciende hasta el punto que sientes que eres capaz de dar tu vida por esa persona especial.

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Tengamos en cuenta que pese a que puede empezar por algo tan básico como la atracción física, lo que hace que el amor crezca y se fortalezca, trasciende todo aspecto superficial.

Las personas envejecemos cada día; así que pretender basar el amor el la apariencia es una tontería. ¿Puedes sentirte atraído por tu pareja toda la vida a pesar de ser ya ancianos? ¡Claro que puede pasar! y pasa. Solo quienes basan el amor en el aspecto físico, terminan teniendo diversas parejas en un corto periodo de tiempo; al final, ninguna les satisface, pero eso ya es un problema propio, no de la pareja de turno.

El amor dura en una pareja cuando ambos aprenden que se ama a las personas como un todo. ¿Qué quiero decir con esto? Que te gusta y atrae alguien por sus cualidades, pero terminas amándola porque aceptas sus diferencias y defectos.

Sabes que amas a tu pareja porque, pese a que hay aspectos de su personalidad que a ti no te gustan, la aceptas y valoras porque eso la hace ser la persona que amas.

Ahora bien, también hay defectos de defectos. Es decir, no es lo mismo compartir tu vida con alguien desordenado, a vivir con alguien que te insulta o es celoso. Seguramente se puede lidiar a alguien que deja sus cosas tiradas por doquier; esto es mejor que vivir con miedo de que llegue enojado y se desquite contigo.

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Como la anterior, hay varios aspectos que hacen que el amor muera paulatinamente:

1 Los celos: tu pareja no te pertenece

Algunas personas que tienen la creencia de que los celos son sinónimo de amor; y no hay una mentira más grande que esa.

Los celos son sinónimo de inseguridad en sí mismo. De no sentirse suficiente para lograr mantener el amor de una persona.

Puede ser que al principio sea interesante que tu pareja se sienta algo temerosa de perderte, pero pierde todo matiz interesante cuando los celos suben en escala. Cuando esto sucede surgen los conflictos y hasta comienzan las agresiones de todo tipo.

Amar no es poseer y tampoco es una manera de demostrar amor por alguien. Las personas no son objetos y tampoco son una proyección de nuestros miedos al abandono.

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Cuando una persona se deja dominar por el miedo, da pie para que su pareja se empiece a alejar por hastío o por miedo.

2 La infidelidad

¿Quién es feliz al saberse engañado? Nadie. Lo peor de todo esto es que muchas veces, la infidelidad está acompañada de los malos tratos hacia la persona engañada. Es como si la parte infiel de la pareja, tratará de solventar su sentimiento de culpa dañando al otro.

Pretender permanecer en una relación donde el engaño y la mentira son seguidos de los malos tratos, acaba con cualquier sentimiento, por muy fuerte que este sea.

3 Discusión a gritos

Toda relación sentimental presenta problemas. La única manera de encontrar solución a esos inconvenientes es a través del diálogo; sin embargo, hay ocasiones donde la rabia, la frustración y el ego ganan la batalla y empiezan los gritos.

Gritar para hacerse escuchar es el peor camino que una persona puede elegir para “resolver” un problema. Lo peor de todo, es que las personas pierden la noción de los sucesos y terminan diciéndose cosas horribles bajo el calor de los acontecimientos.

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Siempre se puede lograr el control, pero una vez abierta la puerta de los gritos, es muy complejo cerrarla.

4 Mentir

No hay nada más decepcionante que darte cuenta que tu pareja te miente. No importa si el engaño es pequeño o grande. Si es capaz de mentirte sobre cuánto gana en su trabajo o por qué va a llegar tarde, va a mentirte en cualquier cosa.

Las mentiras deterioran la confianza, y una vez perdida esta, es muy complicado volver a creer en la persona que está a tu lado. Cada acción será puesta en tela de juicio y la paz se va por donde entró la primera mentira descubierta.

5 Descargar la responsabilidad en uno solo de los miembros

Un matrimonio es de dos personas; así la situación, la responsabilidad del hogar, los hijos y la resolución de conflictos recae en ambas partes. Pese a eso, si una de la partes es inmaduro e irresponsable, probablemente descargue la parte de su responsabilidad en su pareja.

Es así como la persona sobre la que recae la totalidad de la responsabilidad del hogar termina drenada en sus fuerzas, motivación y amor por su cónyuge.

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Ninguna persona en un matrimonio puede cargar sola semejante sociedad. Para que la nave del matrimonio funcione, las responsabilidades deben ser compartidas. Cuando eso no pasa, el amor se va, acompañado por el cansancio y la desmotivación.

El amor es un sentimiento que se debe cuidar a diario. Puede haber problemas y los va a haber, pero las partes deben ser sabios para resolver sus diferencias. Esa es la única manera en que el amor crecerá y se fortalecerá.

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