Las crisis ponen a prueba el amor, pero también lo fortalece

Sé ese reflejo de lo que quieres recibir. Si quieres ser amado, ama. Si deseas ser tratado con honestidad, sé honesto. La vida se encargará de darte todo lo que des.

Erika Patricia Otero

“Es fácil amar a alguien cuando todo es perfecto.

Mantener ese amor durante los momentos imperfectos,

es lo que lo hace un amor incondicional”.

Karen Berg

 

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Amar a alguien parece fácil, tener cerca a quien se ama es sentirse vivo y capaz de dar la vida por él o ella. Sí, puede parecer sencillo, pero no lo es.

Nada hay de fácil en compartir la vida con alguien diferente a ti. Amar te hace sentir un cúmulo inmenso de emociones; aun así, no puedes negar que varias veces a la semana ambos sienten perder el control.

Ustedes pueden ser muy parecidos o muy diferentes, pero cada tanto van a tener conflictos, eso es inevitable. Sí, que se amen no les hace inmunes a enojarse o a tener diferencias; superarlas y seguir prodigandose amor es el reto de todo matrimonio.

Lo triste es que muchas parejas actuales dejan de intentar seguir manifestándose amor luego de un corto tiempo de convivencia. A veces 8 o 15 meses de matrimonio no son suficientes para que una pareja se adapte a la convivencia diaria. 5 o tal vez 8 años no son suficientes para saber si son capaces de apoyarse en los momentos difíciles que puedan presentarse.

Los matrimonios de ahora deberían ser como los de antaño

En el pasado, los matrimonios de nuestros abuelos, esos que surgieron en la época de 1940 o 1950, sabían cómo luchar y reparar los daños. Sí, ellos conocían la manera de luchar y esforzarse por ser felices a pesar de las crisis de todo tipo. Nuestros abuelos tampoco tenían miedo de pedir perdón, de decir lo que pensaban sin herirse.

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Una historia cuenta que una joven preocupada por su matrimonio, acudió a pedir consejo a su abuela que tenía 40 años de casada. Ella le preguntó a su abuela cómo había hecho para estar por tanto tiempo junto a su abuelo. La anciana señora le respondió que no era que no se enojaran o no tuvieran problemas; lo que pasaba era que a ellos les habían enseñado a reparar las cosas cuando se estropeaban y no a desecharlas.

En efecto, los matrimonios de antaño duraban porque las parejas se esforzaban en solucionar sus problemas. Ellos preferían hablar antes que castigarse con la indiferencia. Los matrimonios de los abuelos se decían cuánto se amaban; se apoyaban en las crisis y no se desautorizaban delante de los hijos.

Nada hay perfecto

Los matrimonios de antaño no es que fueran perfectos, desde luego que no. Tampoco es que no tuvieran problemas económicos, desacuerdos respecto a los hijos, suegros y cuñados generadores de discordia. Eso siempre existió y existirá, solo que los abuelos hablaban, se esforzaban, esmeraban y ponían límites. Solo en casos de violencia doméstica, muchas mujeres contemplaban el tan mal visto divorcio; otras más, solo soportaban en silencio.

No es que yo te esté diciendo que debes permanecer en tu matrimonio violento, no. En aquel tiempo había estigma social y familiar, las mujeres dependían económicamente de los esposos; todo era muy diferente.

Lo que deseo que comprendas es que si hay algo que reparar en tu matrimonio, lo hagas. Las cosas en la vida no son fáciles ni simples cuando estás solo, y tampoco lo son cuando tienes en tu vida un amor con el cual compartir tu esfuerzo. Sin embargo, cuando tienes a alguien que amas a tu lado, darle dirección a tu vida puede resultar más fácil si hallan un justo medio.

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Una crisis puede surgir por cualquier cosa

No se requiere un acto supremo de deshonestidad por parte de la pareja. Una crisis surge con solo con un pequeño mal paso, para que la relación quede en la cuerda floja.

De la misma manera que la pérdida del empleo puede desencadenar una crisis, pasar por alto una fecha “especial” también. De esa manera, un encuentro casual con un ex y que no lo cuentes tú sino un tercero que lo vio por casualidad, puede generar un conflicto. Basta con que algo represente una gravedad para tu pareja, para que se forme un problema.

Es por esa razón que una buena idea para evitar problemas por nimiedades, es que hablen siempre con honestidad. Otro aspecto que les evitará problemas es no suponer, siempre preguntar lo que no se sabe. Esos dos aspectos les evitarán muchas dificultades a futuro.

Un matrimonio debe ser asumido por personas maduras

La madurez no es cuestión de años; si así fuera, muchos matrimonios de antaño no hubieran durado mucho tiempo, pues las personas a mediados del siglo pasado solían casarse muy jóvenes.

La madurez es algo mental y de carácter; por esta razón,  los matrimonios que más duran son los que están conformados por personas capaces de hablar, de ser humildes y que asumen sus fallas. Además de esto, las personas que se aman no les importa ceder un poco y complacer a su pareja, lo hacen porque sabe que si ellos son felices, él o ella también lo serán.

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No se espera que el matrimonio sea un dechado de felicidad creado por personas perfectas que no se ofenden y aguantan todo sin quejarse. Un matrimonio es una sociedad donde la pareja se dispone a crecer, negociar, amar, divertirse, enojarse y perdonar fallas. Cuando una pareja está dispuestos a vivir todas esas experiencias y seguir juntos, entonces podrá decir que superó todas las crisis.

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Erika Patricia Otero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.