Perdonarte es la mejor prueba de amor que te puedes dar

Amar es perdonar, pero el amor más fuerte que puedes profesar es el que sientes por ti mismo.

Erika Patricia Otero

Los grandes conocedores de la crianza infantil nos enseñan mucho a tratar y educar a nuestros hijos con amor. Escuchamos frecuentemente que el maltrato físico deja heridas en el alma de un niño, o que las palabras hirientes bajan la autoestima de tu pequeño. Sabes que es verdad porque si fuiste un niño o niña que creciste con padres estrictos, lo más seguro es que no desees tratar a tus hijos de igual manera.

Pues bien, si eso te dicen acerca de la manera adecuada de criar y educar a un niño, ¿por qué razón no aplicas la educación con amor para ti mismo?

Es un hecho que podemos llegar a ser muy crueles con nosotros mismos. Nos criticamos, presionamos y maltratamos de formas que no haríamos ni a nuestro peor enemigo.  Si a esto le añadimos que muchas veces tomamos decisiones que sabemos nos hacen daño, pues terminamos más dañados aún.

Pueda que concibas ese tipo de “auto-regaños” como una manera para hacerte mejor persona, y aunque la intención no es mala, la acción como tal sí lo es. La razón es que esas “reprimendas” causan muchas heridas emocionales que son difíciles de sanar.

Equivocandonos es cómo aprendemos

Que los seres humanos cometan errores es inevitable; es la forma como se aprende a no volver a cometer el mismo error. El problema surge cuando por terquedad, orgullo o “ceguera emocional” insistes en seguir el mismo camino que te llevó al fracaso.

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Casos como:

-Seguir en una relación tóxica porque no ves lo cruel que esa persona es contigo.

-Mantener un vicio que claramente sabes daña tu cuerpo.

-Perder el control fácilmente.

-No poner límites a los demás.

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Esas son acciones que claramente no te hacen ningún provecho, pero al no saber cómo cortarlas o afrontarlas, permites que una y otra vez mellen tu amor propio.

La buena noticia es que nunca es tarde para aprender la forma adecuada de darle la cara a esas situaciones; mientras más rápido lo hagas, es mejor para ti.

La forma correcta de perdonarte a ti mismo

Siempre que debas corregirte, hazlo con amor. Siempre es posible perdonarse por el daño que te haces, pero debes tener muy presente que debes ser humilde, compasivo, paciente y sobre todo: tener mucho amor por ti.

Recuerda que no se puede amar a otro ser humano, si no empiezas por amarte a ti mismo.

¿Cómo se logra el amor propio?

Lo primero que debes hacer es ver el “vaso medio lleno”. Siempre va a ser más fácil ver las fallas que hay en ti, pero ¿y si ensayas a mirar primero tus cualidades y características más positivas?

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Primero lo bueno

Por ejemplo: párate frente a un espejo, y luego comienza a mirarte detenidamente. Observa tu rostro detalle a detalle, así hasta llegar a tus pies; después, haz una lista mental de las cosas que más te gustan de ti: tus ojos, boca, pecas, tus orejas o el cabello. Haz este proceso hasta que termines con cada parte de tu cuerpo.

Luego agradece a tu organismo por funcionar bien y tener salud. Si sufres una enfermedad crónica o permanente, tipo diabetes, igual agradece el proceso de tu organismo y el hecho de que luche por mantenerte en pie a pesar de la enfermedad.

Luego de haber realizado este proceso ve al aspecto personal y haz el mismo proceso. Busca tus cualidades y aspectos más fuertes, valores y principios incluidos. Haz una lista de esas partes que sientes que te hacen única y especial. De nuevo, luego de tenerla agradece a ti mismo por mantenerte firme en la dificultad, por ser fuerte, y luchador o luchadora, porque quien te critica no tiene derecho a hacerlo, simplemente no sabe el camino que tuviste que recorrer para llegar hasta donde estás.

Luego del proceso positivo de hallar tus puntos favorables, vamos a la parte que genera más dolor.

Después, lo que no es tan positivo

Al igual que con tus cualidades, haz una lista de esas cosas que sabes que te hacen daño; incluso cabe añadir esas aspectos que tu familia y amigos más cercanos te dijeron que debes abandonar porque saben que solo te estás lastimando con ellos.

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Cuando ya tengas esa lista, analiza qué es lo que hace que no puedas o tengas el valor para dejar de ser así o abandonar esa relación dañina o ese vicio.

Piensa ¿qué puedo hacer para alejarme de ese mal amigo o mal amor? ¿Qué puede hacer para superar ese vicio? ¿Cómo hago para controlarme más y evitar esos estallidos de ira?, así con cada aspecto de tu persona que te afecta y por reacción en cadena, dañan a quienes están cerca tuyo.

El proceso

Dejame decirte que el abandono de las malas costumbres o las relaciones insanas requieren mucha fuerza de voluntad y que te pongas metas pequeñas a corto plazo. por ejemplo:

Digamos que uno de tus puntos más débiles es que eres muy explosivo. Las personas te sacan el mal genio muy facilmente y tú estallas en insultos; pero cuando ya pasa la furia, te das cuenta del error y te sientes muy mal. Lo que haces a continuación es que te reprendes con malas palabras y arengas dañinas.

En su lugar, ponte metas. Esto requiere que cada cosa que hagas, lo realices de forma consciente. Te molestaron y tienes dos opciones:  te alejas y eludes la reacción que va a llegar , o reaccionas pero no de manera grosera sino que pides respeto y te alejas para no incentivar los deseos de los demás a verte explotar. Créeme, cualquiera sea la opción que tomes es mejor que irte a que explotes en groserías o gritos.

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Lo mismo si lo que te gusta es fumar y deseas dejar de hacerlo, e igualmente con una pareja dañina. Para re-educarte y darte más amor es necesario que aprendas a amarte más y a perdonarte para sanar tus heridas emocionales.

Puedo decirte que funciona, porque yo lo puse en practica conmigo misma. Estoy segura que si hay alguien que puede ayudar a cambiar siempre para bien, esa persona eres tú mismo.

Te deseo, como siempre, lo mejor.

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Erika Patricia Otero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.