Todo sacrificio vale la pena si es en favor de tu familia

Cada día, a pesar de lo que venga, procura hacer lo que es correcto.

Erika Patricia Otero

Hace un tiempo escuché un discurso maravilloso que dio el afamado actor Denzel Washington. Él habló sobre esas enseñanzas como ejes principales de su vida que le habían ayudado a llegar donde se encontraba.

En la primera él dijo que siempre ponía a Dios en primer lugar para todo; sabía que aunque a veces se alejaba de Dios, su Padre Celestial jamás se alejaba de él.

La segunda que pronunció fue la de soñar y fracasar en grande; dijo que las personas debían arriesgarse y ser constantes si deseaban alcanzar un sueño.

La tercera enseñanza habla sobre las posesiones materiales; dice: “jamás verás a un camión de mudanzas tras una carroza fúnebre”. Esta me gustó mucho porque se la escuché a mi abuela y se me quedó grabada para siempre. Denzel enseña que no se trata de cuánto dinero se tenga; eso no importa porque al momento de morir no lo llevaremos con nosotros. Además, añade, no se trata de cuánto se tiene, sino lo que haces con lo que tienes.

Para finalizar dijo: “Encárgate cada noche de dejar tus zapatillas muy debajo de tu cama. Esto hará que cada mañana cuando te levantes tengas que arrodillarte para poder sacarlas; ese momento aprovechalo para agradecer por todo lo que tienes y lo que recibirás”. Para mí, que honestamente que tuve que volver a escucharlo para poder escribir esta introducción, me resultó consolador e inspirador; de verdad son palabras que necesitaba escuchar de nuevo.

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En un abrir y cerrar de ojos todo cambia

En un año pueden pasar muchas cosas. Familiares que estaban vivos y felices acompañándote, pueden partir dejándonos solos y tristes. Podemos perder nuestros empleos y quedar en la zozobra económica. Puede también que la vida cambie para bien; algunos son padres de nuevo, o se estrenan como tal; otros consiguen nuevos empleos o se hacen felices propietarios de un nuevo hogar.

Lo cierto es que para bien o para mal, la vida cambia en un abrir y cerrar de ojos. A veces solo nos queda aceptar, superar y seguir adelante.

En mi caso, debo confesar que no soy ajena a esos cambios. Por solo poner un ejemplo; la salud de mi madre, que el año pasado se encontraba relativamente bien, ahora está deteriorada. Lo peor es que fue llevarla al médico a la espera de una solución y las cosas se complicaron. Admito que aunque la mayoría del tiempo está bien, vivimos en desasosiego porque no sabemos en qué momento puede sufrir una crisis.

Por fortuna, es lo único de lo que puedo quejarme. Como todos tengo dificultades económicas; quien no con los tiempos que corren ahora. Por fortuna tengo a mi familia, y aunque por la situación de mi mamá los sacrificios en tiempo y dinero son grandes, la verdad es que merecen la pena. Con franqueza, siento que todo sacrificio que se hace a favor de los que amas merece la pena.

Enseñanzas que te ayudarán a sacrificar sin lamentar

Sé que ahora estás pensando qué tiene que ver las enseñanzas de Denzel Washington con esto de los sacrificios por la familia; pues te diré que mucho.

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Dios, en primer lugar, te hace más fuerte

En primera instancia, para cualquier persona que cree en Dios, la fe en Él es quien los mantiene en pie en momentos de dificultad. Cuando un padre o un hijo enferma, nuestro única fuente de consuelo es sostenernos de nuestra creencia en Dios. La fe es la que nos ayuda a creer que el mal momento pasará y esa persona amada recuperará su salud.

Cuando ponemos a Dios en primer lugar nos descubrimos más fuertes y resilientes. Cuando Dios está en primer lugar sabemos que Él nos libra de todo peligro; además, el éxito es seguro si perseveramos en lograrlo haciendo lo correcto.

Fracasar nos hace más fuertes

Algo que a veces nuestros padres quieren evitarnos es el sufrimiento que trae el fracaso. Pese a eso, algunos padres más sabios saben que la única manera en la que un hijo se prepara para la vida adulta, es a través del fracaso. Fracasar nos fortalece porque nos ayuda a entender nuestros puntos fuertes y débiles; además, nos ayuda a reconocernos como humanos, a tener humildad y a estar unidos a los que amamos.

Al morir nos llevamos mucho más que cosas materiales

Años atrás aprendí que si bien perseguir el triunfo, lograrlo y demostrarlo no era igual a llenarse de bienes materiales. Nada hay de malo en tener posesiones y disfrutar de lo que el dinero pueda conseguirte; sin embargo, si este te aleja de tus valores, de tu familia y de quien eres, no merece la pena.

Aun así, hay muchas personas que si bien gozan de tener mucho dinero saben que este se disfruta más cuando se es capaz de compartirlo.

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Es como esa historia de Charles Dickens que se llama Cuento de Navidad (los fantasmas de Scrooge). Si lo recuerdas, aquel viejo rico era infeliz y tacaño; no le importaba que su misma familia pasara necesidades aunque él no disfrutará de sus bienes. Las personas no le querían, a excepción de unos cuantos familiares a los que trataba con desdén porque eran pobres. Tuvo que sufrir una serie de “pesadillas” para que aprendiera sobre lo que realmente importaba; además, le ayudó a darle sentido a su vida y a su fortuna.

¿Cómo que compartir es un sacrificio?. Lo es al principio, porque para quien está acostumbrado a velar solo por sus caprichos y necesidades, dar de lo que tiene duele. Es como una pérdida; sin embargo, esto cambia cuando compartir se le hace costumbre. Para él o ella, dar de sus propiedades se vuelve gusto porque sabe que está haciendo algo valioso y generoso.

Solo me queda por decir que lo único que todo tenemos por igual es una familia. Puede que las personas que consideras familia no tengan tu misma sangre; puede tratarse incluso también de amigos; como sea, sé que me comprendes y sabes que es cierto lo que digo: todo sacrificio vale la pena si es a favor de tu familia.

Toma un momento para compartir ...

Erika Patricia Otero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.