Mujer y líder: 5 recomendaciones para ejecutivas y madres

Solo debo organizarme, usar mis talentos y ponerme objetivos pequeños cada día. ¡Sí, puedo hacerlo!

Emma E. Sánchez

¿Has escuchado hablar del techo de cristal? Hace poco me enteré que este término se usa para hablar de esos límites o barreras invisibles como el cristal que impiden o limitan a la mujer a progresar en sus carreras o a puestos directivos por el simple hecho de ser mujeres.

Se escucha difícil de creer pero es cierto, hoy en día siguen ese tipo de discriminaciones para mujeres y algunas minorías. Al hablar del tema con otras mujeres a las que considero grandes ejemplos de superación y desarrollo personal, académico y profesional, hubo un comentario que constantemente  se repetía en nuestras conversaciones:

“Somos las propias mujeres, las que con más frecuencia de lo que imaginamos, nos metemos el pie a nosotras mismas saboteando  nuestro propio desarrollo”.

Entonces, si ya es complicado para nosotras ¿cómo o qué hacer  para evitar complicarnos más nosotras mismas? Aquí te voy a compartir 5 recomendaciones que puedes considerar y elegir aplicar para quitarte piedras del camino en tu desarrollo.

1  Las mujeres ¿estamos menos educadas?

Marilyn Loden en 1978 fue la primera en hablar sobre “el techo de cristal” y ella entonces mencionó que  hay una idea falsa pero generalizada de que las mujeres no están educadas o bien preparadas para desempeñar un puesto ejecutivo  o directivo.

Una idea tan generalizada solo se puede cambiar “de una persona a la vez” y esa persona eres tú.

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Edúcate. Estudia y prepárate en todo lo que esté a tu alcance. No creas que por ya tener un empleo (inclusive si ya estás en una posición distinguida) debes dejar de capacitarte y aprender.

Ahora, ir a la escuela o la universidad no significa que seas una mujer educada, también implica cultivarte en tu desarrollo humano y  la comprensión y dominio de tus emociones, lo que nos  lleva al siguiente  punto.

2 Nutre tu mente y tus pensamientos

Hay muchas mujeres sumamente capaces, inteligentes y por si eso fuera poco, guapas, que ante una gran oportunidad de asumir un puesto de liderazgo o lograr una gran meta, se quedan congeladas por temor a fracasar.  No se atreven a dar el primer paso, a vencer la crítica o dar el gran salto. Algo en su interior lo desea enormemente pero algo en la mente dice ¡NO! “¡no es para ti, tú no puedes, no sabes, no lo lograrás, no seas ridícula, eres tonta, eres fea o la peor de todas: no te lo mereces”.

Y las oportunidades se van y nos dejan derrotadas sin haber dado pelea.

Cultivar tu mente, tus pensamientos y tu espíritu,  te dará seguridad y mucha fortaleza mental para enfrentar cualquier desafío que el trabajo y la familia te presenten.

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Ve al psicólogo, visita algún terapeuta, haz yoga, haz lo que tengas que hacer para vencer los pensamientos negativos y vencer el miedo. Si logras esto, nada ni nadie podrá detenerte.

Haz ejercicio, ponte una meta y cúmplela así lograrás algo súper poderoso: el auto respeto.

3 La familia es razón, no pretexto

¿Qué pasa con la vida familiar? Muchas mujeres limitan su propio avance laboral poniendo de pretexto a la familia, y eso no es justo por la familia, claro está.

Permíteme aclarar algo desde ya:  para mí, la familia es lo más importante y mientras mis hijas fueron pequeñas dejé el trabajo para dedicarme a ellas y  fui muy feliz.  Pero la necesidad económica me hizo regresar a trabajar con el corazón roto pensando que sacrificaba a mis hijas, y cuando tenía algún logro laboral pensaba que traicionaba mi parte de mamá.

Pero un día entendí que no era así  y me propuse avanzar y desarrollarme en mi carrera y cuidar de mi familia,  aprendí que la familia y los hijos no son solo mi responsabilidad, también lo son de mi esposo y descubrí lo maravilloso que es enseñar a la familia a valerse por sí mismo, a repartir tareas, supervisar y trabajar en equipo.

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Deje de sentirme culpable por criar a una buena familia, trabajar y tener éxito al mismo tiempo.

4 Organiza, delega y supervisa

Los aprendizajes que en el anterior punto te compartí, me permitieron aplicar estas estrategias en el trabajo: capacitar a las personas, enseñarles cómo y qué hacer, luego delegar, supervisar y trabajar como equipo. De esta manera, todos los integrantes se desarrollan a sí mismos, crecen, saben que se confía en ellos. Juntos, podemos seguir avanzando a más y mejores proyectos laborales.

La crianza de una familia debe ser nuestro motivante, no la excusa para dejar de avanzar como mujeres o profesionales.

5 Busca un mentor o una figura de inspiración

En tu área de desarrollo, cualquiera que esta sea, siempre habrá alguien con mayor conocimiento o preparación, acércate, pregunta, aprende de su experiencia y luego aplícala en tu favor.

Muchas veces las personas mayores y los verdaderos líderes buscan duplicar la experiencia, comparten, forman a otros, pues saben que su verdadera trascendencia será mediante el compartir lo que han adquirido con tanto esfuerzo. Pero no todos quieren ser el receptáculo de su conocimiento por miedo al compromiso, al trabajo duro y al sacrificio.

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Sé tú la que siempre busque aprender y dar el extra

Hace muchos años, cuando era una mamá joven, yo admiraba a una mujer de mi congregación; desde mi vista, ella me parecía lo más cercano a la mujer perfecta, mientras que yo y mi vida me parecían un total desastre.

Me bastó acercarme con ella un día y preguntar, luego me invitó una tarde a su casa y recuerdo haber pasado poco más de dos horas con ella y salir renovada, llena de ideas pero sobre todo de metas.

Hoy, treinta años después sigo agradeciendo ese tiempo que me dedicó, cambió mi vida porque me hizo entender que yo no debía elegir entre tener una buena familia y desarrollarme profesionalmente y sacrificarla; ella me mostró que yo podía tenerlo todo, solo debía organizarme, usar mis talentos y ponerme objetivos pequeños cada día.

Tú también puedes lograr todo lo que tú desees, quita los pretextos y prepárate para ser lo que siempre has querido ser.

Toma un momento para compartir ...

Emma E. Sánchez

Pedagoga y Terapista familiar y de pareja. Casada y madre de tres hijas adultas. Enamorada de la Educación y la Literatura. Escribir sobre los temas familiares para ayudar a otros es mi mejor experiencia de vida.