Sanando las heridas de un amor roto

El dolor en la ruptura puede ser lacerante, pero cuando sanas y lo superas, te vuelves más fuerte.

Erika Patricia Otero

Dentro de mi escaso número de conocidos, no hay uno solo que jamás haya sufrido por amor. No se supone que el amor haga sufrir; por lo menos no el amor de verdad. Pese a eso, igual se sufre.

Lo interesante es que el sufrimiento que genera un amor infructuoso deja como resultado sabiduría y madurez. La verdad es que ese conocimiento y crecimiento personal solo obtiene pasando por las amarguras de un amor desdichado. Además, al sanar ya estás preparada para una nueva relación; quizás la definitiva y una más sabia y feliz que la pasada.

Todos sufrimos el desamor de maneras diferentes y más o menos profundas. No por no llorar no sufres; hay personas expertas en reprimir su dolor y esto quizás lo hace más profundo. Y también hay quienes son más evidentes en su sufrimiento.

Si, todos sufrimos por amor y nos arrepentimos de lo que hicimos o dejamos de hacer; y también todos queremos corregir esos errores.

El punto importante es que muchos no sabemos lo que debemos hacer para superar un amor infructuoso. Es difícil porque cuando se pasa por esa situación es muy complicado ver la luz al final del túnel. En esos momentos es que se hace necesario una guía para tener fuerzas. Es necesario para así poder llegar hasta el final de ese proceso y salir más fuertes y siendo mejores personas.

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Recoger los pedazos de un corazón roto

Terminar una relación, más si tú eres la persona a la que le terminaron, es un golpe al amor propio.

Es normal que quieras saber por qué, más cuando aparentemente no habían problemas graves. Quedan muchas incertidumbres y dolores; necesitas explicación, pero a veces no la hay y no te queda más que tratar de cerrar el ciclo.

Cerrar ese ciclo, esa relación que llegó a su fin sin una explicación concreta genera sufrimiento. Tanto, que incluso puedes llegar a buscar a tu expareja en búsqueda de un porqué. Muchas veces la razón llega sola y te das cuenta de la realidad devastadora. Sin importar qué, el proceso y el dolor es el mismo.

El dolor del rompimiento

Es normal que la tristeza te embargue a tal punto que sientas que por dentro todo se está deteriorando. También es normal que sientas mucho odio y rabia hacia la persona que te lastimó; más aún cuando el fin de la relación fue infidelidad.

Si fue lo anterior lo que hizo que la relación llegara a su fin, puedes incluso sentir deseos de venganza. Mientras esos sentimientos de rabia permanezcan en ti, más vas a sufrir. Sin embargo, siempre puedes elegir perdonar y seguir adelante o seguir martirizándote en el dolor de la traición.

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Hay sufrimiento porque para bien o para mal entre los dos vivieron cosas que para ti tuvieron mucho significado. Es muy probable que ambos hubieran construido ideas a futuro de lo que serían como pareja; y eso lastima profundamente.

Cerrar todos esos sueños, darlos por cancelados es doloroso; sin embargo, si se quiere seguir adelante, tienes que dar un fin, y el proceso no es fácil.

Superando el dolor del rompimiento

Tienes que darte tiempo.

Es como cuando un bebé comienza a caminar; se va paso a paso. Superar un rompimiento es un proceso que requiere paciencia y deseos de recuperar el amor propio.

Las condiciones de rompimiento no son iguales para todos. Algunos terminan una relación porque ya no se aman. Otras personas concluyen una relación porque hay violencia. Algunos más porque se aburrieron de la relación. En fin, las razones pueden ser tan diversas como seres humanos hay en el mundo. A pesar de lo anterior, el dolor es similar en todos los casos y el proceso es el mismo.

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Ahora bien, sufre más quien da más. El sufrimiento es más fuerte para quien no demuestra sus sentimientos. En cambio, quien se permite llorar y busca alguien con quien desahogarse, es posible que supere el rompimiento prontamente.

El proceso

Encerrarse en tu casa o habitación es peor. Daña porque los recuerdos se acumulan en tu cabeza; en cambio, cuando sales y compartes con tus amistades o familia te distraes.

Es por esto que cuando se pasa por una ruptura lo que más se pide es que salgas, te entretengas. Es necesario también que te ejercites para que no caigas en la tentación de atibórrate de comida.

Ten presente esto: debes darte tiempo y no apurar el proceso. No es el tiempo el que te ayuda a sanar; es el cómo enfrentas tu dolor el que sana tus heridas y te ayuda a cicatrizar.

Algo que es muy bueno que también hagas es asumir tu responsabilidad. Una relación de dos personas y por mucho que te hayan sido infiel tienes un poco de responsabilidad. Pero lee detenidamente: tu responsabilidad en que te hayan engañado fue quizás dar demasiado de ti a alguien que no lo merecía.

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También debes tener presente lo que aprendiste de ti en el proceso. Cuando piensas en todo lo que viviste, te das cuenta de que no eres la misma persona de antes. Quizás te volviste más maduro y serio; tal vez aprendiste a ser mas detallista, más generoso y amable e incluso más fuerte emocionalmente hablando.

Ese es justo el momento donde te das cuenta que ya superaste ese amor infructuoso. Ya estás listo para darte la oportunidad de volver a amar si es lo que deseas. Lo cierto es que eres una mejor persona, dispuesta amar y dar de si lo justo y necesario.

Amar es así: una escuela de crecimiento personal que te prepara para amarte más y mejor.

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Erika Patricia Otero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.