¿Sufres por tu pasado doloroso?

"Somos producto de nuestro pasado, pero no tenemos por qué ser sus prisioneros". Rick Warren

Erika Patricia Otero

Para bien o para mal, el pasado marca el presente, de eso no cabe la menor duda.

Si tuviste una infancia colmada de buenas vivencias y una crianza amorosa, seguro eres un adulto con buena autoestima y feliz. Es todo lo contrario si tu infancia solo te trae recuerdos dolorosos. Cuando lo segundo ocurre, los adultos batallan con inseguridades y mucho dolor. Lo triste es que desligarnos de todo ese dolor del pasado es muy complejo.

“La felicidad también consiste en lo que dejas ir por tu propio bien”

La frase que uso para dar inicio a esta sección fue dicha por Coco Chanel. Encuentro mucha razón en ella; la única manera de tener un presente estable y un futuro próspero, es “dejando ir” un pasado trágico.

Pero, ¿cómo se deja ir un pasado difícil? No nos engañemos, se necesita mucho trabajo duro y voluntad. Es más querer hacerlo, aceptar lo que no puedes cambiar y comenzar desde cero. Sí, si se puede hacer.

¿Cómo saber que mi pasado me está haciendo daño?

Descubrir que tu infancia complicada te está “pasando factura” en tu vida adulta requiere valentía. La situación es que muchas veces no somos consientes de que nuestro pasado es el responsable de nuestra compleja adultez. Además, a veces entramos en negación; esto hace que prefiramos culpar otras situaciones y personas que responsabilizar a quienes nos hicieron daño.

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Hacernos consientes es el primer paso. Para lograrlo, te dejo las señales que son fuerte evidencia de que tu pasado está marcando tu presente; y no de una manera positiva.

1 Niegas tus experiencias negativas

Como señalé antes, negar es una vía fácil de escape. Es más, muchas veces lo que hacemos es justificar una crianza llena de castigos argumentando que las merecíamos.

Incluso, se llega a justificar tu mala actitud a que “como así eran tus padres, tu actúas igual”. Grave error.

Negar lo que viviste te hace la carga mucho más pesada. Cuando reconoces que tus padres cometieron sendos errores en tu crianza, te ayuda a sanar y perdonarlos; sí, porque a veces te llenas de rencor y eso hace más complicada tu existencia.

2 Reprimes tus emociones

Es usual que las personas que viven una infancia difícil aprendan a ocultar lo que sienten. Lo hacen a manera de defensa o porqué sienten que da igual decir lo que sienten, nadie va a ayudarlos.

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3 Tus impulsos te controlan

Ser impulsivo es una actitud típica de las personas con un pasado difícil. La razón es que los impulsos surgen de las emociones que se reprimen; no las expresas y ellas buscan la manera de salir, es entonces cuando pierdes control sobre tu persona.

Lo peor es que esto puede desencadenar comportamientos adictivos, sentimientos de culpa y la toma de malas decisiones.

4 Tus errores son cíclicos

¿Te ha pasado que cometes el mismo error una y otra vez? Bueno, eso suele pasarle mucho a las personas cuando tienen apego emocional a su pasado.

Es normal tomar malas decisiones cuando no se tiene experiencia previa. El problema es que si “tropiezas” con la misma situación varias veces, esa ya debería ser una señal de alerta.

Los errores cíclicos se traducen en la incapacidad para superar el pasado. Debes poner un alto porque te estás estropeando la vida.

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5 Guardas rencor

Es normal sentir rabia o molestia cuando las personas que te hicieron daño en tu infancia están cerca.

El problema es que esa molestia no te deja avanzar. Guardas tanto dolor que se te hace imposible tener una relación con ellos. La razón es que puedes explotar en ira ante cualquier provocación.

6 Buscas aprobación

Todos necesitamos apoyo para sacar adelante nuestros proyectos. La situación es que a veces no se va a recibir la aprobación de quienes más deseamos.

Esto genera mucho miedo e inseguridad; además, va a llevarnos buscar la aprobación de los que apreciamos más allá de nuestra familia.

7 Crías como fuiste criado

Lastimosamente, fue lo que se aprendió y no conocemos una manera más amorosa de tratar a los hijos.

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Si ese comportamiento dañino de tus padres proviene de la crianza que recibieron. Tú solo fuiste el recipiente, al igual que ellos fueron el de sus padres y así sucesivamente.

Esto no es una justificación. Tú puedes cambiar la manera como crías a tus hijos y romper patrones de crianza dañina.

8 Sientes que estás casado con una réplica de tu padre/madre abusivo

Al no superar el pasado, a veces se elige como pareja una réplica fiel de tu padre o madre. Créeme, no vas a tardar en darte cuenta de esto.

Para no cometer ese error, tu mayor deber contigo mismo es sanar y perdonarte. Nadie quiere repetir la historia dos veces. Una persona abusiva no cambia, ya lo viviste y tienes que saber escapar de esa situación. La única manera es sanándote.

9 Te sientes limitado y no sabes la razón

Eso es efecto secundario de no poder superar el apego al pasado doloroso. Es el pasado lo que te mantiene limitado.

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Es por esto que muchas veces las personas eligen alejarse de su familia tóxica. Ellos a veces necesitan tenerte cerca para controlarte y seguir haciéndote daño. Además “implantan” en ti tantos comportamientos y actitudes dañinas que no te dejan avanzar.

Cómo se supera un pasado emocionalmente doloroso

Como señalábamos un poco más arriba: haciéndote consiente de que lo que vives en tu presente es producto de tu pasado.

Darte cuenta que tus padres cometieron errores al criarte. Eso no los justifica, solo te deja ver que no son superhéroes, que son tan humanos como tú, y mereces ser feliz sin replicar sus errores.

Toma nuevas decisiones que te ayuden a marcar un cambio. Has las cosas diferentes a como ellos las hicieron.

Empieza por hacer que tu amor propio deteriorado, se haga fuerte. Valórate, date tu lugar y niégate la posibilidad de unirte a alguien dañino.

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Respétate y solo acepta en tu vida personas que estén dispuestas a darte el respeto que te mareces.

Perdónalos y perdónate. Esto sana las heridas y las relaciones. Perdonar evita que guardes rencor y te abre las puertas para que puedas seguir avanzando.

No olvides que todo está en tus manos y tienes el poder de cambiar tu vida.

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Erika Patricia Otero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.